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Taehyung
Estaba asustado, no sabía que hacer, ese tipo estaba como un loco. A simple vista se nota que es de esos millonarios clasistas, el cual no se acostaría con una prostituta en ninguna de las circunstancias.
Precisamente tuve que ser la víctima, mi primer día en esto y caigo en las manos de un hombre que le gusta todo, menos el sexo y mucho menos con mujeres.
Estaba furioso, parecía un energúmeno, caminaba de un lado a otro. Quería largarme lo más pronto posible.
—Voy a pagarte una buena suma, para que pases la noche conmigo, finjas y le digas a esos putos de mis amigos que tuvimos sexo.
Tae se llena de valor, toma la palabra—Perdón señor, es el problema—Se quita la peluca con temor—No soy una mujer, soy hombre, señor.
Jungkook queda paralizado, pone las manos en su cabeza, se desploma en el sillón.
—Lo siento, es lo que trataba de decir, pero no me dio oportunidad.
Hay un silencio entre los dos hombres, Tae se siente incómodo, no sabe qué hacer. Sin mediar palabras se marcha,
Jungkook va trás él, lo detiene—No te atrevas a poner un pie afuera.
Se molesta—¿Entonces dígame que hacer? Me siento incómodo, viéndo su cara de gorila y maldiciendo. Bien lo dijo, tomo al primer idiota que vio. Lo siento, necesito ir a producir. Si sus amigos preguntan, les diré que le di una mamada de pito.
Lo halla con violencia—No te atrevas a bajar, no quiero que mis empleados te vean, esos imbéciles no van a tragarse el cuento, ni siquiera sabes usar la imaginación a la hora de decir una mentira.
—No sé usarla porque no soy ningún mentiroso ¿Dígame que va a hacer conmigo? No soy una mujer, no soy nada de lo que le gusta. ¿Piensa tenerme parado toda la noche en la entrada de su habitación, observando su frustración?
—No soy ningún frustrado
—¿Entonces que? ¿Qué vas a hacer conmigo?
—Por lo pronto vamos a la habitación, esperemos que esos idiotas se marchen. Dije que voy a pagarte, es igual si eres hombre o mujer, no voy a acostarme contigo.
Regrese a la habitación de ese idiota arrogante, me señaló un sillón indicando que me sentara Estaba incómodo, perdido, jugaba con mis dedos entre las piernas. Solamente me miraba, tenía sus fríos y oscuros ojos clavados en mí.
Se levantó, sirvió dos vasos de whisky. ¿Quién mierda tiene whisky en la habitación?
