―... Emi tengo preguntas, o puedo actuar sin preguntar a pura intuición.
―Vale, pregunta.
― ¿En serio piensas que si por casualidad de la vida nos volvemos a ver vas a querer intentarlo?
― ¿Tus planes de mudarte sola a acá siguen o cambiaras ese plan? (no tienes que decirme que harás en caso de que no).
―Sé todas las razones por la que decidiste esto, las que me dijiste, las que no, las que tú tienes en cuenta, las que son razones que ni tú sabes que tienes para decidirlo, y está bien.
―Claro que sí, y no existen las casualidades. Todo lo que ha pasado, ha pasado por algo y si el destino me llevo a conocerte yo tomé la decisión de dar ese paso contigo, el destino me volverá a llevar a ti y ahí tomaré la decisión dependiendo de la circunstancia.
―Mis planes de mudarme sola siguen, indiferentemente del lugar que sea.
―Eso lo sé, solo quería saber si sería acá... Para saber que tan probable o improbable sea vernos de nuevo.
―Parece remota esa probabilidad.
―Y mi respuesta también es sí, pero desconfío de la vida y sus casualidades, si nos encontramos será porque así fueron mis decisiones y las tuyas, así pensáramos en vernos o no, la vida y sus casualidades no tendrán nada que ver, serán los actos.
―Si las circunstancias de dan, será allá. Y serás el primero en saberlo, porque cuando me refiero a circunstancias hablo de que no haré todos los trámites si me vas a decir que no cuando ya esté allá o que tengas a alguien más.
―También quieres esa seguridad...
―Está bien.
―Apenas me digas, te responderé.
―Pero ya te dije, que mi respuesta será si al querer intentarlo de nuevo.
―Escucha, pueden pasar muchas cosas. Puedes conocer a alguien más y eso está bien. Solo que la decisión se tomará en el momento en que todo se dé.
―Solo quería darte seguridad en este momento.
―Tienes que darme seguridad cuando llegue el momento, no ahora. Porque cuando llegue el momento decidiré a donde quiero ir.
―Mira, tú sabes perfectamente lo que siento por ti y te aseguro que eso no va a cambiar en mucho tiempo. Pero por favor no me escribas, en estos meses no me escribas porque solo prolonga la situación. No te hagas preguntas que solo yo pueda contestar, no te hagas pensamientos que tengan que ver conmigo porque no nos vamos a comunicar.
―Ahora debemos estar solos.
―Tienes que soltarme, dejarme ir, desprenderte completamente para que nos podamos encontrar otra vez.
―Como tú quieras.
―Si te molestas conmigo, serás tú solo.
―Cuida de tus sentimientos.
―No me molesto.
―Solo tomo la situación con serenidad y madurez.
―No digo está bien, porque no se siente bien.
―Pero tampoco puedo negarme porque tiene lógica lo que dices.
―Así que es como tú quieras.
―Al final lo último que dijimos es que tú me dirás si vienes justo antes de hacerlo para asegurar todo si queremos reencontrarnos.
―Eso espero, espero que lo digas en serio y no trates de estarte convenciendo a ti mismo.
―Con el tiempo te sentirás bien. Yo me siento bien, de verdad. Me siento en paz.
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Vivir con el Corazon Roto
Ficção AdolescenteLa vida termina con un corazón roto. La vida comienza con un corazón roto. Emiberth sabe esto. Ella es de mente abierta, y sabe ver el mundo desde distintas perspectivas. La primera, pesimista. La segunda, esperanzadora. Pero los dos reales a igual...