Volkov terminaba de atar sus cordones cuando un frustrado tiny Horacio salió por la puerta de su cápsula. El mayor de ambos, se dio cuenta y no dudó en preguntar:
—¿Qué ocurre, маленький (pequeño)?
—No sé si llevar chaqueta, porque fuera hay sol, pero ahora tengo frío.
El peliplata soltó una sonora carcajada, y la respuesta que obtuvo fue un ceño fruncido junto a los bracitos cruzados del tiny.
—Perdón, perdón. Es que... te estás ahogando en un vaso de agua, ¿no crees? Puedes llevar la chaqueta, y si tienes calor, creo que tengo hueco en el bolsillo —dijo con ironía.
Así, el pequeño Horacio tomó la chaqueta entre sus manos y salió por la puerta, avisando de que ya estaba preparado. Los dos montaron en el coche y se dirigieron a la ubicación en la que habían quedado con Greco y tiny Gus. Antes de ir, pasaron a recogerles para evitar llevar dos coches y poder moverse más fácilmente por la ciudad.
Aparcan al lado de un mirador con zona de camping, en el que merendarán para posteriormente dar una vuelta por la ciudad. Con cuidado, sacan la tarta que habían guardado para la ocasión y la dejan sobre una de las mesas de madera.
Tiny Horacio se asombra cuando ve las vistas desde la mesa en la que van a merendar. El sol está empezando a descender y brinda una luz anaranjada que consigue hacer que parezca una imagen digna de postal.
Los cuatro toman asiento y comienzan a degustar la comida mientras charlan animadamente sobre el cumpleaños de Horacio. En apenas un segundo, Volkov siente que cae algo en su cabeza, y ante la mirada de asco que le ofrecen los dos tinys y su amigo, imagina que no es nada bueno. Va a tocarlo con la mano, pero un desesperado Greco se lo impide:
—¡No lo toques! ¡Te acaba de cagar un pájaro, tío!
—Joder —bufa hastiado— qué puto asco, coño.
Frunce su ceño y toma una servilleta para limpiar el desastre que tiene en el pelo. Al otro lado de la mesa, los restantes carcajean, y tiny Gus, que no pierde detalle de la escena, añade:
—¡Pero no pongas esa cara de mierda, que no es para tanto! Así te pareces demasiado a tiny Uv-
Antes de poder terminar la frase, una colleja propiciada por el dedo índice de Greco le hace callarse. Inmediatamente después, abre los ojos con sorpresa, pues se da cuenta de lo que ha estado a punto de decir.
Tiny Hache no ha pasado por alto el comentario, y su risa ahora ha cesado para dejar lugar a una expresión de confusión.
—¿Qué has dicho? —pregunta el pequeño pelirrojo al fin.
—N-no, no he dicho nada, Hache.
El mencionado alza sus cejas, incrédulo, y resopla cansado por la situación:
—¿Me estáis ocultando cosas? Creo que merezco saber qué está pasando.
—Horacio... —dice ahora Volkov, temiendo lo que venía.
—No, Volkov. ¿Acaso Greco y Gus le conocen? ¿Les conocen?
Tanto el pelinegro como el pequeño rubio permanecieron en silencio. Sabían que era un tema delicado, y no querían decir nada sin la aprobación de Volkov, pues así lo habían acordado.
—Маленький (pequeño)... ¿Te parece si lo hablamos en casa? Por favor.
Tiny Horacio, pese a la cabezonería que le caracterizaba, observó con detenimiento los ojos suplicantes de Volkov, y aunque moría de ganas por indagar en el tema, era consciente de las lágrimas que vio echar a escondidas a la versión grande de su alma gemela. Así que, derrotado ante su súplica, asintió y trató de esbozar una ligera, pero sincera sonrisa.
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SOME THINGS ARE MEANT TO BE [volkacio]
FanficNo importan las veces que intentes cambiar tu destino. Si algo no es para ti, no lo será ni aunque te pongas, y si lo es, no dejará de serlo aunque te quites. Pero eso es algo que Viktor Volkov y Horacio Pérez no comprenden. Al menos, no por ahora. ...