-Vale, a ver si entiendo... Fargan está coladito por Alexby, por eso quiere intentar impresionar a Alexby llevándole a una cita a la feria sin que sepa que es una cita, pero el plan se fue a la mierda porque Quacks ha invitado a los demás este fin de semana porque quería que solo fueran ellos dos, y para arreglarlo quieres que yo ayude a distraer a nuestros amigos para que tengan sus momentos románticos y ver si ambos sienten lo mismo.
-Exacto.
-Willy... ¿por qué me pides ayuda precisamente a mí?
Luzu ladeó confuso la cabeza al entender la situación actual, cerrando la puerta de su casa para quedarse en el porche junto con el albino de ojos esmeralda. El sol estaba casi oculto en el horizonte, dando una estética algo... tétrica a gusto de Luzu.
El de gorra solamente miró al cielo, ocultando sus manos en los bolsillos de su chaqueta.
-Dentro de todos los presentes eres el más cuerdo de todos, y el más tranquilo.
-¿Enserio estás hablando de mí?
-Escucha- soltó un suspiro para tranquilizarse, deseando en estos momentos tener un cigarrillo a mano. ¿Por qué lo deseaba? No tenía ni idea, pero lo quería-. Necesito ayuda, ¿vale? Piensa en Fargan, Alexby realmente le tiene enamorado al punto de que le regala cosas casa vez que le ve. Sería ayudarles y, quién sabe, surgir el amor.
El castaño suspiró ante eso, sacudiendo levemente su cabeza para despejar su flequillo para dejar ver su ojo marrón.
-No sé, supongo... que ayudaré, siempre y cuando les pueda ayudar.
-Ese es mi Luzu- Willy le abrazó por los hombros al ver que aceptó, sonriendo ampliamente ante la cara divertida del mayor-. Tu look de malote no pega para nada contigo, ¿sabes?
-No me has cabreado lo suficiente, pregúntale a Quacky y A...
Se detuvo, un pequeño dolor de cabeza distrayéndolo.
-¿Quién?
-... No sé, me confundí- Luzu sonrió apenado ante eso, tosiendo para recomponerse y seguir la conversación-. Mañana seguimos hablando de nuestro plan de cupidos, ¿vale? Se está haciendo tarde y los mobs pueden atacarte.
-Luzu, ellos me temen a mí, no al revés. Adiós, compañero.
El albino soltó una pequeña risa antes de dirigirse a la puerta e irse de la casa ajena, dejando a un sonriente Luzu de pie en su salón despidiéndose con la mano.
Por alguna razón, su pecho empezó a doler al pensar en el nombre que estuvo a punto de decir. Lo peor era que no se acordaba de dicho nombre.
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-Entonces Rubius prometió vengarse de Quackity, incluso me pidió manzanas y todo para devolvérsela.
-¿Enserio se comió más de cinco manzanas malditas en casa de Rubius?- el de máscara de búho soltó una risa ante el asentimiento del menor, guardando el trigo que había estado agarrando hasta ahora, disfrutando de la hermosa melodía de la risita de Alexby ante su alegría.
-Sí, luego le obligó a crear su tiendecita de bicis timadora.
-Bien que aprovechabas para llevarte los premios, ratón.
Volvieron a reír, sentándose a descansar un momento en el muro que rodeaba la comida del molino. La luna empezaba a asomarse tímidamente por el cielo, dando la bienvenida a la noche.
-Gracias de nuevo poe ayudarme xon la comida, Fargan. Necesito un empujoncito para empezae mis cultivos en casa.
El nombrado se giró para verle, sintiendo las pupilas de sus ojos dilatarse al ver a Alexby quitándose su casco nuevamente, ahora mirándole fijamente con esa malditamente adorable sonrisa suya. Sus ojos azul y marrón chocolate le miraron fijamente, brillando como gemas preciosas en dirección a su rostro.
¿Cómo era posible que todo en Alexby fuera tan perfecto?
Sus ojos, su boca, sus mejillas, su nariz... todo era perfección divina a los ojos de Fargan, tallado por las mismísimas manos de los dioses. Cómo sus ojos se entrecerraban cuando reía, cómo su corto flequillo negro se meneaba con suavidad cada vez que sacudida divertido la cabeza o andaban hacia cualquier lugar, todo era perfecto, simplemente maravilloso.
-Haría cualquier cosa por ti, Ales.
Todo con tal de poder ser capaz de apreciar esa hermosa sonrisa.
-Bueno hombre, que me seduces- Alexby volvió a reír divertido, ahora mirando al cielo mientras se calmaba de su pequeño ataque de risa. Su sonrisa disminuyó un poco, ahora observando el cielo estrellado-. Hoy es una noche tranquila, ¿no?
-La verdad es que sí, apenas han aparecido bichos- el amante de los búhos suspiró antes de imirar la acción del menor, aunque por el rabillo del ojo le seguía observando de vez en cuando-. Pacto de paz, supongo.
-Ajám. ¿Crees que los alienígenas seguirán por ahí, en alguna de esas estrellas?
-Los que se llevaron a Stax lo dudo, aunque tal vez haya más razas, es como las ranas.
-¿Las ranas?
-Sí, como las ranas. En un mismo estanque puede haber ranas venenosas, ranas normales, ranas vegetarianas...
-Vale, te estás desviando del tema- rodó divertido los ojos por las tonterías del mayor, cerrando los ojos durante un momento ante una repentina brisa fría. Tembló levemente por su repentina aparición, recordando que apenas llevaba unos pantalones y zapatos en esos momentos-. A veces pienso que tienes la cabeza llena de pienso de aves.
-Nah, tiene más pinta de ser paja, muchos de dicen que tengo cerebro de espantapájaros.
-¿Quién te dice así?
-Pues... nadie, realmente.
-Eres tontísimo, tío.
-Pero así es como que quieres, Alesby.
Fargan rió, lo hizo porque al principio fue una mera broma de amigos, pero...
-Tienes razón, así es como te quiero.
Su cabeza se desvió de las estrellas hacia su propia estrella, viendo la cálida sonrisa de Alexby dirigiéndose hacia él con un calor y cariño más grande incluso que el propio sol. El corazón de Fargan empezó a latir con fuerza, apreciando bien la vista de la figura delgada de Alexby brillando por la luz de la luna mientras este le sonreía como si fuera la cosa más apreciada del universo, una escena tan perfecta a sus ojos...
El menor se levantó de su sitio, sacudiendo el polvo de sus pantalones antes de girarse para mirar al mayor.
-Gracias por la ayuda, Farganido. Nos vemos mañana.
El cerebro de Fargan dejó de funcionar, limitándose a despedirse con la mano al ver que el menor empezaba a caminar con tranquilidad hacia su casa. El sonido de los grillos de fondo fue lo siguiente en oírse, sin hablar de sus alas recién salidad aleteando suavemente contra el aire.
Era un tonto, un tonto enamorado, como diría Vegetta. Un búho caladito por Alexby, según Willy.
Enserio que Alexby le gustaba, era el chico perfecto.
Lo quería, lo quería tanto que a veces dolía, tanto para bien como para mal. A veces sentía una opresión en el pecho cuando esos pequeños momentos de 'Deja vû' le golpeaban en la mente, pero otras veces eran como mariposas llenando su estómago, como ahora.
'Mi héroe.'
'¡Mira, es rosita!'
'¿Lo quieres? ¿Lo quieres tú?'
'Estás detrás de mí, je je je je je.'
Sonrió con calidez, otra vez mirando al cielo galáctico que se alzaba sobre su cabeza. El calor en su pecho era agradable, como de otra dimensión.
-Abre la puerta~, ven y siéntate cerca~, que tus ojos me cuentan que te han visto llorar~.
Los recuerdos le hacían sentirse bien. Alexby le hacía sentir bien. Solo desea que, algún día, él también sea capaz de hacer feliz al guerrero de casco.
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Feria // Fargexby
FanfictionNo podía simplemente plantarse en su casa y pedirle matrimonio, obviamente no era la manera. Primero debía crear el ambiente correcto, lograr que ambos llegasen al mismo punto de sentimientos para hacer la gran pregunta. Primero iban las citas. ¿Y q...