Capitulo 30._ Marca

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Un nuevo día iniciaba para aquellas dos personas que hace un día habían unido sus vidas en matrimonio y que habían decidido unirse también de otro manera más profunda. Su familia como amigos se habían ido al acabar la pequeña recepción que hicieron para conmemorar ese momento tan íntimo entre los dos. Prácticamente estaban solos, bueno, no del todo, ya que la única persona que se quedaría sería su mayordomo y quien veía al peli rubio de ojos rojizos como su propio hijo pero que estaría atendiendo los porque dudaba que ambos lograrán mantenerse alejados uno del otro.

Apenas los primeros rayos del sol se estaban filtrando a través de las cortinas semi cerradas, pegando directo la luz aun azabache que estaba en los brazos de su ahora esposo como alfa. Le molesto teniendo que voltearse despacio pero sin llegar a separarse y se sentía tan cómodo estando entre sus brazos y ahora pegando se a su pecho logrando oler el maravilloso aroma que desprendía. Las pequeñas feromonas aún abundaban en el ambiente de la habitación, misma que ambos liberaron antes y aunque ambos no estaban en celo, no hacía menos este momento especial que compartieron que era su unión.

Los dos decidieron que no harían esto cerca del celo del azabache, sería lo más adecuado por la comodidad y la falta de dolor que abría pero ambos querían recordar ese día.

La marca en su nuca era prueba de que estaba unidos y nadie podía romper ese vínculo a menos que quisieran causar la muerte del Omega. Y conociendo a su pareja, si el moria por alguna casualidad, era capaz de matar a quien fuera y no dudaría en mostrarse de manera cruel como seguirle.

Su mente comenzó a trabajar de nuevo y odiaba que no pudiera callar sus pensamientos ahora. Había despertado primero por los molestos rayos del sol, sabía que no podía dormirse de nuevo pero eso le hizo abrir sus ojos y adaptarse de nuevo a ver con mayor claridad.

Normalmente despertaría de manera huraña por qué así eran sus mañana la mayor parte del tiempo y el que saliera más tarde de cada hasta que se empezará a bajar su mal humor con el té y comida que servía la Sra. Hudson. Está vez no estaba así, un sonría apareció como se alegro al observar las facciones tan hermosas de su marido y su alfa que aún estaba dormido, lo que lo hacia mejor para admirar esa belleza etérea que lo cautivó al verlo por primera vez.

Debió estar cansado, muy cansado estos últimos días planificación muchas cosas de las que era ajeno porque no le veía el caso meterse.

Entre tanto esos pensamientos lo hizo recordar la noche que pasaron y se puso un poco rojo por la vergüenza pero en el fondo no se arrepentía de nada. Las últimas rondas de su creciente pasión, el ya no pudo continuar por qué acabo sin fuerzas, dejo todo en manos de su compañero. Fue el acto de confianza, que hizo que su pareja sonriera lleno de felicidad como ese brillo que lo caracterizaba y pudo olerlo en sus feromonas que lo hicieron amarlo aun mas.

Dejando los recuerdos de lado.

Aunque mostró un poco de sumisión no quiere decir que lo haría todo el tiempo.

A su pareja y a su alfa no le gustaba que fuera así la mayor parte del tiempo.

Ya habían hablado bastante de lo que era aceptable en sus vidas, como querían compartir momentos específicos de sus vidas y como querían que su relacion funcionara.

Dejo de estar metido en sus pensamientos cuando un suave beso fue depositado en su frente, eso lo hizo enfocarse en su pareja quien lo veía con adoración. Cómo estaba de buen humor, dejo que olfateara dónde ahora estaban unidos, en sus glándulas de olor al mostrar su cuello.

Pudo oler mejor las feromonas provenientes de su pareja con lo que hizo y sabiendo que alguien acepto la invitación para oler de la fuente que lo cautivaba bastante.

Mi némesis/Mi todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora