ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 III

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Después de darle una buena charla a la Ex-niñera pudimos ir a nuestro hogar. Obviamente la encontré como a mi madre no le gustaría, había polvo en los muebles, los trastes estaban sucios. Había cucarachas.

Era un asco total.

Nethan ignoró lo que pasaba a su alrededor, es como si se hubiera acostumbrado a vivir en un lugar sucio. Se fue a su habitación. Desde donde estaba podía escucharlo reír y al mismo tiempo saltar, metí mis maletas y luego cerré la puerta.

Desde que inicie la limpieza, note que fuera de nuestra casa estaba los periodistas, sus cámaras apuntaban a la puerta o a las ventanas, mientras ellos hablaban. Estaba furiosa en un principio, al prender la televisión toda la atención estaba en mi.

Mencionaron mis cambios, mostraron como mi cabello era diferente y el como mi cuerpo cambio. Mi altura de 1,69 ahora era un 1,79, no se les perdia nada. Me relaje al ver que no mencionaban a Nethan así que podría vivir con eso. Les daba una semana de que se fueran.

Pero los humanos son tan necios que darían su vida por sacar información.

Ese lunes llevaría a Nethan a su primer día de primaria, los maestros me conocían así que no debía de preocuparme por como lo tratarian. La primera reunión fue el mismo día, los padres me miraban fijamente al notar mis cambios. Principalmente la abuela de Timothee (Mejor amigo de Nethan) solo a ella pude contarle la verdad. Pero gracias que dio su silenció podría estar calmada.

Todo iba bien..

Hasta que se escuchó un grito afuera del salón. Mi corazón salto al instante y fui la primera en salir, los periodistas entraron a la escuela.

Podía escuchar como preguntaba por mi.

Y no parecían importarle en lo más mínimo en como asustaron a la pequeña. Eran unos animales salvajes, enfurecida fui corriendo a buscar a Nethan. Una vez que abrí la puerta en par a par ví todos los chicos sentados mirándome fijamente.

- ¡Nethan!, nos vamos a casa. - Dije y sin chistar guardo sus cosas.

El miedo en los ojos de Nethan era lo que me lastimaba, el dolor en mi pecho no me dejaba respirar

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El miedo en los ojos de Nethan era lo que me lastimaba, el dolor en mi pecho no me dejaba respirar. Sabía muy bien que lo que hice no me iba a perdonar. Después de sacarlo del salon hice que Nethan corriera adelante.

La confusión y el miedo se mezclaba en el, pero su confianza era lo que lograba que mi paciencia se mantuviera. Si no hubiera sido por un hombre que se adelantó y tomo del brazo de Nethan violentamente, estaría bajo un cajón.

Salte sobre el y clave mis uñas en sus hombros logrando que gritara de dolor. Pataleo y golpeó mis costillas intentando que me quitará sobre el, pero no lo logro.

Sentía hambre por una extraña razón, lami mis labios ambrienta y clave aun más mis uñas. Estaba desesperada por morderlo, quería probar un pequeño bocado de su carne, solo un poco...

- ¡Mamá!

Trague la saliva que se acumulaba en mi boca y me aleje del hombre que se había desmayado del dolor. Mire a Nethan y lo cargué, me lo lleve tan lejos de la preparatoria que en dos sancadas llegamos a nuestra casa. Deje a Nethan en el sofá y cerré la puerta delantera y la de atrás.

Cerré las cortinas y luego mire mis manos. Mis dedos tenían sangré, y ese olor me estaba matando de hambre. Había una voz a la que me decía que debí comerlo, debí alimentarme con su carne por tocar a Nethan.

- Mamá... - La voz de Nethan sonó desde lo lejos, confundida lo miré. Estaba detrás del sofá mirándome asustado.

Quise acercarme a él, pero al final me quedé en un rincón y le pedí que se fuera a su habitación, cuando estuviera bien iría con el.

Suspiré. Lloré. Eran sentimientos encontrados, por poco y perdía a Nethan. De solo pensar que casi lo perdía o corría el maldito peligro me volvía más loca. Ahogada en mi propio llanto, escondida en un rincón mientras mis rodillas se encuentran pegadas a mi pecho y trataba de esconder mis pies por el miedo o por el asco. Mire el cuadro de mi General y no pude evitar destrozarme a mi misma.

- Mamá volvió diferente - Dijo Nethan - Su cabello es blanco como la nieve, sus ojos son de diferente color

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- Mamá volvió diferente - Dijo Nethan - Su cabello es blanco como la nieve, sus ojos son de diferente color. ¿Es malo o bueno? - se mantuvo en silenció para después soltar una pequeña risita. - mi mamá es hermosa, nunca tendré miedo de ella. Me hace recordar mucho a los gatos cuando deben proteger a sus hijitos. Pero ella es un gato grande, muy, muy, muy grande!

Tape mi boca, me había preocupado tanto hasta llegar a pensar que quizás me odiaria pero no fue así. El está fascinado por como llegué a casa, abrí la puerta de su habitación y lo ví brincar y esconderse en su cama.

- Es verdad lo que dices Nethan?

- mm... - Poco a poco saco su cabecita para mirarme a los ojos, su carita se puso roja y con sus manitos apretaba las sábanas - Si... Es verdad.

Sonreí. Ya no debía preocuparme por ocultar esos dientes felinos que tenía en mi boca, aunque los cuestionaba mucho. Me quite la máscara y fui acostarme a su cama para que el pudiera acostarse a mi lado y pudiera tocar mi rostro. De solo sentir sus dedos tocar mis mejillas o mis ojeras remarcadas caí en un profundo sueño.




𝑇𝑜𝑎𝑘'𝑘𝑎𝑚 || Avatar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora