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Han pasado quince días desde que emprendimos nuestras vacaciones No sé que estoy disfrutando más, si el viaje, o ver la felicidad en él, cada vez que llegábamos a un nuevo destino.
Es la última noche, mañana regresaremos a Nueva York.
Tae hablaba con sus padres, al parecer, su madre está muy enferma, sin decirle nada decidí darle una sorpresa más.
Jungkook lo abraza por la espalda, le besa el cuello, ambos se encuentran en salida de baño — ¿Qué tienes?
— Mi madre sigue enferma, tiene problemas respiratorios, estuvo hospitalizada en estos días, Afortunadamente, está en casa.
Kook lo lleva a la cama, posándolo sobre él.—Hay un médico muy bueno en Corea, es amigo de la familia. Hablaré con él para que vea a tu madre.
—¿En serio harías eso?
—Claro que sí. Mi padre murió de cáncer en los pulmones, lo trato por muchos años, a pesar del pronóstico desalentador, pudo vivir más tiempo.
Taehyung baja la cabeza — No sé que decir.
— No digas nada— Lo besa
Jungkook
Se levantó, quitó su salida de baño, rozaba suavemente la pelvis el mi bulto, este se puso duro en el acto. Dejó caer su cuerpo, prendiéndose en mis labios.
Esta noche no quiero nada inusual a lo que comúnmente venimos haciendo. Esta noche quiero tener un encuentro lleno de sentimientos.
Me fui sobre él, deslice la lengua por su plano abdomen, este se contraía, su restitución empezó a agitarse, las costillas se le hundía.
Hice un recorrido por su anatomía, saboreando cada rincón de su piel. Cuando llegue a la entrepierna, me prendí en su virilidad. Me tomo por del cabello, guiando las succiones, al tiempo, movía suavemente las caderas.
Sin perder la compostura me fui sobre él, embistiéndolo. Rodeo las piernas en mis caderas y los brazos en el cuello. Su apretada entrada hace que el placer sea intenso
Levanté su cuerpo, sentándolo en mi regazo, aún seguía aferrado en mi cuello, baje los besos a sus pezones, me prendí en ellos. Apretaba sus caderas, guiando los movimientos. No podía seguir reteniendo mi clímax, apreté su trasero y estallé.
Me tiró en la cama, metió mi cabeza en su entrepierna y el miembro en mi boca.
Me tomo por el cabello, al tiempo introduje un par de dedos en su trasero, los metía y sacaba al compás de las succiones.
Aferro su virilidad en mi boca, sus jadeos eran intensos, pasado un tiempo estalló.
Después de aquel pequeño encuentro, fuimos al baño, volvimos hacerlo.
