Intruder

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—Abre los ojos.—

Esa fue la primera palabra que el alterno logró escuchar.

De una figura negra pasó a poseer unos grandes ojos blancos, aún así manteniendo una neutralidad algo espeluznante.

—Después de seis intentos...espero que al fin funciones.— dijo el de cabellos grises mientras miraba a su creación con algo de desconfianza.

Aquella masa de color negro era el sexto intento de lucifer por crear a su súbdito perfecto, ya que a pesar de tener uno que otro alterno ya a su poder, necesitaba probar si se podía crear a uno de cero.

¿Y sus intentos anteriores? Todos lo habían traicionado. Cada vez se daban cuenta más rápido de la farsa y el daño real que le causaban a la humanidad, y de una forma u otra lograban adquirir sentimientos, a pesar de haber sido creados para solo sentir satisfacción al matar.

Ya empezaba a creer que estaba perdiendo su tiempo.

—Levantate.— le ordenó, el alterno de manera robótica acató la orden —Bien...—

Mientras le daba vueltas a lo que había creado, se dispuso a pensar en que apariencia darle, ya que todos su intentos anteriores eran solo una masa sin cara, ¿Quizá por eso lo habían apuñalado por la espalda?

A pesar de ser la opción más ridícula, debido a como Grace percibía las cosas la tomó como la pura verdad, y esta vez decidió darle una apariencia a su sexto hijo.

Pensó en algo que haría que las alarmas de los humanos se encendieran al instante, y se le ocurrió una idea brillante. Un encapuchado.

Los mortales siempre decían que cuando veías eso, debías llamar a la policía, ya que lo más probable era de que fuera un ladrón. Ahora necesitaba algo para hacerle contraste.

Por más de que los ojos penetrantes ya daban bastante miedo, decidió ir por una apariencia más humana debido a la naturaleza de la ropa que le había puesto.

Lo intentó una y otra vez, pero no logró hacer nada que se viera humano. Solo caras deformes, hasta cíclopes o solo bocas enormes en medio de lo que parecía una cara blanca.

Ya sin muchas alternativas y sin pensarlo mucho decidió darle su primera tarea a su creación, ir a hacer su propósito; inducir humanos al MAD. Así tendría una cara que copiar.

El alterno sin dudarlo se fue de aquél palacio que fue su lugar de nacimiento, y ascendió hasta la superficie solo para ver un montón de pinos.

Confundido se intentó alejar del lugar, hasta escuchar algunos gritos a la lejanía.

Para mantener su actitud misteriosa solo observó desde los pinos, logrando ver a un hombre algo viejo discutiendo junto a un policía.

—¡No me voy a mudar por una mentira!— se quejó mientras acariciaba a su gato, para intentar calmarse.

—Lo siento, pero en serio, esta es un área peligrosa. Necesitas mudarte.— le dijo con toda la calma posible.

—Llevo aquí toda mi vida...¿En serio debo mudarme? Jonh no me hagas esto...— dijo más calmado, mirando al policía con algo de esperanza de que cambiará de opinión.

—No puedo hacer nada al respecto, George, si no te vas a voluntad te sacarán a la fuerza.— le explicó, mientras se sacaba su gorra.

Se conocían, eso era clave para el alterno.

El adulto solo asintió, aún así manteniendo una cara bastante angustiada, la cual rápidamente pasó también al rostro de su amigo. Este con pena lo abrazó y se disculpó para luego irse a su coche y desaparecer junto a la niebla.

- The Mandela Catalogue - OneShots - (CERRADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora