Pedido de Kimetsuno1941
Genderbend Au
Clase de deportes, la clase favorita de la gran mayoría de estudiantes de la academia Kimetsu entre ellos el aclamado capitán del equipo de Fútbol Matsuri Kanroji, un joven enérgico, amable y amantes de la comida de cabello rosa y ojos esmeralda.
Una galán entre las chicas cabe decir, es alguien que por su personalidad gentil y sencilla le ha robado el corazón a unas cuantas chicas, entre ellas la enigmática Yue Tomioka.
Yue desde hace años ha sido compañera de Matsuri, pero han sido pocas las veces que han interactuado entre si, pero ha bastado para que Yue tenga como su Crush al apodado con cariño "Mochi con Patas".
Aunque quien le diría a Yue que su interés por el Kanroji le causaría bastantes problemas con una víbora rastrera.
- ¿Que te paso Tomioka-chan? - pregunto con una notoria preocupación en su voz el Kanroji al percatarse de los moretones que la Tomioka tenía repartidos en los muslos y brazos.
Yue quería hablar sobre el por qué de sus ematomas pero al sentir una fulminante mirada en su nuca terminaría por acobardarse.
- No-No es nada...yo-yo simplemente me caí - Obviamente mintió pero el también ingenuo Kanroji confiaría ciegamente en su palabra.
- Deberías ir a la enfermería para que te revisen y te apliquen un guento, no se ven muy bien esos moretones - Explicó con gentileza el Kanroji cuando de repente fue llamado por el profesor de deportes.
- Si-Si lo tendré en cuenta - Comentó la Tomioka tratando de mantenerse lo más serena posible, agradeciendo también mentalmente al profesor por llamar a su Crush.
- Okey, iré a ver para que me necesitan - Antes de irse hacia donde su profesor el Kanroji le regalaría una suave y reconfortante sonrisa a Yue quien le devolvería una tímida sonrisa.
Parece que alguien no ha aprendido aún la lección Eran los pensamientos dirigidos hacia la Tomioka de una de las tantas personas que se encontraban en el salón de deportes, los cuales prometían el mal a la Tomioka.
Unos cuantos días desde eso han pasado y ahora Matsuri caminaba con lentitud por los abandonados pasillos de la academia, tarareando la melodía de su canción favorita.
Había tenido hoy practicas con el equipo de Fútbol después de clases, se iban a enfrentar a la escuela rival así que tenían que estar en la mejor forma posible.
Aparentemente solo estaban el guardia y el, debido a que el Kanroji se ofreció voluntariamente a guardar todo el equipo, ya que la gran mayoría de sus compañeros y entrenador tenían compromisos en la noche, pero cuando pasó cerca de uno de los baños de mujeres pensó haber escuchado unos sollozos provenientes de el.
Fue mi imaginación o... Cuando de repente escucho otro chillido acompañado de un extraño ruido, como si alguien estuviese golpeando algo o a alguien.
Okey definitivamente no fue mi imaginación Se dijo así mismo antes de acercarse silenciosamente a la puerta, y con cada paso que daba se hacia mas clara una voz femenina proveniente del interior.
Esa voz se me hace familiar Pensó el Kanroji y con cuidado abriría ligeramente la puerta para ver que ocurría en el interior.
- ¡¿Que fue lo que te dije?! - Preguntaría claramente irritada Ima Obanai dándole un pisotón a la Tomioka quien impotente y sollozante yacía en el suelo en posición fetal, usando sus manos para proteger su cabeza.
- ¡Mantente!~ ¡Alejada!~ ¡¡De Kanroji!! - Grito con furia la Obanai dándole a la Tomioka una fuerte patada directo en la cabeza.
- ¡¡Déjala en paz!! - Matsuri irrumpió en el baño azotando la puerta, si había algo que el no toleraba aparte de desperdiciar la comida era ser un simple espectador mientras alguien abusaba o se pasaba de listo a otra persona.
- Ka-Kanroji! - Balbuceo la obanai quien palideceo por la presencia del pelirosa.
M-Mi héroe... Yue aún tirada en el frío suelo de cerámica miraría aliviada al Kanroji usar su cuerpo para taclear a la Obanai quien callo sobre su trasero lejos de ella.
- ¡¿Estas bien?! - Pregunto preocupado el Kanroji agachados para socorrerla, dándole un rápido vistazo notando primeramente su uniforme sucio y maltrejo, pero eso era lo de menos.
- Ka-Kanroji pu-puedo explicarlo.
- Largo - Hablo en un tono frío que denotaba molestia, ayudando a Yue a levantarse o mínimo a sentarse.
- Que dijiste? - Pregunto la Obanai incrédula pensando que escucho mal.
- Yo dije...¡¡Largo!! - El iracundo Kanroji se daría la vuelta solamente para gritarle a la Obanai e dirigirle una mirada de odio puro, asustandola de paso a ella y a Yue, era la primera vez que lo veían así de enojado.
- E-Esto no se quedará así Tomioka - Una amenaza vacía de parte de la Obanai quien intimidada por el Kanroji rápidamente abandonaría la habitación bajo la mirada del pelirosa.
- Lamento que hayas tenido que ver eso - Diría comprensivamente el Kanroji volteando su vista en dirección de la timida Tomioka.
- te encuentras bien? No te hizo mucho daño? - Preguntaría esta vez más calmado el ojos esmeralda quien con un dedo le limpiaria las lágrimas a la Azabache quien seguía sin responder.
- Descuida no tienes por que preocuparte - Hablo suavemente esperaba que sus palabras logren reconfortar a su compañera de salón.
- Snif~ Ha-Hablas enserió? - Murmuro por lo bajo y entre sollozos viendo al Kanroji mientras lentamente se le inflamada un cachete.
- Muy enserio, yo te protege a partir de ahora - Tomando con cuidado las palmas de las manos de Yue el Kanroji le regalaría una sincera sonrisa que provocaría que un leve tinte rosado adornase su mejillas.
Este seria el inicio de una bonita relación. Primero siendo amigos, luego formalizanod un noviazgo y hoy, formalizado su relación con una sencilla pero no por menos linda ceremonia de casamiento tradicional.
Asistieron todos sus conocidos y familiares y en estos instantes solo quedaba por hacer el brindis con el Sake, el cual como todo un caballero le serviría la copa a su ahora esposa.
- Gra-Gracias M-Matsuri-kun - Hablo tímidamente la Azabache tomando entre sus suaves y cálidas manos el sake, era la primera bebida que llamaba al oji esmeralda por su nombre.
- No es nada cariño - Contesto gentilmente el pelirosa sirviéndose su trago.
- Quien diría que me terminaría casando con la chica a la cual defendí - Dijo con suavidad recordando mayormente con cariño el día en que ambos se hicieron cercanos, el día día que el prometió protegerla.
- Acaso te arrepientes?
- No...Para nada me arrepiento, Yue Kanroji - Una suave sonrisa se dibujo en el rostro del Kanroji el cual con un simple asentimiento le daría la señal a su ahora esposa, para tomar junto su sake.
Fin
¿Les Gusto?