XIX: El karma del amor

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Las últimas semanas habían sido las más ocupadas para todos los caballeros dorados, sobre todo para Aioria ya que debía planear hasta el mínimo detalle sobre su boda, lo cual era demasiado trabajo ya que estaba solo, esto debido a que Milo no le ayudaba mucho y lo que era extraño, era que en las noches su prometido bebía más de la cuenta desde el día de la propuesta. Y esa actitud empezó a molestarle a Aioria, ya que no era normal que su prometido terminara embriagado cada noche. 

Faltaban solo dos días para la boda y gracias a la ayuda de sus compañeros estaba casi todo listo, sobre todo Afrodita había ayudado en los preparativos. Pero Aioria sentía que algo le faltaba y empezó a sentirse inseguro sobre si realmente se quería casar. En un principio todo era para molestar a Camus, pero ahora se daba cuenta que un matrimonio no era realmente lo que soñaba y más ahora dudaba porque Milo no parecía tan contento a pesar de ser el quien le había propuesto matrimonio.

Entre tantas dudas se había dormido en la habitación del templo de Escorpió y es que desde su compromiso compartían una sola habitación, lo único era que Milo no estaba a su lado. En las noches se perdía en algún bar de mala muerte y Aioria se quedaba solo. 

Esa noche fue diferente, escucho el sonido del vidrio romperse lo que le alerto a Aioria, salió en silencio de la habitación para ver qué pasaba, aunque suponía que Milo ya había llegado y en su estado etílico había roto algo. Se oculto tras un pilar para ver qué hacía su novio y ahí se enteró de una horrible verdad.

—Camus... Regresa conmigo... Porfavor...— Era evidente que el caballero de Escorpió estaba ebrio, lo que talvez causaba esos sentimientos. Se golpeaba el pecho una y otra vez mientras que las lágrimas salían de sus ojos.— Porfavor evita mi boda... Camus... Camus...

Los ojos de Aioria se abrieron par a par mientras su mano cubría su boca. No tenía palabras para explicar lo que había sentido al escuchar a Milo y lo adolorido que se encontraba.

—Es por alcohol... Cuando estemos juntos será feliz...— Susurro con dolor el caballero de Leo, pero no podía engañar a su mente. Si algo conocía de Milo es que solo decía la verdad cuando bebía. Pero no quería aceptar que esos eran los verdaderos sentimientos de su novio, así que se fue devuelta a la habitación, ocultándose entre esas sábanas, buscando consiliar el sueño nuevamente e imaginar que todo había sido una terrible pesadilla. Milo no era el mismo del que se había enamorado.

Pero Aioria no era el único que la estaba pasando mal. Camus estaba en su misma situación y es que le dolía saber que Milo se comprometería con Aioria.

Sin embargo el dolor fue corto y escaso, todo gracias a Death, en todo ese tiempo el caballero no había dejado solo a Camus, lo acompaño en su dolor tratando de animarlo mientras lo cuidaba. Ellos eran los únicos que no ayudaron con la boda, pero por obvias razones el patriarca lo dejo pasar.

Durante ese tiempo Camus descubrió que no necesitaba de Milo, pues Death lo hacía feliz, el caballero de Cáncer le mostró un mundo de amor y cariño, sobre todo se ganó su confianza y respeto. Aunque para muchos Death no era un buen caballero, para Camus Death era el mejor de todos, no solo amable sino era un alma dulce que por dentro se preocupaba demasiado por las personas que le importaban.

Por lo que mientras Camus se recuperaba de su dolor, Aioria empezaba con el suyo, pues no imaginaba lo que le esperaba.

Camus pensó en todo ese tiempo que lo mejor era hablar con Milo una última vez, pues debía dejar de estar aferrado sentimentalmente a el. Además en todo ese tiempo conoció el cariño y afecto de su pareja, además de que Death le mostró otro panorama del verdadero amor. Así que para soltar sus sentimientos por Milo, el mismo debía cortar esos lazos.

Mal de amores [DeathmaskxCamus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora