Love and Swords

Lentes de Sol

-Cree que pueda repararlos, sensei? - preguntó Usagi

-Usagi, esto no se repara fácilmente con pegamento, lo que ocupas es un milagro - respondió simplemente Katsuichi cruzando los brazos

Usagi soltó un quejido combinado con lamentos, observando los restos de los lentes naranjas favoritos de Leo, los de Lou Jitsu

Unos horas atrás estaba haciendo sus tareas normales del día, entre ellas, cuidar el huerto de su sensei, en un día soleado con un calor insoportable

Por suerte, tenía los lentes de Leo, que le había prestado la última vez que estuvo en su dimensión, amaba poder usarlos, eran cómodos, protegían bien sus ojos y no necesitaba orejas a los lados para usarlos

Además podía ver a Leo en ellos, raro porque obviamente eran de él, pero era un recordatorio de que Leonardo Hamato existía, esperándolo cada día en su propia dimensión, que después de cada semana se abriría un portal y que la tortuga lo esperaría con los brazos abiertos

Y con sus besos también

Volviendo a su anécdota pasada, después de atender el huerto, fue a practicar con su sensei, guardando los lentes de manera involuntaria en su hakama, comenzaron a practicar sin ningún problema, hasta que Katsuichi logró derribarlo.

Al caer, sintió un pequeño dolor, uno diferente de las otras veces en que había sido derribado, no fue hasta que pasó su mano por donde provenía el dolor, en que se dio cuenta lo que había sucedido

Había roto los lentes

***

Volviendo a la actualidad, el resto de los lentes se encontraban en una mesa entre Katsuichi y Usagi, el conejo ya había acomodado las piezas para formarlos de nuevo, pero ahora estaban buscando una solución para unirlos, estaba desesperado

Pero ya lo había dicho su Sensei, necesitaba un milagro y el pegamento no lo sería esta vez

-Debe haber una forma de repararlos!, Leonardo abrirá pronto el portal, no puedo volver con los lentes de su padre en pedazos - lamentó Usagi - me los confío y ahora los he roto, dioses, me odiara, terminará nuestra relación y nunca más volverá a abrir otro portal para mí

-Usagi, estás exagerando mucho esto, Leonardo-san no te odiaría por un objeto material - Katsuichi quería rodar los ojos con molestia, pero entendía que de alguna forma esto era importante

Los amoríos adolescentes de hoy, pensó viendo como se desesperaba más su estudiante

-No exagero, son importantes para él, son una imitación perfecta de los originales de su padre, que obtuvo cuando derrotó a Big Mama - el conejo sujeto sus orejas con fuerza - a Leo le encanta contarme esa historia y me los prestó, una de sus cosas más valiosas, confío mí y ahora los he roto

Usagi soltó un pequeño sollozo, Katsuichi pasó una mano por su espalda intentando reconfortarlo

-Usagi, tú mismo lo dijiste, confía en tí, es tu pareja, él lo entenderá, del mismo modo no intentes ocultarserlo, ambos decidieron ser honestos cuando iniciaron su relación, una simple cosa material no cambiará eso, entendido?

El conejo sorbió su nariz, escuchando con atención las palabras de su maestro, quién tenía un punto, suspiró en derrota

-Entendido - afirmó para luego recibir unas palmadas en la espalda

Esperaba que Leo no se enojara

***

El portal azul apareció, Usagi respiró profundo al verlo, era hora de irse, se despidió de su sensei con un fuerte abrazo, recordandole que volvería en 2 días

Katsuichi devolvió el abrazo, para después levantar su pulgar en señal de que todo iba a salir bien, Usagi devolvió el gesto con algo de inseguridad y pasó por el portal sin ningún problema

Al otro lado del portal, estaba Leo sosteniendo su espada, quién sonrío al verlo, soltando su espada para sostener sus manos

Usagi sonrió igual, como amaba ver la sonrisa de Leo.

Pero pronto su sonrisa se borró, recordando la bolsa pequeña en donde estaban el resto de sus gafas, escondida en su kimono

Al ver esto, la sonrisa de Leo cambió a un gesto de preocupación, haciendo que Usagi se sintiera peor, lo que menos quería hacerlo preocupar

-¿Podemos hablar en privado? - inició Usagi, la cara de la tortuga cambió a un gesto de terror pero de todas maneras asintió

***

Estaban en la habitación del ninja, ninguno parecía querer hablar, pero cuando Usagi abrió su boca, Leo habló primero

-¿Hice algo mal? ¿Quieres terminar conmigo?

-¿Qué? ¡No! ¡Claro que no! - no dudó en decir Usagi

Leo suspiró en alivio, pero entonces se preguntó de qué quería hablar Usagi?

-Yo… Leo yo…

El ronin suspiró sacando lentamente la pequeña bolsa de su escondite, poniéndola en las manos de su pareja

Leo lo sujetó sin entender, era un regalo? Pero aún no era la fecha de su aniversario y tampoco recordaba algún evento importante, no era su cumpleaños aún

Abrió la bolsa, viendo los lentes destrozados, su mirada fue hacia Usagi quién empezaba a arrodillarse en disculpa

-Leo, lo lamento, rompí una de tus posesiones más preciadas, no espero que me disculpes fácilmente y yo… - Usagi paró en medio de su discurso, al escuchar una risa

Leo estaba riéndose

Usagi no podía sentirse más humillado

-Perdón Usagi, espera, levántate - la tortuga le dio la mano, ayudándolo a levantarse, el conejo la tomó confundido y algo ofendido, intentaba disculparse, como eso era objeto de burla?

-Antes de que me golpees por reírme, te lo explicaré- comenzó Leo levantando las manos en un gesto de paz - Usagi, esos no son mis lentes, son tuyos

¿Qué?

-Qué? Míos? Pero… cuándo? ¿En qué momento? - el conejo estaba más confundido

-¿No recuerdas que hace unas semanas en nuestra maratón de películas de Lou Jitsu dijiste que querías unos? Te conseguí unos en la Ciudad Escondida y te los regalé, además tengo más lentes de esos que no dudaría en prestarte

Usagi se dió cuenta que debió estar distraído cuando se los regalo, que vergüenza, todo ese drama por unos lentes que resultaron ser suyos, escondió su cara en el hombro de Leo

Leo acarició sus orejas y le dio un beso en la mejilla

-Si te sirve de consuelo, agradezco que hayas confiado en mí para contármelo

Ambos rieron, a la próxima cuidaría bien sus lentes