Un matrimonio roto, una relación fallida, y una amistad de muchos años. Han crecido y han estado en los mejores y peores momentos del otro.
¿Pero qué pasaría si esos sentimientos de cariño y respeto, evolucionan?
Yoongi, padre soltero, volverá a c...
Eran las cuatro de la mañana cuando sintió que la puerta de su habitación se abría, el peso que hubo a su lado lo despertó por completo.
No se veía con claridad a la otra persona, pero se acercó a abrazar la silueta cubierta por las mantas. YongSun, descansaba a su lado como otras tantas noches, debía ser ella.
La idea de saber que todo había sido una pesadilla y que seguía casado le hizo sonreír.
—Que descanses, amor.—Dijo Yoongi abrazándola por detrás, pero la risilla lo desconcertó.
—¿Ahora me dices así?—Dijo girándose para ver al pálido, que se empujó lejos del contrario que le miraba con una sonrisa.
—Jungkook. ¿Qué haces aquí?
En ese momento, era desconcertante tenerlo ahí, cuando YongSun vive con él, y son un matrimonio.
—Esa pregunta deberías hacértela tú...Amor...—Dijo cerca de sus labios.—Es tu sueño, no el mío.
Pronto, un llanto hizo que Yoongi se despertara y fuera enseguida a la habitación de Soobin, pero Jungkook ya estaba ahí, meciendo al bebé en sus brazos mientras le limpiaba los mocos y las lágrimas.
Yoongi seguía afectado por su sueño y quiso acercarse a quitarle el bebé de los brazos, pero Jungkook lo miró de aquella forma tan encantadora colocando la mano en su propia boca para que haga silencio.
—Ve a dormir, ya me encargo. —Dijo Jungkook en susurros. El pálido no pudo evitar ver la ausencia de parte de arriba del contrario y tragar en seco.
Hizo caso y salió de esa habitación, pero cuando estaba por entrar a la suya, vio la habitación de Jungkook entreabierta.
Desde el umbral se veía la cama desordenada, el portátil entre las sábanas y alguna libreta.
La curiosidad quería llevarlo adentro, pero fue Jungkook quién le dio un empujoncito, posicionándose detrás de él cuando iba de regreso a su habitación.
—¿No querías entrar?—Dijo Jungkook.
—Debería irme a dormir...
—Los dos sabemos que te cuesta dormir. Ven, túmbate, te enseñaré algo.—Jungkook hablaba sin ninguna intención, pero Yoongi no parecía creerlo. —Oye, no me veas así. No soy un pervertido...—El pálido enarcó una ceja.—Puedo serlo, tienes razón. Pero no es eso, estaba revisando mi diario, ¿recuerdas? Fue el que me regalaron en un amigo invisible y que escribí aunque dijeron que era "cosa de niñas".
Yoongi asintió.
—Pues, parece que tenía un pequeño crush contigo.
—Yo tengo que leer eso.—Apartó a Jungkook y se fue directo, a tirarse a la cama, quedando boca abajo para leer el diario que yacía entre las sábanas.
—Eyyy espera, espera. Hay cosas íntimas también...déjalo, yo te digo que leer.
Yoongi le entregó el diario y Jungkook se arrepintió de haberle dicho. Fue a una de las primeras hojas en las que se nombraba a Yoongi.
—No me juzgues...tenía doce, tal vez trece años cuando la escribí...—Le entregó el diario y Yoongi empezó a leer.
—Querido diario ¿querido diario, enserio Jungkook?—El más alto le dio un empujón en el hombro.
—Léelo en silencio o te lo quito ahora mismo...
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