Lo había golpeado. ¡Realmente golpeó a Jungkook!
Taehyung respiraba aterrado, sus pies resonaban en los pasillos vacíos del palacio al igual que sus jadeos y quejidos. Corría y corría con fuerza, sus manos manchadas con la sangre del mismísimo rey sostenían su vientre con firmeza y ensuciaban su bata de seda blanca. El rojo carmín resaltando en la pureza del blanco. Las lágrimas atoradas en las esquinas de sus ojos y la desesperación envolviendo a su corazón en frías cadenas, estrujándolo.
Jungkook estaba furioso. Salió de su habitación y lo desobedeció de la peor manera.
Y aunque sus sentidos le gritaban que volviera, que estaba mal huir, que no debía lastimar a su Alfa. Que pidiera perdón de mil formas y en todos los idiomas; él no lo hizo. Siguió corriendo, doblando pasillo tras pasillo, jadeando al chocar con las paredes con brusquedad y agarrando más y más velocidad.
Corriendo tras su libertad, y la de su pequeño cachorro.
No podía dejar que Jungkook lo agarrara. Mucho menos algún guardia. Sabía que a esta altura ya toda la servidumbre estaba al tanto de la situación y que la fiesta en la primera planta debió de haberse interrumpido, y que pronto los pasillos vacíos estarían infestados de personas buscándolo para llevarlo con el rey.
La cocina. Tenía que llegar a la cocina antes de que eso pasara. Hayi lo esperaba ahí. Sólo eso podía hacer, ya que el plan con Hoseok se había interrumpido sólo podía apegarse a lo inicial y contar con la cabeza de su cachorra para idear un nuevo plan juntos.
Sólo esperaba que todo saliera bien.
En un punto en que los muslos le ardían y sus pulmones agonizaban por oxígeno, dio vuelta en uno de los infinitos pasillos, a tan sólo unos metros de la cocina, y su agitada figura se estrelló contra otra más pequeña, pero igual de tensa y apurada. La olió de inmediato; Hayi.
Ella le analizó de pies a cabeza en un rápido vistazo, y sus ojos se abrieron con terror al ver la sangre brillante y el rostro pálido y ojeroso del Omega.
─¡Taehyung! ¡Oh, Luna! D-Dime que estás bien, ¿¡de dónde salió toda esa sang- !?
─No es mía. ─La calló con un jadeo adolorido, en medio de una bocanada de aire. Sasha le sostuvo los codos entre sus temblorosas palmas, sus dedos aferrándose a la delgada bata de seda. ─Estoy bien, sólo me golpeó en la nariz. El resto de la sangre no es mía.
Hayi asintió, sorprendida. ¿Era sangre del rey? Parpadeó repetidas veces, concentrándose. Eso no importaba, tenían que salir de ahí. Tragó la saliva acumulada en su boca con dificultad y ladeó la cabeza, vigilando el pasillo y las múltiples esquinas alumbradas por antorchas flamantes; sin rastros de sombras que no fueran las de ellos.
─Hace... hace frío, no puedes salir así. E-El cachorro... ─Abrumada, agitó la cabeza. Sabía, y podía ver, que Taehyung estaba en un limbo de adrenalina y temor. Ella los guiaría. ─Todo el palacio lo sabe. Sé que nos encontraríamos en la cocina, pero es un caos allí dentro. Por eso salí a buscarte. Ahora... ahora debemos buscar a Hoseok afuera. Seguir con la otra parte del plan, ¿me oye con claridad, mi reina?
Afuera. Realmente estaba a punto de escaparse.
Hayi lo sacudió un poco, exasperada.
─¡Taehyung! Tenemos que irnos. Aprovechar el disturbio antes de que se organicen para encontrarte. ─Ella fruncía el ceño, sus ojos brillantes en nervios y determinación. Un contraste peculiar que logró conectar a Taehyung con el aquí y el ahora.
El Omega asintió, tratando con las pocas fuerzas que le quedaban de olvidar el dolor en su vientre por el miedo del momento, por los nervios de la pelea anterior, lo tenso de su lobo en su interior y la desesperación natural que le causaba el lazo. Que aunque estuviera cerrado, el estar en una situación de peligro le hacía, inconscientemente, necesitar y llamar a su Alfa.
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youngblood ¡ kooktae
Fanfictionen emisión | ❝solías llamarme «cariño», ahora me llamas por mi nombre. ¿a quién estás llamando, amor? nadie podría ocupar mi lugar. cuando estés mirando a esos extraños, le ruego a dios que veas mi rostro❞ taehyung, el omega del temido rey j...