Matilda descubre que hay personas sanadoras en un mundo destructivo.
Después de perder a casi toda su familia, dos hermanos llegan a una nueva comunidad y empiezan sus vidas de 0, dejando el pasado atrás.
Pero siempre hay algo del pasado que sigue e...
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—Botiquines, páginas amarillas, Glenn verificó todo, estaremos bien.— Aiden verificó.
Siempre quería participar en las expediciones, me sentía inutil quedándome en la comunidad mientras otras personas ponían en riesgo sus vidas solo por municiones.
Gracias a la ayuda de Glenn, logré convencer a Deanna y Jack de que me dejaran ir.
—Me preocupo demasiado, por eso construí el muro.— Admitió Reg.
Aiden estaba despidiéndose mientras yo contaba mis flechas.
Ví como Glenn y Maggie se despedían, eran una muy bonita pareja, eso era difícil de ver en un mundo apocalíptico.
—Hey, Matilda, cuídate, ¿bien?.—Me dijo la mujer que antes mencioné, haciendo que me sorprenda.
Creo que es la primera vez que alguien se "preocupaba" por mí, aparte de Deanna y Jack.
—Estará conmigo, Estaremos bien.—Glenn la tranquilizó, sonriendo.
—Tranquila Maggie, cuidaré al chino.— Dije divertida y recibí un "Soy coreano" de su parte, sacándonos una sonrisa.
Me gustaba molestarlo.
—Se hace tarde, vamos.— Nos apuró Aiden y nosotros nos dimos una última mirada antes de subirnos a la camioneta.
—Ya, hablemos en serio, Dime que te dijo.— Le insistió Tara a Noah.
De un momento a otro, una cancion se empezó a reproducir en una radio, haciéndome fruncir el ceño.
—Genial, hay que bailar.— Dijo irónicamente Noah, sacándome una sonrisa.
—Música para alegrarnos el viaje, genial.— Sonreí.
Al llegar, mientras estaban discutiendo sobre el plan, yo me fui con Noah y Glenn.
—Buen disparo.—le dijo Glenn al chico.
—Tanta práctica da frutos... De hecho, la semana pasada casi practico sobre Aiden.— Admitió Noah.
—Yo también.— Confesó Glenn
—Aiden es una persona que te saca de quicio fácilmente, todos queremos dispararle.— Admití y los tres nos reímos.
dejamos de reir al escuchar sonidos de caminantes, caminamos un poco más y vimos una gran cantidad de ellos del otro lado de la reja.
—Bueno, no saldremos por el frente.
***
Entramos al lugar y pude ver que era muy grande, se escuchaban gruñidos pero no veíamos a ningún caminante.
