4. MI TODO

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El coche de mi familia se marcha, mi cabeza da vueltas a mil por hora, casi un kilómetro me aleja de la casa de Tom, pero no me importa.

-Venga Alisson. Escuchar al corazón, escuchar al corazón.- repito en voz alta varias veces para armarme de coraje.

No voy a dejarlo escapar, no, soy Ali, su Ali, su Princesa Rebelde, la niña de las trenzas doradas que le encantaba verlo estudiar, la amiga que siempre lo acompañaba a las audiciones locales... soy yo.

Mi pecho está agitado, emocionado.

-¡No voy a dejarte escapar!- decidida inicio mi carrera por su manzana. Su casa es la última de todas, tiene un gran acceso y jardín aledaño. He llegado a la calle, me paro para visualizar el porche, sigue allí, aún no me ha visto.

-Ahhhggggggggg- cual grito de guerra, tomo fuerza para iniciar los últimos metros. Sarah levanta la cabeza y me ve, llama a Tom el cual pone sus manos en la cara incrédulo, observo cómo ella se mete en casa dejándolo sólo con una palmada en la espalda y él baja los escalones del porche acercándose a mí.

Apenas quedan cincuenta metros hasta mi objetivo, las fuerzas me fallan, las piernas comienzan a resentirse pero no me importa sigo andando. Quedan unos 30 metros y mis cuerdas vocales se preparan para lo que tengo que gritar.

TÚ, IDIOTA! NO TIENES PERMISO PARA SALIR DE ESTE PAÍS.- veo su sonrisa y mi corazón inicia un latido sin precedente.- ME DEBES LA PIRULETA MÁS GRANDE DE SOUTHBANK POR MI CUMPLEAÑOS.

Quedo frente a él, estoy exhausta y apenas consigo respirar de forma ordenada. Me pierdo es sus ojos que están cristalinos cómo las aguas caribeñas.

-Bueno, puedo encargarla y que te la envíen por paquetería a casa. Si esa es la razón, como ves tiene solución.- frunce el ceño, sé que ese es el actor.

-Además...- me callo intentando hilar el discurso en mi cabeza.

-¿Algo más que deba saber?- pregunta misterioso, frunciendo los labios. Le diría tantas cosas que no acabaría nunca, no puedo pensar, el cuerpo tiembla. ¡Mierda Ali! ¡Dí algo!

-Escucha al corazón...- susurro bajito pero él me oye.

-¿Cómo?- su desconcierto empieza a ponerle nervioso.

¡Escucha al corazón Ali! Lo miro a los ojos y me lanzo a sus labios recibiendome con sorpresa. Tom tarda un poco en reaccionar pero enseguida pasa sus manos por mi cintura y en un gesto rápido me sube para que lo rodee con mis piernas.

Nuestros besos son variados, a veces apasionados y a veces cortos, todos me gustan. Jamás pensé que sus labios supieran tan bien. ¡Ohhh Dios!

-Alisson...- susurra en mis labios.

-Vuelve a llamarme así y prometo que tragarás nevaditos hasta el día del juicio final.- respondo haciendo que estallemos en una ola de risas escandalosas.

-Si es que...- se queda callado mientras niega divertido.

-¿Qué te hace tanta gracia?- me cruzo de brazos, pero en cuestión de segundos los abre para tomarme por la cintura y acercarme a él.

-Que te acabas de cargar un cliché de película estupendo.- roza su nariz con la mía haciendo que me erice.

-Sabes que no soy una chica cliché.- digo bajito conteniendo besar sus labios.

Sonríe, está feliz y eso me hace feliz a mí también. Acuna mi rostro entre sus manos trasladandome al país de las sensaciones perfectas. Sus ojos encandilan del brillo que producen.

-Lo sé, siempre has sido Mi Princesa Rebelde. La única.- mi pecho se expande ante sus palabras.

-Y tú siempre has sido mi idiota. El único.- seguramente no nos hemos dado cuenta pero acabamos de crear nuestro cliché perfecto. Mientras nos besamos recreo la escena en mi mente: Londres, Navidad, noche, jardín, un amor de toda la vida y el beso más dulce que jamás he probado. Levanto mi pierna, él se da cuenta y ríe.

𝐒𝐮𝐜𝐞𝐝𝐢ó 𝐞𝐧 𝐍𝐚𝐯𝐢𝐝𝐚𝐝: 💖𝐌𝐢 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐚 𝐑𝐞𝐛𝐞𝐥𝐝𝐞💖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora