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—Buenas noches, soy Jimin, ¿en qué lo puedo ayudar? —El rubio sonrió de una forma preciosa, Jungkook estaba mudo y con la boca semiabierta como un tonto. —Señor, ¿está bien?

—Ah, eh, sí, perdón. No me digas señor, por favor, me siento viejo y calculo que tendremos la misma edad. —Dijo sonriendo tímido y por fin saliendo del trance. —Podés decirme Jungkook.

—Está bien, Jungkook. —Dijo Jimin, sus ojos achicándose como dos lunitas al sonreír. ¡Pero qué ser tan adorable el que estaba frente a Jungkook! —¿Cómo te puedo ayudar?

—Ehh, sabés que me olvidé. Esperá un segundo. —Jungkook retrocedió unos pasos y volvió hacia el mostrador con una mueca a lo "Flynn Rider" que logró sacarle una risa tierna a Jimin. —Hola, ¿puedo dejarte mi saco? Y tal vez también mi Instagram o mi número porque a veces no me alcanzan los datos, pero tengo WhatsApp gratis. —Jungkook dijo todo tan rápido que Jimin no contuvo su risa y se tapaba la boca con su pequeña mano, mientras el pelinegro estaba apoyado sobre el mostrador observándolo en todo momento.

—Obvio, Jungkook. Podés dejarme lo que quieras, pero si te hacés el vivo tengo una sartén y un camaleón que pueden lastimarte mucho.

—¡¿También te gusta Enredados?! Ya no tiene sentido, no puedo usar mi arma mortal.

—No creo que sea necesario que uses tu arma mortal. Desde que apareciste y me miraste como perdido me convenciste.

—O sea que hice todo este numerito y me humillé al pedo. Bueno, al menos pude hacer que te rías. —De repente la timidez de Jungkook había desaparecido y le parecía simplemente excelente timing. Normalmente tardaba mucho en acercarse a alguien que le llamaba la atención por vergüenza, pero los ojos de Jimin lo impulsaron de inmediato.

 Se liberó de su saco ante la mirada atenta de Jimin y pudo notar cómo el rubio miraba sus músculos marcados bajo su camisa. Aprovechó el momento y se arremangó también las mangas, dejando ver su brazo derecho tatuado y haciendo que Jimin fuera ahora el hipnotizado.

—¿Jimin? ¿Hola? —Agitó su mano frente a los ojos del rubio logrando que volvieran a hacer contacto visual. —¿Ahora quién está perdido? —Sonrió entregándole el saco a Jimin para que lo guardara y éste le diera un llavero con el número treinta y seis.

—Ja, ja, muy gracioso. Con ese número podés venir a retirar el saco cuando quieras. Tomá esto también. —Jimin agarró un post it y escribió en él su Instagram y su número. —Mi trabajo es un toque aburrido así que escribime cuando quieras. O si te aburrís vos también vení y charlamos. —Dijo con una sonrisa.

—En realidad yo también vine por trabajo. Soy cantante y estoy libre cuando el DJ se encarga de la música nomás—A Jimin se le abrieron los ojos y unos pequeños brillitos aparecieron en su mirada.

—O sea que conociste a la banda, ¿no?

—Sí, ¿por?

—El tecladista es mi hermano y los chicos mis amigos. Vos eras el que cantó en los ensayos de recién, linda voz, Jungkook. —Jimin sonrió coqueto haciendo que Jungkook volviera al modo tímido. Así que como toda persona que actúa bien cuando tiene vergüenza respondió rascándose la nuca y mirando al piso.

—Ah, sí, era yo. G-gracias, no creo que sea para tanto. Las voces de Tae y Jin hyung me ayudaron a complementar.

—Sí, tienen voces muy lindas, pero creeme que resaltás. No sé si es porque sos la voz principal o porque tu voz es casi tan linda como vos, pero tener tu voz de fondo mientras leía fue hermoso. —Jimin 1 – Jungkook rojo como tomate 0.

—Ah, jajaja, gracias. B-bueno, Jimin, creo que me tengo que volver. Bueno, en realidad no pero ahora se viene el catering y tengo hambre porque no como nada desde el almuerzo y viste que para cantar bien se tiene que estar sano y con la comida en la panza. Mi mamá siempre dice "panza llena, corazón contento" así que bueno, jaja, nos vemos o nos escribimos o te llamo o te espero a la salida, como vos quieras.

 Jungkook dijo todo mientras se alejaba de espaldas, no cortando el contacto visual y haciendo que Jimin sonriera sin parar por la ternura que le ocasionó. El rubio pensaba que sería una noche interesante y Jungkook se quería enterrar cuatro metros bajo tierra por haber hablado tan rápido y seguro haberse humillado nuevamente. ¿Por qué Jimin le aceleraba el corazón si recién lo conocía? ¿Quién es este chico que le hacía actuar tan impulsivamente?

 Ni bien Jungkook encontró el baño para lavarse un poco la cara recordó que Jimin le había dado un papel con su número. Decidió seguirlo en Instagram y mandarle un sticker de Homero Simpson escondiéndose en los arbustos para guardar el celular en su bolsillo y esperar a su suerte. Se lavó la cara y mirándose al espejo sólo logró soltar una risa cansada.

—Qué ridículo, Koo, hablaste tan rápido que seguro no te entendió ni la mitad. —Pasó sus dedos por el pelo arreglándose bien y antes de volver al salón pensó "con suerte tu boludez le dio ternura en vez de pena" y esperó lo mejor. 

fiesta de xv | kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora