Un te amo durante el Sexo •Husbanos del anime• +18

•Bakugou Katsuki: Boku no hero academy•

•|Fragmentos de la novela: "Eres dinamita pura"|•
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El viaje de ahí en adelante se volvió más agradable, las frustraciones de su trabajo del día se había esfumado casi por completo, sus mutuas compañías se sentían tan agradables y tranquilizantes que ya no les pesaba el alma de tantas atrocidades vistas. La llegada a su ciudad los separó finalmente y notando un poco la lejanía, el rubio le ofreció su brazo a la chica que se acercó a el de inmediato y apego su cuerpo al de él, caminaron por las calles que prometían un clima templado y la vista de los locales iluminados a su paso.

—Entonces dime, dinamita... ¿Qué cerveza es de tu preferencia?— la chica le sonrió está vez más desafiante, provocando que el rubio se la devolviera de igual forma.

—La cerveza negra...

—Me encantas rubio, ¿lo sabías?— el rubio sonrió y admiro un poco a la chica mientras se adentraban a un bar y ella pedía el par de cervezas. La chica lo admiro con curiosidad mientras se sentaba en la barra del bar y se acomodaba para mirar a Katsuki de frente, esos ojos carmesí le encantaban completamente, debía admitir que casi amaba admirarlos, le gustaba este hombre ya hace mucho tiempo, pero jamás se atrevería a hacer algo al respecto más que alargarlo y admirarlo. Después de todo algo así era obvio, pues Kacchan estaba enfocado en convertirse en el héroe N.º 1 con esfuerzo y ella jamás se perdonaría serle una distracción o simplemente estorbarle de la forma que sea.

Por otro lado, a Katsuki se le aceleraba el corazón cada vez que la tenía cerca, desde que la conoció supo que había desarrollado sentimientos hacia ella, era la única que no le temía a esa personalidad de mierda, a esa bestia enjaulada, a ese monstruo llamado Bakugou Katsuki. De hecho, él sentía que ella lo comprendía, se sentía apoyado y más liberado a su lado, sentía que todo lo que era él era real y genuino a su lado, no tenía que ocultarse, no tenía que fingir y sobre todo, sabía que esa personalidad de mierda no tenía que ser oculta. Eran estas unas de las razones por las cuales se había enamorado de ella. Finalmente, las cervezas llegaron a sus manos y bebieron en conjunto un poco de ellas, mientras mantenían sus pláticas casi sin sentido y otras más profundas, a pesar de ya llevar un tiempo juntos parecía que se conoció una vez más. Pero era así con ella siempre decía: "Nunca terminamos de conocer a las personas, y como hacerlo, si nunca nos terminamos de conocer a nosotros mismos"

En el proceso del habla el rubio bebió su cerveza de un solo trago, mientras la chica le sonreía impresionada, intrigada y bastante atraída hacia el hombre tan varonil, tan seductor, que sin hacer nada más que existir seducía con su presencia. Y ella no era la única que lo había notado, todas las chicas se volteaba a verle y como no si tenía a un dios frente a ella. El rubio sonrió un poco al verla sonreírle, era extraño por qué apresar de que su sonrisa era hermosa, se veía aún más hermosa con esa expresión, tan sería en su rostro, con sus cejas fruncidas y esos ojos que parecían siempre estar enojados. Ambos rieron un poco más, antes de que un par de cervezas más llegarán a su mesa.

—Bien desastre... Ya van dos, veamos cuánto puedes aguantar— La chica acepto el desafío y estiró su brazo para que el chico del bar se les cercara.

—Tráeme dos vasos de pisco puro— desafío la chica al rubio quien sonrió arrogante.

—Enseguida señorita— respondió el chico detrás de la barra para darle la vuelta y a los segundos después poner dos vasos en frente de los muchachos.

—Debes saber que tengo una gran resistencia para el alcohol— desafío el rubio tomando el vaso y acercándolo a su boca.

—Conozcamos los límites de cada uno.

—¿Por qué quieres conocer mis límites?

—¿Por qué no?— Esa frase, esa simple frase que detonó absolutamente todas las emociones hacia ella, ella era perfecta, ella estaba hecha para él. Y esa frase estaba completamente seguro que de aquí en adelante sería solo de ellos.