SERENDIPIA

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Advertencias: Referencia a intento de agresión sexual y descripciones de agresiones físicas.





Maria no tenia un gramo de empatía por la ciudad, al menos creía no hacerlo.

Cariño —llamo un matón entre una mezcla de afecto y amenaza— ¿Haz visto al murciélago?

Sin molestarse en darle toda su atención, negó y siguió hurgando en la basura. Con la cabeza gacha parecía sumisa, pero entre su enmarañado cabello vio los ojos de Batman, oculto bajo los montones de bolsas que Maria le había lanzado encima.

Cariño —llamo una vez más— no estés nerviosa, solo quiero saber si lo viste

—N-no —tartamudeo Maria— no murciélago, no ver, a-asustan —gimoteó—son ratas con alas, por favor no m-murcielagos.

—Shhhh —silencio tomándola por la barbilla— no es un animal del que hablo, es una persona, un fenómeno. Déjame preguntar de nuevo ¿Haz visto un hombre vestido de murciélago pasar por aquí?

—Murcielagos no, murcielagos no —comenzó a sollozar— no, no, no ¡Aleja murcielagos! —jalando de su pelo comenzó a gritar estruendosamente.

—¡Ey! ¡Ey! ¡Calla maldita desquiciada!

Puso sus manos contra la boca de Maria, pero siguió gritando y llorando.

—¡Benny! —llego un segundo matón— ¿Que estas haciendo? ¡Es Maria la loca, idiota!

—¡Solo le pregunte si vio al murciélago!

—Bueno, no esta aquí ¡Larguémonos! —exclamo antes de golpearle en la nuca— y deja a Maria, no quiero que los otros pordioseros causen alboroto, se ponen como perros rabiosos cuando matas a uno de los suyos.

El tal Benny no pareció gustoso con la orden, pero la acato, no sin antes golpear el bastón de Maria y hacerla caer al suelo. Maria se mantuvo llorando en el piso mientras murmuraba incoherencia sobre murciélagos, una vez que ambos hombres se fueron prosiguió a seguir hurgando en la basura.

—No salgas —murmuró a Batman— todavía están cerca.

En silencio siguió con su trabajo, recolectando botellas, latas, electrónicos descompuesto, y cualquier cosa que pareciera útil. Su estomago hizo eco, pero Maria ignoro el hambre, una vez que se sintió satisfecha con su progreso, ato la bolsa y la echo sobre su hombro.

—¿Puedes irte solo? —susurro Maria al murciélago.

Cualquier otra persona parecería patético saliendo debajo de un montón de basura, pero Batman incluso en esa situación representaba una figura imponente. Ocultando su escalofrío Maria aparto la mirada de su tenebrosa figura.

—No me parece que estes loca —fue lo primero que le escucho decir.

—No lo estoy —replico Maria con la cabeza gacha— pero me prestan menos atención porque finjo estarlo.

El murciélago pareció meditar su palabras.

—Eso no explica tu ayuda —respondió secamente.

—Ayudaste a mi amigo Gonzo el miércoles, dice que eres un lunático, pero aun así —se encogió de hombros— ningún hospital lo hubiera recibido y no podríamos haber hecho algo si hubiera sufrido algo peor que unos cuantos moretones —el silencio de Batman la incomodo— como sea, no esperes el favor de nuevo.

NOCTURNA (FINALIZADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora