CAPÍTULO 2

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─ Él es diferente

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─ Él es diferente. ─ murmura bajito mientras observa a sus nuevos compañeros.

─ ¿Qué cosa?

Yunho sigue la mirada del menor, una vez se da cuenta que es lo que tanto mira su amigo niega con un suspiro. Su amigo iba a hacerlo, otra vez.

─ No es como los demás. ─ sonríe cuando el pelinegro desordena su cabello en señal de frustración, al parecer lo que le estaban diciendo su nuevo grupo de amigos no le gustaba para nada. ─ Con él, todo podría ser diferente a como lo han sido años anteriores.

─ Woo, veo que no voy a hacerte cambiar de opinión. ─ se coloca frente al de cabellos castaños cortando la vista. ─ Te apoyaré, sabes que sí. Pero si veo que esto no te hace bien me veré en la obligación de cortar cualquier lazo que hayas creado con ellos.

─ No queda mucho tiempo Yun...

─ Lo sé. ─ sus ojos se cristalizan. ─ No sabes cuanto detesto a tu padre.

─ Yo no puedo odiarlo.

─ Y por eso lo odio el doble.

Ambos amigos se miran fijamente antes de sonreírse y envolver al otro en un abrazo reconfortante.

─ Sigo creyendo que no deberías juntarte con personas como él. ─ una voz se hace presente junto a ellos. ─ Es tan raro.

─ Lo que tu creas no me es importante. ─ Yunho ya no sabía cómo hacerles entender que no quería tener nada con ellos o su circulo de amigos. ─ Kai, mi paciencia tiene un limite y juro que tu estas por pasarlo. No quieres conocer esa parte de mí.

─ Amigo, simplemente estamos dando nuestra opinión. Pero vemos que te gusta estar con los raritos del instituto.

─ Kai...─ su mandíbula duele cuando aprieta con fuera intentando controlarse.

─ Yun, debemos irnos. ─ la dulce voz del menor atrae su atención. ─ La última clase esta por empezar.

Olvidando el incidente, Yunho toma de la mano al menor y lo incita a caminar un poco más rápido de lo normal y es algo de lo que el mayor no se da cuenta hasta que siente que Wooyoung se suelta bruscamente de él.

─ M-más despacio. ─ respira profundamente intentando calmar los latidos de su corazón. ─ Deberíamos ir con calma, ya sabes.

─ Lo siento, sabes que detesto como te tratan. Si tan solo...

─ No. ─ responde con rapidez. ─ Eso no traería nada bueno y lo sabes.

Una vez sentados en sus asientos de siempre se sumergen en un completo silencio. Aunque no se estén hablando sus pensamientos casi siempre coincide ¿Por qué? Porque siempre es sobre lo mismo. Antes lo hablaban, pero ahora cada uno prefiere mantenerlo así, sin necesidad de traer a la realidad lo que pasará en un futuro.

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