ㅣCuatro

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Las calles de Busan esa noche se sentían tranquilas y lucían satisfactoriamente despobladas, lo cual era extraño considerando la cantidad de personas con vida nocturna rondando por ahí en tan concurrida ciudad

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Las calles de Busan esa noche se sentían tranquilas y lucían satisfactoriamente despobladas, lo cual era extraño considerando la cantidad de personas con vida nocturna rondando por ahí en tan concurrida ciudad.

Aunque en esos lados jamás encontrabas personas conduciendo imprudentemente, y menos a tales horas de la noche.
Todo era agradablemente pacífico.

A excepción de JiSung. Su terco y desesperante esposo, que en estos momentos podría causar un accidente automovilístico fácilmente. MinHo estaba consciente del por qué JiSung conducía tan rápido, y sinceramente no lo culpaba. Tenía una gran erección entre sus pantalones y sabía perfectamente que le incomodaba muchísimo. A él también le ha pasado ese tipo de cosas, irónicamente por culpa del menor y no es lindo, pero aún así no podía evitar sostenerse con discreción del asiento.

La seguridad es primero.

MinHo sonrío de lado al ver que cada cierto tiempo JiSung se removía en su asiento buscando comodidad e inconscientemente, su erección rozaba con su muslo derecho, el cual presionaba más contra el gran bulto dentro su pantalón. Lo que ocasionaba que soltara gemidos amortiguados que calentaban jodidamente muchísimo a MinHo.

El blanquecino le gustaba jugar con el auto control que cargaba JiSung consigo, y es que, joder, este era casi imperturbable.

Pero era muy divertido ver como en su cara se reflejaba cada vez más su ceño fruncido y el cómo apretaba con una fuerza bestial el volante del automóvil, al ir perdiendo la paciencia poco a poco.

Así que empezó a tocar de manera pausada sus muslos y miembro por encima de la ropa, soltando suaves y delicados gemido dulzones. Intentaba probar como experimento, cuánto tiempo podría pasar antes de que JiSung se desesperara y se detuviera en la esquina más cerca para empotrarlo contra el centro de control del auto.

A decir verdad, la idea era extremadamente tentadora para su perversa cabeza.

Sin embargo, JiSung agradecía al cielo el haber llegado a su condominio, porque de lo contrario la idea de follar a su mayor dentro del auto empezaba a retumbar en su cabeza desde que lo vio tocándose descaradamente como un insolente en el asiento del copiloto.

Jodida mierda. Él sabía perfectamente que MinHo solo lo estaba provocando. Que le entretenía verlo sufrir mientras jugaba con su auto control como si fuera un maldito videojuego.

Y eso le fascinaba. Esa actitud tan atrevida lo tenía delirando por él.

Aunque todavía se encontraba sorprendido por la propuesta, quería disfrutarlo al máximo. No era un tonto, sabía perfectamente que aquello era seguro una de esas oportunidades espontáneas de la vida. En conclusión, no sabía si eso se volvería a repetir. Pero, con orgullo, anhelaba que aquello fuera tan bueno, que el mayor simplemente lo quisiera siempre.
No podía ocultar ni negar la creciente emoción que nació en sí mismo por la anticipación.

𝗯𝗼𝘁𝘁𝗼𝗺  𖤐  hanknowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora