Takemichi ve como aquel extraños hombre de cabello negro se aleja. Koko-kun se ha ido y con el la avalancha de información que dejó golpea con fuerza.
–¿Qué estoy haciendo? –piensa con incertidumbre, todo lo arruinó, por su egoísmo Draken murió. Por su culpa todo se perdió
–Fui al funeral de Draken –Chifuyu llegó, vaya por fin otra visita
–Chifuyu–piensa Takemichi
–Todo lo que ocurrió... –continúa Chifuyu– es difícil de aceptar... –murmura recordando– me hizo pensar... ¿Cuál es tu problema? –dice con dolor– Tú, viste a Draken en el futuro ¿Cierto? –Chifuyu tiembla– Entonces ¿Por qué se fue? –con lágrimas en los ojos, con la voz temblando dice– ¿Por qué tenías que volver... Cuando las cosas estaban yendo tan bien en el futuro?
–Porque Mikey-kun merecía ser feliz –piensa, aunque claro que no se lo dirá
–¡ES TU CULPA! ¡QUE DRAKEN-KUN ESTÉ...! –arremete con furia, pero se detiene, sorprendido se tapa la boca– lo siento Takemicchi
–Está bien Chifuyu –dice Takemichi–. Es mi culpa
Chifuyu lo ve sorprendido, después de unas pocas palabras, Chifuyu se va dejando a Takemichi en aquella fría cama de hospital.
Todo lo arruinó, Chifuyu lo culpa y con razón, fue su culpa. Debió dejar todo como estaba, pero no podía, Mikey también debía ser feliz, el merecía su propio final feliz.
Pero justo cuando tomó la decisión de no involucrar a nadie más... Todo se volvió negro.
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En distintos lugares sucedió lo mismo, cada pandilla a la que se enfrentó, cada persona que murió se encontraba en aquel extraño lugar.
Justamente cuando todos estaban por pelear un grito llamó la atención.
–¡Emma! –grito Draken, y con el caos se desató
Unos gritaban, otros lloraban como Chifuyu y otros tantos simplemente miraban todo en shock.
–Esperanza, por favor no pierdas la esperanza querido héroe te demostraré que aún con todo el sol brillará, por favor mira la pantalla... –aquella voz se proyecto por encima de todo sonido presente, esas palabras dejaron en shock a todos–, y con esto ellos también verán cuanto te esforzaste para lograr su felicidad
Sin esperar a nada ni nadie, de pronto la pantalla se encendió y una voz clara se escucho.
–El nombre de mi equipo será... ¡Tokyo Gang! –grito Takemichi
