Una historia Neoyorquina.
Un cuento inspirado en Candy Candy
Por Mercurio
Faith Sherman era la única hija de una viuda sureña que en mejores tiempos había estado casada con un comerciante de Atlanta. El señor Sherman había muerto cuando Faith tenía doce años y desde entonces, madre e hija habían enfrentado juntas la vida, abriéndose paso contra viento y marea y llevando una vida sencilla en uno de los suburbios de aquella capital de Dixie Land.
A pesar del dolor sufrido por la muerte de su padre, la pequeña Faith había conservado la vivacidad y frescura que la caracterizaban y la hacían tan querida entre sus amigos y todos aquellos que la conocían. Siempre que alguien necesitaba un hombro sobre el cual llorar, una sonrisa para iluminar el día más oscuro o un oído siempre atento, Faith estaba ahí para ayudar.
A los dieciséis años la joven había hecho trabajo voluntario en una escuela pública para niños especiales y en esa actividad había encontrado su vocación. Desde entonces su mayor sueño había sido poder dedicarse a la educación especial pero sus posibilidades de continuar sus estudios después de la preparatoria eran pocas debido a que las condiciones económicas de la familia no eran buenas.
Ashley Sherman había sido un comerciante próspero pero después del nacimiento de Faith, su esposa Sarah había visto mermada su salud y las cuentas médicas habían obligado a Sherman a adquirir deudas las cuales nunca pudo saldar.
A su muerte en 1992 Sarah había tenido que vender la gasolinera que poseían y la casa de campo para poder pagar las deudas de su marido . Sin otro recurso más, la Sra. Sherman habían empezado a trabajar medio tiempo atendiendo ancianos en un asilo y recibía un subsidio del gobierno ya que su salud no le permitía trabajar por más tiempo.
Faith ayudaba a Sarah en lo que podía, tomando empleos de verano y cuidando niños por las tardes pero semejantes ingresos estaban muy lejos de poder garantizar una educación universitaria para la joven. De modo que Faith se había propuesto obtener las mejores calificaciones posibles y tomar los cursos más avanzados y difíciles que el plan de estudios de la educación preparatoria ofrecía, con el fin de hacerse acreedora a una beca escolar que le permitiera más tarde llegar a la Escuela de Educación Especial.
De esta manera el último año de preparatoria Faith trabajó arduamente dividiendo su tiempo entre sus estudios, los niños que cuidaba, el trabajo voluntario y los momentos que le quedaban libres los dedicaba a arreglar la vida de los demás aunque estos no lo solicitaran. Era una entrometida profesional, pero como tenía un carisma innato la gente le perdonaba sus intromisiones.
Pero Faith Sherman no tenía tiempo para el amor, y no precisamente por falta de pretendientes. Faith no era sólo carismática y vivaz sino que además poseía una belleza fresca e irreverente. Espigada y delicadamente curvilínea, de movimientos seguros , miraba al mundo desde la ardiente luz de unos ojos verde malva que brillaban con la luz como grandes lagunas en las que danzaban peces color esmeralda.
Para su gran fastidio la joven poseía una piel extraordinariamente blanca que nunca se bronceaba bien, pero que solía cubrirse de pequeñas pecas si se exponía al sol por largo tiempo. Faith, que amaba la vida al aire libre, el deporte y el mar siempre se quejaba de su incapacidad para lucir una piel tostada. Su madre la solía consolar diciéndole que en otras épocas la tez tan blanca había sido sinónimo de belleza aunque en nuestros días el bronceado se considerara más hermoso. Pero esto no consolaba a la muchacha.
Sin embargo, un rubor natural solía cubrir las tersas e impecables mejillas de la muchacha, mismo color que encendía sus labios bien trazados. Como toque especial a su rostro, mezcla de inocencia y picardía, una nariz breve y respingada , aderezada con unas cuantas perennales pecas, terminaba la composición. Finalmente, una larga melena rubia e intrincadamente rizada enmarcaba el cuadro dando un carácter casi irreal a la imagen de la muchacha.
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Una Historia Neoyorquina
RomanceEs un cuento, escrito por Alys Avalos (Mercurio), inspirado en Candy Candy. La obra es totalmente de Alys, la única autora es ella; no pretendo robarme ningún crédito.