- La informante -

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Después de acomodar todas sus cosas y darse un baño ambos se tiraban en sus respectivas áreas para dormir, eran enemigos, pero dormían bajo el mismo techo, eso comenzaba a desconcertar a ambos, pues, aunque querían pensar que las cosas entre ellos estaban cambiando había algo que no les cuadraba ¿cómo podía pasar realmente eso? Eran más de 10 años de odiarse como para que por unos días de sexo en una isla todo hubiera cambiado.

La idea sonaba simple, no querían aceptarlo, pues la realidad es que desde el inicio ninguno se dio la tarea para conocerse, eran tan tercos que ahora que se conocían mejor sentían que ya sabían a que se atenían con el otro y si no implicaba una pelea a muerte, ellos mismos sonaban como lo más cómodo que tenían, por lo que confiados a que ninguno de los dos intentaría matar al otro se quedaron dormidos hasta el nuevo día.

Un informante abría los ojos al notar la luz del sol entrar en su ventana, talló sus ojos y recordó lo que hacía en ese lugar por lo que destapándose se levantó para darse una ducha y revisar en su teléfono las novedades, en ese momento su teléfono sonó, era su jefe.

- Buenos días Shiki-san - decía un alegre pelinegro

- Buenos días señor informante ¿Se puede saber dónde ha estado estos días?

- Lo más seguro es que lo sepas

- Tal vez lo mejor es que me lo diga usted mismo

Izaya sonreía entendiendo el mensaje - le pasaré mi dirección

- En una hora lo veré ahí - dijo para colgar

Izaya miraba el celular para notar que la llamada había finalizado, por lo que se vistió nuevamente con ese disfraz femenino que se decía a si mismo era temporal y caminó a la cocina para servirse lo único que había "cereal" y pudo sentir la mirada de un rubio, el cuál observaba cada movimiento que éste hacía sin decir ni una sola palabra, por lo que Izaya sólo se limitó a continuar con lo que hacía tomando su abrigo para finalmente dirigirse a la salida

Shizuo al notar eso se levantó y lo miró para detener su salida

- ¿A dónde vas?

Izaya sonrió y sin darle frente salió de la casa, ¿por qué tenía que darle explicaciones? No era como que no pudieran hacer lo que se les diera en gana, eran enemigos después de todo, y hasta donde tenía entendido el acuerdo sólo era que Shizuo se quedaría en el departamento para dormir, no para entablar una conversación o ser amigos, así que no tenía por qué contarle nada.

Finalmente subió a un auto notando la mirada curiosa de su jefe, por lo que no le quedó de otra más que sonreír

- ¿Y bien? ¿De qué es de lo que quiere hablar?

Shiki después de escuchar su voz volvió a recargarse en el respaldo del auto para fingir que no le importaba haber visto a Izaya subir vestido de mujer al auto y comenzó a limar sus uñas

- Me gustaría saber ¿porqué fue que pensó que robar un jet blindado de otra mafia sería buena idea?

Izaya sonreía - no era como que pensaba que me descubrirían realmente

- Pensaba que inculparían a Heiwahima Shizuo-kun ¿no es así?

- Así es, pero ese monstruo siempre hace cosas que no espero, por lo que como lo sabe terminamos en una isla desierta conviviendo más de lo que hubiéramos querido, finalmente llegaron los cobradores y terminamos en otra isla con quien pensaba darnos nuestro merecido

Shiki no dijo nada, hubo un silencio por unos minutos hasta que se dispuso a volver a hablar - Recibí una llamada de aquel jefe, preguntó qué tan ligados estábamos con esa burla que usted hizo, comentamos que usted es un informante independiente y que nosotros no tenemos nada que ver con sus decisiones por lo que dijo que procedería de la forma que él creyera correcta

Atrapados (Shizaya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora