𝙊3: 𝙃𝙚𝙣𝙧𝙚𝙮?

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Los ojos violetas miraban al hombre en frente de ella, quien la veía con una sonrisa

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Los ojos violetas miraban al hombre en frente de ella, quien la veía con una sonrisa. En sus brazos, la reina mantenía un pequeño bulto entre sus brazos.

—a diferencias de otras madres, al parecer.. usted si ama a su hijo. —Aurelia se mostro confundida ante aquel comentario. —al parecer Lady Rashta y la emperatriz Navier no pueden contra su gran intelecto, mi reina. Una mujer así de increible sería efectivo en occidente.

Aurelia mostro una sonrisa sarcastica, y luego mostro ojos fríos para luego poner sus labios en una línea.

—Rey Henrey, usted no me interesa. Segun su gran "reputación" tiene demasiadas mujeres detras de usted. —se volteo para seguir caminando para poder ir con su esposo, pero luego unas palabras lograron detenerla con las siguientes palabras.

—usted debería saber su alteza, que el emperador se aburrira de usted y de su hija.. Ya que le dio una dama y no un varon. —volteo su mirada mandandole una mirada asesina, la cual el Rey admiro con una expresión burlesca.—Me retiro, su alteza.. —el rubio hizo una reverencia.

Un toque en su mejilla la hizo reaccionar y tranquilizarse al instante, como si le hubieran echado un tipo de magia. Aquello le pareció extraño, ya que normalmente le cuesta relajarse por lo que la llevo a donde su esposo.

—Sovieshu..—hablo tocando la puerta mientras se asomaba para encontrar a su esposo revisando papeles lo que la hizo soltar una expresión llena de ternura.

—¡Aurelia! —se paro con una sonrisa caminando hacia ella con rapidez. — Mi princesa.. —hablo viendo a la pequeña bebé.

—Sovieshu.. Creo que tenemos que llevar a Milena a la Iglesia..

Sovieshu la observa algo extrañado, pero luego relaja su expresión.

—Bien, vamos ahora.

—¿y tu trabajo? —pregunta con una expresión preocupada.

—No te preocupes por eso.

Ya en la iglesia, estaban esperando a que el sacerdote les dijera como era el tema con su hija, hasta que finalmente el sacerdote llego con la niña en brazos

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Ya en la iglesia, estaban esperando a que el sacerdote les dijera como era el tema con su hija, hasta que finalmente el sacerdote llego con la niña en brazos.

—Es una santa.—habla el sacerdote.— La pequeña princesa Milena Vikt es una santa.

La sorpresa en el rostro de la segunda esposa del emperador,  era mucho, pero luego una pequeña sonrisa llena de orgullo se puso en sus labios.

—Sabía que mi pequeña era especial.. —habla con calidez, acariciando el poco cabello de la menor. —¿Verdad que es especial Sovieshu?

—Si, tienes razon.. mi amada mujer. —Le beso sus finos labios, para luego sonreirle.— mandare a tirar monedas de oro al pueblo.. todo el mundo tiene que saberlo.

Rashta observaba aquella escena con celos e ira, realmente esto era desesperante y desagradable

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Rashta observaba aquella escena con celos e ira, realmente esto era desesperante y desagradable. ¡esa mujer era una bruja! No le hacia caso ni a ella ni a su bebé.

—Que envidia..—susurra la albina, por lo que un castaño sale detras de ella con una leve sonrisa.

—¿celosa? —sonrie el de ojos verdes.—Sabes, creo que hay algo que puedes hacer.—susurro su plan al oído de la más joven, quién abrió sus ojos asustada. —tranquila yo te ayudare.

La de ojos oscuros finalmente sonrió con algo de maldad. Eso debe funcionar asi el me volvera a amar.

 Eso debe funcionar asi el me volvera a amar

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𝐋𝐀 𝐑𝐄𝐈𝐍𝐀 𝐃𝐄 𝐎𝐑𝐈𝐄𝐍𝐓𝐄 [L.E. D] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora