Con amor, tu futuro | TaeGi

01. La mano del destino.

- ¡Vas a llegar tarde! – YoonGi le tiró una tostada a su sobrino a la cabeza.

-Ay, ya, no haber cocinado tan rico entonces- replicó JungKook, llenándose la boca con más chuletas de cordero.

- ¡Tu madre me mata si pierdes ese tren! – lo regañó.

-Ayer llorabas porque me iba y hoy me echas.

-Me pesaba fregar los platos- lo simplificó.

JungKook solo lo miró con los ojos entrecerrados y siguió comiendo sin hacer caso de sus advertencias. Hace dos años, YoonGi habría levantado a su sobrino y lo habría arrastrado hasta el auto para llevarle a la estación, pero siendo sincero consigo mismo: tampoco quería que se fuera, aunque fuese solo una semana.

Le recordaba demasiado a él cuando niño, toda la situación le recordaba demasiado a su niñez y la impotencia que había sentido en aquel momento le hacía preocuparse de que su sobrino tuviese que volver a su casa, aunque se preguntaba si lo vería de esa forma ¿Sentiría que está volviendo a casa? Lo duda, él le habría vendido su alma a un demonio para no tener que volver a la que había sido su “casa”, por eso aceptó cuidarlo cuando su hermana quedó embarazada por segunda vez, de su segundo esposo. JungKook estaba enfadado con el mundo porque no le había dado un padre amoroso, como lo tenían los gemelos, sus hermanos menores, y su enfado empezaba a manifestarse en mal genio constante, malas notas y peleas, casi diarias, en la escuela. Lo entendía, había envidiado tanto a su hermana por tener la mejor parte de la familia cuando eran pequeños, que solo años de terapia habían conseguido unirlos de nuevo, o al menos dejar que se abriera con ella, aunque todo estuvo a punto de irse al carajo cuando hablaron de la situación de su sobrino, todavía recuerda su conversación con JiSoo el día que le pidió quesu hijo pasara una temporada con él.

-No vas a resolver nada, le estarás dando la razón, que es menos importante para ustedes que los hijos que ya tienen y el que está por venir.

-Es solo hasta que nazca la pequeña, seguro que tener una hermanita le alegrará. Sus instintos protectores saldrán y todo se resolverá.

-A mí no me alegró, me hizo todavía más miserable.

La voz en su cabeza recordándole que los omegas masculinos eran considerablemente menos populares en la sociedad que las omegas femeninas y que solo había conseguido confirmarlo nada más nacer su hermana: la verdadera omega de la familia. Sacudió la cabeza, intentó hacer esos pensamientos a un lado, su complejo de inferioridad no necesitaba sumarse a la conversación.

-YoonGi, eso no fue culpa mía.

-No, pero estás diciendo que fue culpa mía, por no saber aceptar que nuestros padres te querían más a ti que a mí, porque tú eres la perfecta y yo el amargado. JungKook no tiene la culpa de que su padre fuese un imbécil y se divorciaran, pero quiere formar parte de la familia y no encaja, porque ninguno de ustedes lo apoya, deberías al menos dejarlo jugar más con sus hermanos.

- ¡Es un animal! Deberías haber visto lo que le hizo a su compañero de clases…

- ¡Y tú una zorra y yo te sigo tratando, porque eres mi hermana! ¡Es tu hijo! – le gritó - ¡Son familia, métetelo en la puta cabeza de una maldita vez! ¡Yo te odiaba y nunca te toqué un puto pelo! ¡¿Crees que les haría daño?!

OK, quizás en ese punto debió entender que las heridas del pasado no habían sanado todavía, porque eran contadas las veces en su vida que había gritado, o lo eran hasta que JungKook vino a vivir con él.

- ¡Eres un imbécil!

-Deja el drama- le gruñó al escuchar sus sollozos del otro lado del teléfono -Iré a buscar a JungKook mañana, que lo tenga todo recogido, no pienso ni entrar a esa casa- fue todo lo que dijo, antes de colgar y…