- La jaula -

78 9 0
                                    

El enfrentamiento había empezado, Shizuo le lanzó la palmera a Izaya y éste la esquivo.

Sólo fueron necesarios unos pasos para que Izaya se diera cuenta que tenía las de perder, después de todo acababan de tener sexo, así que para qué decir que no estaba adolorido.

Miraba al rubio tomar otra palmera y lanzársela de la misma forma, sin duda que la esquivó. No le importaba el dolor o mejor dicho su orgullo era mucho más grande para poder fingir que no le importaba y por esa razón siguió esquivando todo lo que le lanzara Shizuo.

Le era difícil atacarlo porque de hacerlo tendría que moverse más a que si sólo esquivaba, por lo que sino pensaba en algo pronto terminaría perdiendo.

Shizuo miraba a Izaya "combatir" de una forma diferente, pues en ninguno de sus movimientos había acuchillado su cuerpo, eso lo hacía sentirse un poco confundido, o Izaya lo amaba lo suficiente para no querer lastimarlo o estaba planeando hacer algo que jamás había hecho para darle su mejor golpe. No sabía cuál era la respuesta, pero no se iba a esperar a que fuera afirmativa la segunda y por esa razón tomó dos palmeras y comenzó a usarlas como si fueran unas tijeras gigantes.

Izaya sabía que no iba a poder saltar eso, así que cuando estuvo apunto de ser sujetado se tiró en la arena para ver como Shizuo se sorprendía de haber fallado y una vez haber separado las palmeras para ver donde estaba Izaya vio como una navaja iba a toda prisa hacia su pecho.

Shizuo sabía que el primero en dar el primer golpe ganaba el duelo, así que dejarse tocar por ese filo era lo último que se podía permitir, por eso se lanzó a la arena y pateo a Izaya, sólo para verlo caer sobre él.

Izaya cayó sobre Shizuo de una muy mala forma para el rubio, puso su navaja como si fueran sus manos para sostenerse, por esa razón Shizuo terminó sintiendo cómo se enterraba aquella navaja en su hombro y cómo sonreía Izaya.

- Gané - dijo aquél pelinegro de forma arrogante

Shizuo sonreía de la misma forma negando

- Eso es lo que quisieras, es obvio que yo te patee primero, así que el que ha dado el primer golpe he sido yo, el que cayeras sobre mí está de más

Izaya sonreía incrédulo y negaba

- Una patada no cuenta como un primer golpe

- Sí que cuenta

- Por supuesto que no, debiste darme un golpe en la cara o algo que tuviera mayor peso, sin contar que ese "pequeño" golpe no fue ni bien dado

- ¿porqué dices eso?

- porque mínimo me hubiera roto el pie, pero no fue así, por lo tanto no es un golpe y yo gano

Shizuo no estaba nada feliz con las palabras de Izaya y negó

- Ah no, eso sí que no, si no quieres perder entonces decretemos un empate

- ¿que dices? ¡por supuesto que no! yo he ganado - decía moviendo la navaja ya enterrada para hacer que se profundizara más aquella herida

Shizuo veía sangre salir y tomaba la mano de Izaya para quitarlo y lanzarlo a la arena poniéndose sobre él

- Que será un empate, pues pierdas o ganes regresaremos los dos

Izaya estaba por contradecirlo pero sintió como Shizuo tapó su boca con una mano

- Lo haremos así, porque si yo gano, tú conduces y si tú ganas no aceptaré que ganaste, así que para evitar el conflicto me decretaré ganador y terminaré por serlo, así que para tu maldito orgullo te conviene aceptar un empate.

Atrapados (Shizaya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora