La pelea continuaba en el corazón de la ciudad, un caos de destrucción y desesperación. Andrew levitaba sobre las cabezas de cientos de personas que miraban la escena con ojos desorbitados, paralizados por el horror. Las calles se convirtieron en un campo de batalla, donde la gravedad parecía desvanecerse en la ira de dos seres extraordinarios. Las olas de energía que emanaban de ellos hacían vibrar los vidrios de los edificios, creando un eco aterrador en el aire.
Los edificios crujían y se desmoronaban bajo el peso de su enfrentamiento. Andrew, lleno de furia y dolor, levantó un autobús de pasajeros, su poder era evidente y superior al de Matt en cada movimiento. Con un grito que reverberaba en los oídos de quienes lo rodeaban, lo arrojó contra Matt, quien quedó sepultado entre los cristales de un edificio. Pero lo que Andrew no esperaba era que, de entre los escombros, Matt emergiera sin un rasguño, como si la adversidad solo alimentara su determinación.
Matt sintió la adrenalina recorrer su cuerpo. Con un movimiento ágil, se lanzó hacia Andrew, un golpe rápido y directo, un puñetazo que atravesó el aire con fuerza. Andrew lo esquivó en el último momento, pero el impacto fue tal que el suelo tembló, y las baldosas se astillaron bajo los pies de ambos.
—¡No puedes seguir así, Andrew! —gritó Matt, mientras se preparaba para un nuevo ataque.
Andrew, con lágrimas en los ojos, replicó: —¡¿Tú qué sabes, Matt?! ¡Jamás has entendido cómo me siento—
La desesperación impregnaba cada palabra. En un momento de furia ciega, Andrew concentró su energía en su puño y lanzó un golpe hacia Matt. La onda de choque fue tal que las ventanas de las tiendas cercanas estallaron en una lluvia de cristales.
—¡Deja de hacerte daño! —gritó Matt mientras se lanzaba al costado, evadiendo el ataque.
Pero la furia de Andrew era incontrolable. Con un movimiento de su mano, levantó una columna de concreto del suelo, arrojándola hacia Matt. Este, en un giro acrobático, esquivó el impacto, la columna se estrelló contra un edificio cercano, provocando que los ladrillos llovieran como lluvia mortal.
Las patrullas repletas de oficiales armados comenzaron a rodearlos. Los policías, con el miedo a flor de piel, apuntaban directamente a las cabezas de ambos "súper humanos", dispuestos a actuar si estos continuaban con su danza mortal de destrucción.
¡QUÉDENSE QUIETOS!
Ordenaron los oficiales, y Matt, consciente del peligro, levantó lentamente sus manos en señal de rendición, girando su cuerpo con cautela. Un helicóptero sobrevolaba el área, iluminando la escena con una luz cegadora que parecía querer absorber toda esperanza.
—¡LO SIENTO! ¡NO QUEREMOS LASTIMAR A NADIE!
Su voz apenas se oía por el ruido ensordecedor del helicóptero, pero la desesperación era evidente en su tono. Sin embargo, un oficial, malinterpretando sus intenciones, abrió fuego. La bala atravesó la mano de Matt, un chorro de sangre oscura brotó de su muñeca, y su grito de dolor resonó en el aire.
Con fuerza, Matt sujetó su muñeca, la bala no había perforado completamente su mano, pero el dolor era punzante y real. Andrew se lanzó al frente, la furia despertando en su interior como un volcán a punto de erupcionar. Las órdenes de los policías eran claras: tirar a matar.
Los oficiales apretaron los gatillos, pero sus balas rebotaron en el aire, incapaces de tocar a ninguno de los objetivos. Andrew, con una expresión de furia descontrolada, gritó que les dejaran en paz, pues esta era su pelea.
Con ambas manos en el aire, las balas flotaban a su alrededor, atrapadas en un campo invisible de fuerza. En un movimiento casi instintivo, las ondas telequinéticas que emanaban de él enviaron a los oficiales volando como si fueran trozos de papel, dispersándose por la calle.
Andrew miró hacia arriba, su grito de desesperación resonando por toda la ciudad. Las ventanas de los edificios a su alrededor estallaron en una lluvia de cristales, como si el mismo aire se negase a soportar su dolor. Estaba perdiendo la poca cordura que le quedaba.
Matt, sintiendo la intensidad del caos y la desesperación que emanaba de su primo, le gritó a éste que parase de una vez. La destrucción se cernía entorno a Andrew, un "Dios" implacable e incomprendido.
La sangre comenzaba a brotar de las narices de ambos, un recordatorio físico del dolor que experimentaba. Todo en su cabeza era un desastre; los sentimientos de Andrew se entrelazaban con los suyos, y el caos se convertía en una tormenta imposible de controlar.
Matt comprendió que debía actuar. La única forma de detener esta locura era hacer algo drástico. Sus ojos se posaron en lo que Andrew tenía detrás de su espalda: una estatua de un hombre sujetando una lanza, un símbolo de poder y autoridad.
Con una determinación desesperada, alzó una mano al aire. Su cuerpo respondía a un instinto primario, y con un grito de agonía, la lanza se separó del hombro de la estatua, arrancando el brazo del hombre. La punta en forma de flecha atravesó la espalda de Andrew, saliendo de su pecho bañada en rojo. Todo sucedió como un rayo que parte la oscuridad.
Acabando con su vida de un solo golpe.
El grito desgarrador de Matt resonó en el aire, un eco de horror y desesperación que se perdió en la inmensidad del caos. La sangre de Andrew escurría por el metal oxidado, y en ese momento, el tiempo pareció detenerse, como si el mundo entero se contuviera la respiración ante la tragedia inminente.
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𝑨𝒑𝒆𝒙 𝒑𝒓𝒆𝒅𝒂𝒕𝒐𝒓𝒔 - 𝒞𝒶𝓇𝓇𝒾ℯ 𝒲𝒽𝒾𝓉ℯ & 𝒜𝓃𝒹𝓇ℯ𝓌 𝒟ℯ𝓉𝓂ℯ𝓇.
FanfictionEste crossover es para saber sí... ¿Que pasaría si Poder sin límites y Carrie White coexistan en el mismo Tiempo y Universo? Poder sin límites o Chronicle del año 2012. una película escrita por Max landis. Andrew Detmer, un inadaptado social que rec...