Avanzando

Capítulo 32 : Viajando en el Expreso de Hogwarts

Harry estaba un poco molesto por toda la gente que lo miraba boquiabierto cuando él y Sirius llegaron a King's Cross. La gente que miraba fijamente no era nueva, pero ahora había una nueva ola después de su muy comentada confrontación con Voldemort y los mortífagos durante el verano. Estiró la cabeza y miró a su alrededor, con la esperanza de encontrar a sus amigos para poder evitar las miradas tanto como fuera posible.

Sus últimos días de verano habían sido agitados, con Dumbledore pidiéndole que lo acompañara en su viaje para destruir dos de los horrocruxes de Voldemort. La Copa de Hufflepuff había caído en su regazo básicamente por un tecnicismo. Después de que Bellatrix intentó matarlo, el jefe de su familia biológica, Sirius pudo reclamar sus bienes. Lo había hecho porque quería dejarla sin un centavo, pero fortuitamente encontró la taza mientras buscaba en el contenido de la bóveda, y rápidamente informó a Dumbledore.

El anillo de Sorvolo Gaunt requirió más esfuerzo y trabajo en equipo, con Dumbledore llevando a Harry con él a la choza de Gaunt. Afortunadamente, ambos habían podido evitar que el otro tocara el anillo maldito mientras estaban encantados, porque el resultado ciertamente no habría sido bueno para ninguno de los dos si hubieran hecho contacto con él. No había necesidad de tocarlo y arriesgarse a su maldición, ya que lo habían destruido en el acto.

Después de resolver esos horrocruxes, Dumbledore tomó la decisión de usar el resto de las vacaciones de Harry en la escuela para entrenarlo lo más duro posible, queriendo que estuviera lo más preparado posible antes de su inevitable próximo encuentro con Voldemort. Harry lo apreciaba, pero había sido muy intenso. Había pasado la última semana de su verano tan agotado que no tenía la energía para reunirse con sus amigos/novias. Habían intercambiado algunas cartas, pero eso era todo. Estaba ansioso por volver a verlos, y no solo porque quería deshacerse de la sensación de ser una exhibición en un museo para que la gente los mirara.

Vio a los Weasley hablando con Hermione, así que se giró para despedirse rápidamente de Sirius.

"Que tengas un buen trimestre, Harry", dijo su padrino. "Te diría que estés a salvo y que no te metas en problemas, pero ¿a quién engañamos?" Harry se rió entre dientes cuando Sirius negó con la cabeza. "Sé que los problemas tienen una forma de encontrarte, y no eres del tipo que huye de ellos cuando lo hacen. Solo mantén la cabeza en alto y sé inteligente, ¿de acuerdo?

"Lo haré, Sirius," prometió. "Ten cuidado también, viejo". Harry le dio un rápido abrazo a su padrino antes de correr hacia sus amigos, quienes rápidamente lo saludaron y le preguntaron sobre el final de su verano. Obviamente no podía entrar en muchos detalles específicos en público, pero les hizo saber que todo había ido bien.

Antes de que llegaran al tren, vio el bonito cabello rojo y la sonrisa aún más bonita de Tracey mirándolo. Sus ojos se iluminaron cuando lo vio, y corrió hacia él.

"Hola, guapo", dijo ella, dando un paso hacia sus brazos. "Mucho tiempo sin verlo."

"Demasiado tiempo", dijo. Eso fue todo lo que pudo decir antes de que Tracey se inclinara y presionara sus labios contra los de él con firmeza. Harry le devolvió el beso de inmediato, la rodeó con sus brazos y la abrazó. Solo había pasado una semana desde la última vez que la había visto, pero incluso una semana le parecía demasiado larga.

"¿Deberíamos dejarlos solos antes de que esto se convierta en algo salido de las páginas de uno de esos libros traviesos que Ron cree que nadie sabe?" preguntó Ginny, justo antes de que comenzara a hacer ruidos exagerados de arcadas.

"¡Oye!" dijo Ron, con las orejas enrojecidas por la vergüenza.

Hermione puso los ojos en blanco y Ginny le dio a Ron un ligero golpe en el brazo, pero Tracey solo se rió y tomó a Harry de la mano.