El Sultán

Capítulo 03

"El Demonio de mi vista"

En el pasillo y puertas de los aposentos del Sultán el pequeño Umino, vestido de blanco y emocionado esperaba a seguir caminando porque no entendía por qué Genma al ver a un doncel de cabello blanco frente a las puertas se paró, pensaba que solo era un criado más.

- Regresemos – Le aviso tomando su brazo

- Déjeme, el Sultán Kakashi me espera

- Debemos volver

- El Sultán me está esperando – Justifico y retomo su paso hacia enfrente

- ¡No vas a ver al Sultán ahora! – Lo tomo con fuerza haciéndolo girar para verle el rostro

- Vine hasta aquí, porque el Sultán así lo quería

- Regresa adentro de inmediato – Lo movió haciendo ver al Doncel de enfrente – La Sultana Hanare está aquí

- Esa mujer allí y yo detrás de esta puerta – Le vio molesto se zafó del agarre y camino de regreso por donde llegaron

Genma le dio una última mirada a Kabuto y camino de prisa siguiendo al paso de Umino quien parecía ansioso de salir corriendo en cualquier momento por todo el palacio.

- ¡Espera! ¿A dónde vas?

- Directo al infierno

- Camina despacio como un doncel – Lo tomo del hombro con fuerza riñéndolo de nuevo – ¡O juro que te romperé las piernas!

Lo cual fue ignorado y camino de prisa mientras este se detenía para hablar con los guardias.

- Atrápenlo, enciérrenlo y que enloquezca

Susurro al ver como dos de los más grandes corrían por los pasillos hacia él y lo tomaban de las costillas

- ¡No! – Trató de forcejear un poco hasta que uno de los encargados lo tomo desde su estómago con fuerza sacándole el aire, sintiendo la presión de su vientre sobre su hombro y lo llevaron con el resto de las concubinas.

...

El rato que Hanare se encontró en la habitación del Sultán fue poco placentero, si bien en su cama estaba su "favorita", no era quien esperaba, Hanare pasaba el rato posterior al sexo haciendo cumplidos sobre su amor hacia él junto con los besos melosos; lo que pareció bien a sus ojos, hasta cierta medida.

- Sora, te ha extrañado le he dicho que trabajas mucho que eres un Sultán y lideras al mundo, pero no quiere escuchar

El peli plata dejo un beso en su frente y se levantó de la cama hasta llegar a su escritorio donde la joven vio un anillo de esmeralda y diamante en forma de gota, de considerable tamaño y lo tomó entre sus dedos sin preguntar y pedir permiso por lo que fue quitado por el mayor.

- Aún no está listo

- Pero así está bien – Dedujo que era para ella – Es precioso, estoy emocionada – Levanto su vista buscando alguna señal de igual manera recibiendo solo alguna mirada neutral como siempre hacia ella

- Dije que no está terminado todavía, aún faltan retoques quiero que sea perfecto, que sea digno de ti – Se dio la vuelta para sentarse tras el escritorio viendo la última sonrisa por compromiso hacia él – Vuelve a tu recamara, esta noche tengo que trabajar – Le echo, no la quería merodeando en su habitación, trato de ser amable al momento de retirarla – Quédate con Sora – Dio su última orden y sin esperar sus reacciones empezó su trabajo