Te quiero a ti

II

La vida de Naruto es tranquila hoy en día, desde que salvó a la aldea de la amenaza de Pain, las personas lo respetan y lo tratan como un héroe, aunque la verdad eso no le importa tanto.

El sigue siendo el mismo, buscando su sueño de ser Hokage, ahora que las personas no lo miran mal quiere protegerlos, a ellos y sus seres más cercanos, ser Hokage ayudaría mucho en esa misión.

Ahora que la misión se terminó, podía disfrutar de su amado ramen en su puesto favorito, platicando con el viejo que cocina.

— Si, estoy muy feliz ahora que por fin puedo realizar misiones más difíciles, tal vez pueda ayudar y...

Se detuvo cuando su nariz captó un olor peculiar, un omega en celo, las feromonas eran fuertes, lo que significa que está cerca.

Algo preocupado miró para todos lados, buscando el aroma, el olor se intensificó, pero no parecía está tan cerca como creyó.

Se despidió del ramen y camino hacia la persona, olía a que necesitaba ayuda.

— Naruto...

Logró captar el susurro así que se apresuró, detrás de una casa, la encontró en el suelo.

— Sakura — habló alarmado, acercándose rápidamente a su amiga, la cual no la estaba pasando bien — ¿Qué sucedió?

— Lo siento... mi celo se adelantó... no pude llegar a casa...

Naruto notó como varios alfas estaban rodeándola, queriendo las feromonas, los miró molesto, era gente desagradable, no les importó que Sakura estuviera marcada.

Molesto con ellos, los miró con odio, haciendo que retrocedieran, tomo a Sakura en brazos y la llevó hasta su casa.

— Sakura, ¿Dónde están tus supresores? — preguntó buscando en su habitación.

— Creo que están en el cajón de abajo... No suelo usarlos... Ya no los necesito.

Naruto sabe que Sakura tiene pareja, gracias a eso no tienen que reprimir su celo, solo dejarse tomar por su alfa, pero era lógico, Lee estaba en una misión larga con su equipo, no le quedaba de otra que frenarlo con supresores.

— Lo siento Naruto... Perdón si mis feromonas son muy fuertes — habló agitada, tomando sus pastillas.

— No te preocupes, eres mi amiga, se controlarme, además no me estás llamando a mí, puedo notar que buscas a alguien en específico.

La chica asintió y se quedó acostada en su cama, aspirando el aroma de las sábanas, el cual tenía impregnada el de su pareja.

Naruto la miró enternecido, su alfa interno gruño enojado, él también quería oler a un omega, a su omega.

...

— Suigetsu, ¿Cómo entraremos?, No somos de aquí, sabrán que venimos de fuera.

— Tal vez si no decimos nada y no llamas la atención no lo noten — habló esperanzado.

— ¿Ustedes quiénes son? — esa es la voz de un niño, de un niño alfa.

Miraron hacia atrás, el alfa mostraba sus colmillos en señal de enojo, mientras protegía a los dos omegas que tenía atrás.

— Konohamaru, ¿Nos harán daño? — pregunto Moegi.

— No se ven confiables — dijo Udon sorbiendo su nariz.

— Nada les pasará si estoy aquí — volteo a decirles un poco más calmado — Ustedes, ¿Quiénes son? — volvió a gruñir.

La pareja se quedó quieta, no sabían bien que decir, notaron las feromonas del alfa, que al ser pequeño eran pocas y no tan intensas, pero aun así podían sentir la amenaza y el enojo.