Todo parecía normal en casa, para sorpresa de Kara. No había preguntas sospechosas de Alex, ni dudas sobre dónde había estado o qué había estado haciendo. Su hermana ni siquiera se planteó el hecho de que Kara hubiera estado fuera asociándose con una bruja, aunque hubiera sido por última vez. Y tampoco lo hizo Eliza ni ninguno de sus amigos. Sólo J'onn sabía la verdad y tenía tanto que perder como Kara si la verdad salía a la luz. Kara guardaba el secreto de J'onn con el mismo cuidado solemne que el de Lena.
Sin embargo, el trabajo se había convertido en una especie de refugio para ella, con alguien a quien Kara podía expresar sus preocupaciones sin tener que implicarse en algo que pudiera hacerla arder. No hacía que su miedo disminuyera, pero le quitaba un peso de encima saber que J'onn estaba allí para hablar. Imaginó que él sentía lo mismo, después de años de llevar la imprenta, sometiéndose a las incursiones de la guarnición local, parecía más comunicativo con pequeños datos sobre sí mismo ahora que ella lo sabía.
Los dos se dedicaron a trabajar como de costumbre, con Kara ordenando las letras en palabras, frases, párrafos, listas para la impresión, mientras J'onn editaba los manuscritos en su escritorio y encuadernaba los nuevos libros. Guardaban silencio o se dedicaban a temas de conversación seguros e inocuos siempre que había un cliente en la tienda, ojeando los estantes de los títulos disponibles. Y en los momentos intermedios, J'onn le dirigía una mirada cómplice, punzante y severa.
"Deberías ir a verla".
"No es seguro".
Las semanas pasaron, el verano en pleno apogeo con cielos azules y sus días libres los pasó descansando en la plaza del pueblo, leyendo mientras mojaba los pies en la fuente, comiendo albaricoques frescos mientras se empapaba del sol y su pelo se convertía en oro hilado. Y aun así, no salía de los confines del pueblo.
"Ve a verla".
"No puedo. Es... un mal momento. Tengo que terminar este manuscrito".
Con un gesto de la mano, J'onn hizo que las letras se ordenaran rápidamente para su impresión mientras Kara se quedaba con la boca abierta por la sorpresa. Una quincena de trabajo había sido hecha para ella con un movimiento de la mano, y con su paga del día en la mano, se le dio la vuelta a las calles con el estímulo de un Brujo invertido en su felicidad.
Kara se aventuró hasta más allá de las murallas de la ciudad, contemplando la extensión de los verdes pastos y las doradas olas de trigo, respirando el aire fresco impregnado de la dulzura de las flores, en marcado contraste con el asfixiante y pútrido hedor de las estrechas calles y las altas murallas, que borraban todo, salvo los más estrechos atisbos de cerúleo en el cielo. Era agradable liberarse de los muros, pero no hizo ningún movimiento para seguir viajando, para cruzar el sinuoso río y seguir el desgastado camino de tierra hasta las estribaciones de las montañas.
"¿Fuiste a verla?"
"Iré pronto".
Pronto no llegó durante mucho tiempo, las semanas pasaron hasta que el verano estuvo a punto de cambiar, un toque de amarillo en los árboles, un frío en el aire de la madrugada y cielos grises como el acero. Cuando el tiempo empezó a enfriarse y los agricultores recogieron sus cosechas, la mente de Kara se volvió hacia Lena y hacia los próximos meses. Ella podría sobrevivir a los meses de otoño, buscando tubérculos resistentes y pequeñas criaturas para el invierno. El otoño no molestaría a Lena, bajo los aleros de sus árboles, que pasaban del amarillo al rojo y al marrón, con las agujas secándose y cubriendo el follaje podrido del año pasado. Se deleitaría en la paz, en el cambio de las estaciones, quizás aventurándose a una de las celebraciones de su aquelarre. Pero el invierno sería duro.
Kara no podía evitar preocuparse. La primera vez que se encontraron, las provisiones de Lena se estaban agotando, con los labios agrietados por el intenso frío mientras una helada barría la tierra, la nieve de las montañas bajando y cubriendo la región desde la costa hasta las estribaciones, llegando incluso al valle de la bruja. Su capa raída no había servido de mucha protección, sin la ayuda de su magia, y las provisiones de Lena se habían agotado y escaseado hacia el final del invierno.
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Tienes brujería en tus labios (SuperCorp)
Fanfiction"¿Vas a seguir mirándome toda la noche?", dijo la bruja, sacando a Kara de su ensoñación con un sobresalto. Llevaban unos instantes en silencio, y ella había caído en un trance que habría jurado que era brujería si no lo supiera. No, este hechizo er...