5. SOUTHBANK

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Llegamos a la estación de metro. La noche está muy avanzada y tengo los dedos helados. Hacemos un amago de enlazar nuestras manos pero pronto nos damos cuenta y las separamos. ¡Qué tontería! Cientos de veces lo hemos hecho sin importarnos nada y hoy... hoy tiene una connotación diferente.

-Bueno, dos veces en Southbank. No está mal, espero que acabe mejor que esta mañana.- sonríe mientras observa todo alrededor.

Su rostro brilla con las luces de las atracciones y del mercadillo.

-¡El mercadillo!- exclamo elevando algo el tono.

-¿Qué te pasa ahora?- Tom ríe, sabe que soy así, jajajaja.

-Ven, corre.- lo tomo de la mano sin importarme nada, no quiero que cierren los puestos. Quiero buscar a la viejecita de la figura, necesito una explicación.

-Ali...- Tom siempre se ha desesperado con mis arranques, pero, aunque lo niegue, está enamorado de eso también.

Llegamos al lugar dónde se encontraba el puesto de la señora, pero no hay nada.

-No puede ser...- estoy metida en mis pensamientos hasta que la voz de mi chico me saca del bucle en el que me encuentro inmersa en este mismo momento.

-Eyyy, ¿Qué pasa?- su mano me recoge en su pecho.

-Tom... aquí había esta mañana un puesto. La señora me regaló una figura mágica... bueno, no sabía que era mágica hasta que estuve en casa. ¡Necesito hablar con ella!- sueno algo loca, lo sé.

-¿Estás bien cielo?- dice acunando mi rostro entre sus manos.- Creo que tienes una bajada de azúcar.

-¡No tengo una bajada de azúcar! Te prometo que es verdad Tommy. Cuando vayas a mi casa te la enseñaré.- frunce su ceño, algo no va bien.

-¡Eyyy gentleman! ¿Qué pasa?- lo abrazo suave. No quiero que nada estropee el momento.

-Tengo miedo a tus padres Ali.- conozco ese tono; efectivamente tiene miedo.

-Creo que no es a mis padres a quien tienes que tener miedo, hay una señorita llamada Alexandra Rogers que en este momento debe estar planeando la matanza de Texas.- me mira unos segundos y estallamos de risa. La broma ha estado bien, pero ninguno disfrutamos sabiendo que ella está sufriendo.

-Hablaré con ella, no me gusta hacer daño a nadie y menos si ese alguien es cómo de la familia.- dice mientras su nariz roza mi mejilla.

-Eres un sol.- digo mientras doy un salto y me subo a él.

-Nos van a descubrir Ali, baja.- dice algo tímido mientras observa alrededor.

-Nunca nos ha importado.- lo beso suave y soy completamente correspondida por esos labios que saben a amor.

-Ahora eres mi novia, quiero protegerte de los medios.- vuelve a besarme mientras me deja en el suelo.

-¿Soy tu novia? No recuerdo que me lo hubieras pedido.- ambos reímos.

-No hace falta. Siempre has sido mi chica.- me quedo como una idiota mirándolo, estoy enamorada, y sí, siempre fuí su chica.

-Mmmmmm.- pongo una sonrisa de perversión.- eso fue muy Loki de tu parte.

-¡Ali!- ríe tímido mientras desliza sus gafas por el puente de la nariz.- camina sino quieres que te de unos azotes.- lo miro con los ojos abiertos.

-¿Qué? ¿No te gusta Loki? Ahí lo tienes - caminamos hacia los puestos de comida.

- Sé que no te gusta que te lo digan... pero naciste para interpretar a Loki.- me para en seco, su rostro está calmado.

-No me molesta que me digan que nací para interpretarlo. Pero... necesito que de quién estás enamorada sea de mí, no de Loki...- a sus cuarenta años y parecía un crío.

𝐒𝐮𝐜𝐞𝐝𝐢ó 𝐞𝐧 𝐍𝐚𝐯𝐢𝐝𝐚𝐝: 💖𝐌𝐢 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐚 𝐑𝐞𝐛𝐞𝐥𝐝𝐞💖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora