Una historia de amor (Dorada y George) [TERMINADA]

Capitulo 4 (Samuel)

Estaba caminando por la acera iba al trabajo, yo trabajo en el turno de la noche porque pagan mejor, aparte mi compañero de trabajo es George es un buen tipo, el me cuenta lo que le gusta y como fue su día, si no está el jefe en la ciudad vemos películas, es probablemente mi mejor amigo.
Cuando entré, ahí estaba George, más puntual de lo común.
-Hola George ¿Como ha sido tu día?
Suelta una pequeña y sutil risa.
-Hola Samuel, creo que hoy a sido mi día.
Fruncí el ceño y me rasque un poco la barbilla.
-A ¿Que se debe?
Saco su teléfono de manera rápida.
-Recuerdas a la chica de la que te conté.
Si la recordaba pero no recordaba su nombre.
-¿plateada?
Suelta otra sutil risa.
-casi, se llama dorada.
-¿que hay con ella?
-Tengo su numero.- me dijo mientras sus mejillas se enrojecían.
Se escucha la campana de la puerta y ambos volteamos para saber que había entrado al local un señor robusto, con barba larga y de estatura grande, se sienta en una de las mesas y espera.
-¿Lo atiendes tú o lo atiendo yo? - le dije mientras volteaba a el señor.
-Déjame a mi.
-Está bien, iré al baño en un momento vuelvo.
Deje a George un momento para ir al baño y tome una revista de las que guarda el jefe para no aburrirme.
Abrí la puerta del baño era un baño común, sin embargo era más limpio que el baño público ya que era baño de empleado un poco más lejos de la zona del restaurante para ir al baño tenía que pasar por el almacén y a mano izquierda estaba el baño.
La revista era una revista que tenía como concepto principal las brujas y la magia, yo soy muy escéptico, fue interesante saber en ese momento todo eso.
Sin embargo después de terminar de estar en el baño escuché un disparo que venía de la tienda, me acerqué despacio, escuché gritos de alguien desesperado diciendo.
-Dame el puto dinero o te vuelo la cabeza en mil pedazos.
El criminal lucia de al menos 30 años, no llevaba máscara, solo unos lentes pasados de moda una barba cerrada y un cabello rubio largo y rizado.
-Perra, no tardes. - En su tono se denotaba desconfianza.
A través de una espejo logre ver a George haciendo exactamente lo que estaba pidiendo el sujeto, pero también gracias a el reflejo del espejo pude ver a el señor robusto, estaba sacando una pistola de su chaleco lentamente, el otro señor solo estaba apuntando al pobre George que actuaba nervioso, en el almacén había una escopeta entre las cosas del jefe, mi primer idea era tomarla y dispararle a el tipo pero se necesitaba mucha confianza lo que hacía que me pusiera cada vez más nervioso, me sentía impotente al ver a George asustado pero a la vez yo estaba asustado.
Sin pensar más tiempo me acerqué lentamente sin que se escucharan mis pasos y tome la escopeta, me fui acercando sigilosamente hacia la zona de peligro, cada paso pesaba más, el cargo de conciencia ya estaba pesando y eso que aún no actuaba, las personas nunca están preparadas realmente ante una situación tan aterradora, solo el valiente puede con lo que no se espera.
Poco a poco fui apuntando, la mirada de el tipo hizo que me temblaran las manos, hizo que mi corazón se acelerará, si no tenía una ataque de pánico, tenía la ansiedad a el máximo, cuando pude ver directamente la situación puse mi dedo en el gatillo y dispare, la cabeza del tipo voló en mil pedazos el tipo lanzó 3 tiros antes de caer uno fue directo al ojo del hombre robusto, una al techo y una...
-¡Samuel! - gritó George de manera eufórica sin aire.
Yo caí de rodillas, luego de eso vi la sangre que brotaba de mi pecho.
-!No me hagas esto! Samuel quédate conmigo.
Yo solo podía escuchar el sonido de la radio que transmitía a todo volumen y color "Alone Again - Gilbert O'Sullivan" todo sonido se estaba desvaneciendo junto con la voz de George.
-No, Samuel ¡Por favor! - dijo George mientras su voz se cortaba y producía ciertos sonidos de mocos.
Escuche el sonido de la campana nuevamente, mi corazón cada vez estaba por detenerse, podía escucharlo, es raro no podía pensar algo solo podía sentir cosas cerré los ojos de manera lenta mi respiración.
Un sonido de sirena policial se escuchaba a lo lejos, mi amigo Geroge se salvará.
Con los ojos cerrados sonreí.