Capítulo 9.- La Reunión.

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Por fin era el día, nuestros músicos cartoons se levantaron con los ánimos y cada uno comenzó a recibir la mañana a su manera.

Nuestro querido Doble D se levantó con el pie derecho y fue directo al baño a tomarse una merecida ducha. Burbuja se había levantado un poco antes y se encontraba ayudando a sus hermanas a preparar el desayuno, mientras que Cerebro se estaba levantando sin prisa alguna, se puso las pantuflas y salió de su cuarto para dirigirse directamente a desayunar con su familia.

Todos estaban tomándose su tiempo para comenzar su mañana a gusto, todos menos nuestro querido can de color rosa con negro quien se encontraba alistándose para ir al parque donde se vería con su viejo amigo Huesos. —Vaya, ya es hora de irme... Tomaré algo en el camino y... ¡Aaah...! —En eso fue absorbido por un extraño portal fantasmagórico que lo llevó directamente a la zona afectada del parque. En cuanto el portal lo escupió; el pobre can cayó de cara contra el pasto y una vez que recuperó la conciencia vio a su tétrico amigo —¡Deja de hacer eso! —Exclamó el pobre Coraje al ver a Puro Hueso; este como respuesta le tendió su esquelética mano para ayudarlo a levantarse del pasto.

—Solo te ayudé a tomar un pequeño atajo, como siempre tan llorón.

—"Ja ja ja..." —Rio con sarcasmo Coraje y en lo que se sacudía el polvo que se había pegado a su pelo dijo — Bien, vamos a buscar eso. ¿Sólo seremos nosotros? — Justo en ese momento salió una gran sombra en forma de cuervo detrás suyo que lo hizo erizarse y fue a abrazarse directo a la cara de Huesos.

—¡¡Ya basta!! ¡Suéltame! —Decía la muerte mientras trataba de quitarse de encima al nervioso perro.

Aquella sombra hizo aparecer a la joven titán saludando a los otros cartoons en su característico tono apagado — ¿El es el experto?

—Oh, vamos. No lo subestimes.

—Bien, supongo que no me queda de otra que confiar en ustedes... —Respondió sin animo la peli morada y con ello comenzaron a inspeccionar el lugar.

[...]

Había llegado por fin la tarde...

Doble D salió de su habitación portando un conjunto casual con un saco de color morado y acompañado de su bajo el cual estaba dentro de un estuche de piel. Bajó sin prisa alguna y fue a la cocina a tomar una manzana de la mesa. Salió de su casa y antes de sacar sus llaves de su pantalón, levantó la vista y se encontró con Cerebro quien acababa de llegar. Este estaba recargado sobre el camaro que su padre le había prestado, ya que al ser una pequeña fiesta y en la cual no se necesitaba llevar todo el equipo, ya que sería en casa de una de sus colegas de la banda, lo que necesitaran ya se encontraba prevenido y listo en la casa de la familia Utonio.

—¡Cerebro! —Exclamó Edd al no esperar tal sorpresa.

—¿Estás listo?

—No tenías que venir por mi, la parada del bus no está lejos de aquí

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—No tenías que venir por mi, la parada del bus no está lejos de aquí...

—¿Oye, no puedo ser amable al menos una vez con mis amigos?

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