Esa misma noche, ese primero de Febrero, ese en el que Minho no paraba de mirar a ese chico.
Pudo haber sido extraño, sí, pero en primer lugar; Lee era abiertamente gay, y, en segundo, su amigo Seungmin lo había obligado a asistir a dicha fiesta, la...
Minho aún lo tomaba por la cadera, besándolo con suavidad, mientras sentía el agarre de Han desde su cuello, hasta su respiración y la risa nerviosa que sintió hacia sus labios. Aún estaban en el cuarto de escobas, dejándose llevar por lo que sucedía en ese mismo instante. Jisung se separó un momento, tratando de recuperar la respiración, mientras se recostaba en la pared en la que lo había atrapado Minho.
-¿Estás bien?-Preguntó Lee, deteniéndose de la misma forma, mientras observaba las mejillas ruborizadas de Han, sonriendo levemente.
-S-Si...-Bajó saliva, cabizbajo, observando a su hyung con timidez, pues, estar en aquella situación estaría prácticamente siendo algo que no se esperaba, aunque, quizá si lo hubiese pensado- ¿Quieres hablar de esto?-Soltó una risa nerviosa, viendo a su mayor alejarse brevemente.
Minho se movió del lugar en el que estaba, dejando espacio para Jisung y tratando de calmar el ambiente. Era obvia la razón por la que había hecho tal cosa, y Han no lo sabía, pero lo había correspondido casi al instante; ahora sabía tal cual el sabor de sus labios, y lo muy bueno que podría ser dando un simple beso.
-¿Exactamente, de qué...?
Un silencio directo se hizo en la habitación, en la que, tan solo y evitaban el contacto visual. La oscuridad tampoco colaboraba; y entonces, el timbre había sonado denuevo, mientras ellos solo hacían silencio, dejando el momento ahí, ahí y así.
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Luego de un rato ahí parado a un lado del baño de chicas, mientras esperaba a que su amiga saliese, se quedó un momento en silencio, meditando, pues... Nunca se había atrevido a ser tan sociable con alguien más que Lee Minho, y mucho menos con su amiga, la que por cierto, le gustaba de cierta manera (o eso creía). Era una chica linda y dulce, con una voz angelical y un cabello oscuro y sedoso, tierna y con una voz espectacular; podría decir que la chica perfecta para él.
-¿Seungmin-oppa? ¿Me escuchas?
-¿Ah? ¡Ah!, Si si, dime!-Reaccionó, apenas y notándola.
Mientras la chica le insistía a Kim, sacudía la mano frente a sus ojos, intentando ser vista e impotente ante su sed de ser el centro de atención, pues, Kim Seungmin le gustaba mucho, y podría jurar que repetirían el beso que se dieron en ese bar, lo tenía en mente, y sabría que podría, porque, An Yu-jin tenía todo lo que quería. Desde el momento en que lo veía, lo quería, y lo obtenía, esa era su regla, y a cualquier costo.
-¿Está interesante el paisaje no?-Volteó los ojos, le dio la espalda a Seungmin y se marchó.
Él solo se quedó ahí, parado, viendo cómo su Yujin se alejaba, mientras pensaba aún en qué se suponía que debía hacer en un caso como ese; si seguirla por obligación y moral decente, o quedarse ahí, observando lo que tanto llamaba su atención... Christopher Bang.
