🛡 ꜥꜤ 𝐒𝐄𝐌𝐈𝐋𝐋𝐀 𝐃𝐄 𝐃𝐑𝐀𝐆𝐎𝐍 | Los murmullos y rumores eran comunes en la Fortaleza Roja, secretos de la más Grande Dinastía Targaryen.
Cuándo el Rey Viserys I Targaryen fallece, presuntamente debido a un envenenamiento, la sucesión se v...
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Un corazón triste. 122 d.C
Los pasos pesados a lo igual que el ambiente los rodeaba, había un silencio incómodo que ni Aemond y Daeron interpretaban.
–Madre. —Llamo Aemond. —¿A donde vamos?
—Conocerán a unas personas importantes. —Respondio Alicent sin voltearlos a mirar.
Avanzaron por los pasillos hasta la habitación de su padre, en donde Helaena estaba también. Su hermana mayor los miró apenas llegaron.
—Muy bien, ingresen. —Alicent empujó las puertas de la habitación en donde reveló a su padre sentando en un sofá, su abuelo Otto también estaba ahí, además de otras personas a la cuales no conocían del todo.
Aemond reconoció a uno de los hombres. Ormund Hightower, un ya mayor delta hermano de su abuelo.
—Hijos, Ormund Hightower. Mi tío y sus hijos vinieron hoy para proponernos una unión.
Los tres más jóvenes se miraron entre sí notando la falta de su hermano mayor. No había rastro de Aegon, lo que era raro.
—¿Que tipo de unión? Madre. —Cuestionó Aemond, hubo cierta sensación de su Alfa recién despertado que le incómodo, y es que el aroma que desprendían aquellas personas desconocidas le producía picor en la nariz.
—Un matrimonio hijo, una unión. Debe ser su conocimiento que que su hermano, Aegon. Se encuentra en la edad para ser despojado.
Ahora si los tres menores se sorprendieron, más porqué conocían a su hermano mayor y tenían total conocimiento de su negación a un matrimonio.
—¿Aegon sabe de esto? Madre. —Cuestionó Helaena, quien busco por unos segundos la mirada de su padre, el viejo Rey estaba ahí, pero parecía fuera de sí. Como si estuviera en un estado de confusión.
—Lo sabe, y lo aceptó. No podría rechazar a un joven apuesto Alfa. —Alicent giro su cuerpo hacia un lado. Y con su mano indicó al joven desconocido acercarse.
Los tres hermanos miraron detenidamente al Alfa desconocido.
—Me presentó ante ustedes, mis futuros cuñados. Mi nombre es Adrian.
Aunque hubo una sonrisa, de parte del Alfa rubio, los tres Targaryen, en especial los dos Alfas mayores cubrieron con sus cuerpos a Daeron, quien aún no era capaz de percibir los aromas agrios que rodeaban la habitación.
—¿Quieres despojar a nuestro hermano? —Preguntó Aemond, quien miró con cierto recelo al otro.
—Sería un total honor para mi.
Alicent avanzó poniendo sus manos en los hombros de su primo, y sonrió para sus hijos, aun cuando éstos no parecían contentos con la noticia.
—Se que puede ser una decisión inesperada, pero son Príncipes Targaryen. Es parte de su deber casarse y formar familia. La hora ya llegó para Aegon y luego igual será para ustedes.
