Las gotas de lluvia comenzaron a golpear la ventana con fuerza. Una tormenta... justo lo que necesitaba en este momento.
Me surgió la urgencia de irme de este lugar, mi instinto me decía que ya sabían de mí.
Un rayo ilumino por completo el centro comercial, todos nos quedamos estáticos a la expectativa, la ultima vez los rayos trajeron consigo lluvia de anguilas.
-"En otras noticias" -el sonido de una voz que no había escuchado en años se escucho en todo el lugar.
Afuera, en el cielo se comenzó a proyectar la característica imagen de los anuncios matutinos, las noticias del día a día... sin embargo, hacia tanto tiempo que no se escuchaba que no era extraño que todos miraran hacia afuera sorprendidos.
-"El planeta sigue siendo bombardeado por aquellos a los que creíamos ser nuestros salvadores, pero no temáis, tras la derrota de los caídos contra tres de los cuatro jinetes del apocalipsis se han levantado y han decidido ser nuestros salvadores " – la imagen se distorsiona mostrando una sombra de un par de alas negras llenas de cicatrices; - "El nuevo orden" -la voz profunda de la sombra resonó en todo el lugar -. "Hemos venido a salvarlos del apocalipsis, humanos... no tenéis nada a que temer".
Algo golpeo la ventana y entonces lo vimos... cientos de personas agolparse alrededor del edificio, con miradas desorbitadas y llenos de desesperación, se empujan golpeando el vidrio de la entrada.
-Es el -dijo el angel a mi lado.
-¿Quién? -un escalofrió bajo por mi columna vertebral.
La pregunta quedo colgando en el aire.
-Necesitas salir de aquí -dijo uno de los espíritus que rondaba por el lugar -. Intentaremos detenerlos, pero...
Escuche el crujir del vidrio cediendo ante la presión, un nuevo relámpago inundo el centro comercial con luz y entonces lo vimos... uno de los jinetes galopando hacia la multitud, dejando muerte a su paso.
Entonces lo sentí de nuevo... mirándome detrás de ese vacío que debía ser su cara.
-Tienes que irte -dijo de nuevo el espíritu.
-Azrael -dijo Jofiel.
Las personas finalmente lograron romper los cristales y corrían cubiertas de sangre a esconderse detrás de los escaparates. Era extraño como nadie parecia notar mi presencia, huían sacándome la vuelta, con miradas aterradas.
Entre la multitud vi un rostro familiar y mi corazón se estrujo en un puño, su mirada estaba vacía, su cuerpo lleno de cicatrices y golpes nuevos que esperaban que hubiese el tiempo suficiente para cicatrizar.
Paso junto a mi pero a la vez no pareció notarlo, la espada en mi cadera vibro con fuerza.
-Debemos irnos -dijo Jofiel con voz urgida -. No puedo luchar en este momento.
-¿Por qué luchamos contra los nuestros?
Mire a Jofiel y su mirada me entro la urgencia que debí haber tenido desde el principio.
La espada seguía vibrando en su sitio, la desenvaine y brillo con una fuerte luz azul, como si actuara por si sola se puso en guardia.
Levante la mirada solo para ver que detrás del otro lado de la puerta estaba Azrael mirándonos, sentía su presencia predominar entre todos, sentimiento de devastación, perdida y luto lo envolvían, olor a putrefacción y desesperanza surgían de sus vestiduras.
Susurro un nombre que no pude escuchar, quedo flotando en el aire, estaba ahí... flotando, pero aunque se encontraba ahí mi cerebro no procesaba la información, aunque lo sabía, mi verdadero nombre de los labios de Azrael.
La espada brillo con mas intensidad, vibraba con fuerza y emitía un sonido extraño.
Azrael se bajo de su montura y se deslizo hacia nosotros, dejando devastación a su paso. Repitió mi nombre, que sonó como un estruendo arrebatando las miradas de aquellos que se resguardaban en la oscuridad.
-No puedes detenernos -la voz de Azrael retumbo en el mall.
La espada vibro con más fuerza, no podía hacer mas que mirarlo. Jofiel se mantenía inmóvil a mi lado sin saber bien que hacer.
-No importa lo que intentes hacer, esto se retraso mas de lo que debía. El fin debe ocurrir para que un nuevo orden pueda resurgir.
Mi cuerpo empezó a vibrar con la energía de la espada, como si algo despertara dentro de mí.
-No es lo que él quería -mi voz salió de mi boca con un sonido que no reconocí propio de mi -. Como osan, ustedes creaciones de pesadilla, a deshonrar sus palabras para su beneficio.
-Fuimos creados para destruir, para transformar.
-No, fueron creados para obedecer ante su dios, como osan contradecir sus ordenes.
-Nos hemos cansado de esperar, este planeta necesita el cambio.
-Ellos no están listos para trascender, si lo hacen... todo lo que él hizo habrá sido en vano.
-¿Por qué habríamos de esperar que una simple humana lo entendiera?
La energía que se había apoderado de mi cuerpo vibro con ira, con un movimiento ágil de mi muñeca una luz dorada y negra empezaron a emitir de la espada.
-No lo hagas -dijo Jofiel deteniendo mi brazo.
Con una nueva fuerza enterre la espada en Azrael, su cuerpo emitió un chillido y comenzó a desintegrarse, una nube oscura comienza a envolverlo y se mueve en un remolino con fuerza.
Jofiel me jala de la cintura y la espada se desprende de Azrael y cae de mi mano con una suave floritura sobre el piso, como si de una pluma se tratara.
Durante unos segundos, todo se volvió oscuro y silencioso, me deje caer en brazos de Jofiel temiendo a lo que nos enfrentáramos.
-¿Qué has hecho? -susurro sin dejar de mirar a Azrael o lo que quedaba de él.
Pero unos segundos después una luz comenzó a brotar entre las cenizas, todo se ilumino y nos vimos obligados a cerrar los ojos, cuando sentimos que era seguro abrirlos, ahí estaba frente a nosotros; el verdadero Azrael.
-¿Qué ha pasado? -pregunto mirando alrededor, el olor a putrefacción y muerte lo habían abandonado, en cambio su rostro iluminado nos mira con confusión, su cuerpo despide el olor de los jardines del edén, aquel a donde encamina a aquellos que trascendieron.
Mira a su alrededor intentando comprender de donde venia tanta devastación, deteniéndose a observar el camino de muerte que dejo tras él.
Afuera el cielo se torno de rojo, anunciando un nuevo tormento.
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Devrian
FantasyHan pasado solo un par de meses desde que inicio el año 2045 y ya se han extinguido cerca de 420 especies de animales... Los polos han sido derretidos hasta el 10% de lo que solían ser a principio de los años 90. Se veían caer uno tras otro como pie...