02

3.1K 312 11
                                    

Jodidos infiernos.

Cuando Yoongi dijo que quería comerle el culo, rápidamente se zafó de su agarre para colocarse a gatas sobre la amplia mesa, sus manos y rodillas fijas en la superficie. Su pecho totalmente pegado a la madera, mientras alzaba su trasero lo más que su curvilíneo cuerpo le permitía.

Yoongi se deleitó con la vista, los glúteos de Jimin eran redondeados y firmes, lo suficientemente grandes y musculosos para morderlos y enterrarse en ellos tan mal como deseaba hacerlo.

Podía observar cómo ese agujero apretado y un poco húmedo se contraía al ritmo de la fuerte respiración que soltaba el pequeño hombre, sus caderas empujaban hacia atrás intentando llamar a Yoongi, volviendo la mirada, encontró a su amante con sus ojos fijos en su trasero, y con sus manos moviéndose por toda la extensión de su polla, gimió de frustración, necesitaba que el hombre se entierre en él de cualquier forma posible, que le otorgue placer como solo él sabe.

Conmovido por la desesperación, Yoongi se acercó, le acarició los muslos suavemente para subir hasta ese redondo trasero que se movía inquieto, amasó y azotó unas cuantas veces hasta que la piel adquirió un color rojizo, tratando de apaciguar el dolor escupió en ambas mejillas, masajeándolas para lo que venía.

—Me encanta tu culo —mordió el glúteo izquierdo hasta que sus dientes dejaron una notoria marca—. Espero que no te ofrezcas a Namjoon como la perra que eres, porque sabes que eres solo mío.

Esas palabras solo lo calentaron más, había algo retorcido al mencionar a sus esposos durante el sexo, un toque de burla y adrenalina por ser descubiertos, tan jodidamente excitante.

—Mi culo es solo para ti.

Jimin era un jodido calienta pollas, sabía que decir y era certero con sus palabras para conseguir que Yoongi lo follara tal y como quería.

Terminando con el sufrimiento de ambos, Yoongi sacó su lengua y la acercó a la línea que dividía ambos glúteos, ese músculo húmedo degustaba de arriba hacia abajo siguiendo la rendija de su trasero.

Era un experto con su lengua, lamía despacio los bordes e introducía su lengua intentando falsamente atravesar el anillo de músculos solo para desesperar a Jimin, quien no dejaba de impulsar su trasero contra el rostro de Yoongi.

Estaba prácticamente ahogándose con ese dulce manjar. Usaba sus manos para separar ambas mejillas y por momentos soplaba en el orificio, provocando un escalofrío que iba directamente a la polla de Jimin, que la acariciaba con sus pequeñas manos, intentando en vano retrasar su orgasmo, su espalda temblaba tan mal y sus agudos gemidos demostraban cuanto le gustaba.

—Cariño —llamó con la voz un poco rota—. Ahg~. Estoy tan cerca. ¡Ah!

Solo pudo gritar alto cuando Yoongi hundió su lengua nuevamente en el anillo de músculos, ahora sí traspasándolo y embarrado con saliva los bordes de su ano. Lo azotó unas cuántas veces más, chorros de espermas mancharon su abdomen, Jimin se desparramó totalmente sobre la mesa, intentando en vano enterrar sus uñas en la dura madera, tratando de sostenerse mientras soñaba perdido entre espasmos por el orgasmo.

Las manos de Yoongi amasaban y acariciaban su culo casi con cariño, era algo que el mayor siempre hacía para minimizar el dolor de los azotes y mordidas, se preocupaba pues luego del acto, Jimin siempre se quejaba del dolor.

—Fóllame —esa fue una orden directa, con sus ojos aún cerrados, Jimin solo logró murmurar esas palabras—. Lo quiero en la habitación que compartes con Jungkook.

Con sus piernas temblando y con su frente y cuerpo desnudo bañado por perlas de sudor, se incorporó sobre la mesa hasta acercarse a Yoongi.

Jimin estiró los brazos en un claro gesto de que quería que lo cargase y lo hizo, enredando sus piernas en la cintura de Yoongi, sintió como lo agarró de los glúteos, un dedo travieso jugó alrededor de su ano hasta introducirse.

Jimin estaba dilatado por la estimulación anal, pero no lo suficiente para que sus dedos entraran con tanta facilidad, pues ya había agregado un segundo y tercer dedo.

—Jugué con mi agujero mientras te esperaba, pensé en ti masturbándome en el auto—aspiró el olor masculino que desprendía el cuello de Yoongi—. Antes de entrar a tu casa.

—Mierda Jimin, me vuelves loco, quiero hundirme en ti y llenarte.

—Nada te detiene.

Con esas últimas, Yoongi se apresuró a llegar a la habitación matrimonial, mientras subía las escaleras, sus dedos nunca se despegaron de la entrada de Jimin y sus labios parecían adheridos con un fuerte pegamento a la deliciosa boca del menor, en ocasiones se turnaba para tomar sus pechos y morderlos provocando que un grito entre el dolor y el placer escapase de Jimin. Era dificultoso pues estaba totalmente desesperado por enterrarse en ese pequeño cuerpo.

Una vez en la habitación, compartieron un sucio beso, la lengua de Yoongi acariciaba brutalmente el interior de la boca de Jimin, disminuyendo el ritmo para concentrarse solo en el labio inferior y luego nuevamente retomando los fuertes movimientos.

Yoongi lo colocó sobre su espalda en la cama, su cuerpo cubriendo por completo el pequeño de Jimin, quien se aferraba a la espalda y hundía sus uñas en la pálida piel esperando lo que venía. Tomó sus piernas y las abrió, se alineó en su entrada, Jimin se tensó cuando sintió la punta entre los músculos de su agujero, habían pasado quince días sin ningún tipo de contacto, lo ansiaba. La gruesa polla de Yoongi empezó a entrar lentamente en su intimidad, enterrándose entre sus paredes que apretaban inconscientemente.

No necesitó acostumbrarse, con una mirada le dio autorización y Yoongi se empezó a mover como un verdadero salvaje, se había estado conteniendo desde que lo vio entrar por esa puerta. Lo folló rápido y duro con certeras embestidas mientras le murmuraba palabras sucias como lo buen amante que era, lo apretado que estaba y desde un tiempo atrás nunca podía faltar un pequeño te amo que siempre salían de la ronca voz de Min.

Una última embestida hizo que Yoongi lo llenara con su semen, pero todavía faltaba el plano final para hacer de su encuentro inolvidable. Yoongi se retiró del cuerpo somnoliento, y observó como su semen chorreaba por las piernas esbeltas de Jimin, manchando su piel y empapando las sábanas bajo suyo.

Como si entendiera, Jimin abrió la boca esperando las acciones de su amante.

—Que no se desperdicie nada.

Jimin empezó a lamer los dedos de Yoongi, que lo ahogaba con su corrida, cuando terminó de tragar todo, se besaron, importando poco la mezcla de fluidos que compartieron.

—Te extrañé tanto —dijo Jimin cerrando sus ojo—. Te amo, de verdad lo hago.

No alcanzó a escuchar las últimas palabras, estas se distorsionaron porque Jimin se perdió profundamente en sus sueños. Yoongi lo cargó hasta acostarse cómodamente en la cama, lo colocó sobre su pecho con su cabeza descanso justo sobre su corazón.

—También te amo, Minie.

Correspondió antes de abrazarlo y cerrar sus ojos, su último pensamiento fue que se jodieran todos, amaba a Jimin y a partir de ese día iba a ser todo lo posible para tenerlo solo para él.

Lover's Paradise » YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora