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Yoongi

—¡Yoongi! —Jungkook llama. Ya lo oigo venir por el pasillo como un tren de mercancías. Abro la puerta y la cerradura salta por sí sola. Me precipito hacia él y saltó a sus brazos. Me atrapa con facilidad. No parece estar herido ni tener ni siquiera un rasguño. Creo que nunca he estado tan asustado en mi vida. La idea de perderlo era más aterradora que la noche en que me escapé de la casa de mi padre.

—Estás bien. —Le doy besos en la cara, necesitando tranquilizarme mientras me aferro a él.

—Odio que hayas dudado de mí. —Me lleva de vuelta al dormitorio, cerrando la puerta de una patada tras él.

—Lo siento. —La culpa me invade. No debería dudar de él. Nunca me ha mentido ni me ha hecho daño. Lo único que ha hecho es preocuparse por mí. Durante toda mi vida mi padre fue el todo, el fin de todo. Lo que él decía siempre era válido. Nunca lo cuestioné. Ir en contra de él significaba el castigo o la muerte.

—No lo sientas. Llevará algún tiempo lavar las mentiras con las que tu padre ha llenado tu hermosa cabeza. —Me deja en la cama. Sé que tiene razón. El mundo es mucho más grande de lo que pensaba. Se sentía tan pequeño cuando estaba atrapado tras los muros de su finca. —Te lo demostraré.

—Jungkook. —Agarro su camisa y lo jalo, queriendo que esté en la cama conmigo. Viene de buena gana. Su boca se encuentra con la mía mientras me recuesto. Tiro de su camisa, necesitando quitársela. No quiero que haya nada entre nosotros. No tengo ni idea de lo que me deparará el día de mañana, pero sé que deseo a Jungkook más que mi próximo aliento. Necesito sentirlo dentro de mí. Estar conectado a él en todos los sentidos.

—Yoongi. —Gime contra mi boca mientras se separa de mí.

—¿Qué? —Me incorporo. —No quieres… —Me relamo los labios. Es una tontería que me ponga nervioso al hablar de sexo después de todo lo que hemos hecho, pero todavía es nuevo para mí. Hablar realmente de ello con alguien me resulta incómodo. Nadie ha tenido nunca la charla de los pájaros y las abejas conmigo. Supongo que mi padre pensaba que no era necesario por mi aspecto. Todo lo que he aprendido sobre el sexo es de los libros y de la televisión.

—Siempre te deseo, pero primero tenemos que ocuparnos de algunas cosas. —Saca su teléfono. Lo observo mientras teclea en él. Me preocupa lo que pueda significar ocuparse de algunas cosas.

—¿Qué ha pasado? ¿Dijo que podías quedarte conmigo? —¿Podría ser tan fácil? Eso no suena para nada a mi padre. Traté de escuchar lo que estaba pasando, seguro de que oiría disparos. Pero no había oído nada hasta que Jungkook volvía a subir las escaleras hacia mí.

—No he preguntado.

Ni siquiera me sorprende esto. Empiezo a darme cuenta de que Jungkook no tiene que pedir las cosas.

Eso debería asustarme. Mi padre es igual, pero Jungkook no es mi padre. Su manera mandona y controladora en realidad me hace sentir protegido. Tal vez incluso amado. Creo que eso es lo que siento de él, pero no me atrevo a decir esas palabras en voz alta. Puede que Jungkook me haga sentir poderoso a veces, pero algunas inseguridades siguen siendo profundas.

—No lo entiendo. ¿Qué está pasando? —Jadeo. —¿Está muerto? —Jungkook sacude la cabeza.

—Quería que te devolviera. Pensó que te había llevado para chantajearlo por un rescate. —Oh. ¿Mi padre no sabe que huí de él?

—¿Ibas a pagar ? —No sé por qué lo pregunto ni me importa.

—Estaba dispuesto a pagar. —Espero que diga algo más, pero no lo hace. Su teléfono zumba en su mano y empieza a teclear de nuevo.

—¿De verdad? —Me parece un poco sorprendente. —¿Ibas a pagar para tenerme de vuelta?

—¿Crees que se te puede comprar? No te voy a devolver. —Se mete el teléfono en el bolsillo. Su boca forma una línea dura.

—No pensé eso en absoluto. —Me apresuro a responder. Eso lo hace sonreír, haciéndome ganar uno de sus hoyuelos.

—Tenemos que prepararte. Esto tendrá que ser rápido, pero te lo compensaré más tarde.

—Estoy listo. —Me dejo caer de nuevo en la cama.

Los ojos de Jungkook recorren mi cuerpo. —No me refería a eso, Cara de Muñeca. Esto no será rápido. Pienso tomarme mi tiempo contigo. —Me levanta de la cama y me echa por encima del hombro. Se me escapa una risita.

Nada me excita tanto como cuando Jungkook me maltrata. Haciendo honor a la parte de Muñeca de mí nombre. Me pone en pie cuando entramos en el armario donde había guardado todas mis cosas.

—Este conjunto es casi blanco. —Toma un suave blazer y un short rosa pétalo.

Es uno de mis favoritos. Se ajusta a la parte superior, pero luego se ensancha en la cintura. La mayoría de los blazers que me regaló tienen ese estilo. No solo muestran todas mis curvas, sino que las acentúan.

—¿Quieres que me ponga esto ahora? —Pregunto, confundido. Creía que íbamos a quitarnos la ropa, no a ponérnosla.

—Sí. —Toma una camisa blanca de botones para él y empieza a cambiarse. Casi se le escapa un botón cuando dejo caer toda mi ropa para ponerme el conjunto.

—¿Nos vamos?

—No. El juez viene hacia aquí.

—¿El juez? ¿Estás en problemas?

—No, nos vamos a casar. —Dice simplemente mientras agarra un par de mary janes para mí. Se arrodilla para ayudar a ponérmelos. Lo miro fijamente, tratando de asegurarme de que lo he entendido bien. —Puedes ir descalzo si quieres, pero sabes que me encantan estos en ti.

Lo sé. Cuando me los puse la noche anterior, acabó tumbandome en su escritorio desnudo y dándose un festín conmigo mientras solo los llevaba puestos. Parece que a Jungkook le gusta todo lo que tengo puesto o nada.

—Jungkook. ¿Has dicho que nos vamos a casar? —Lo miro fijamente de rodillas. Nada me gustaría más que casarme con él. He pasado la mayor parte de mi vida temiendo el día en que mi padre encontrara un marido para mí. Jungkook me ha hablado de dejar de ser un Min. Que sería un Jeon.

—Sí.

Pongo la mano en su hombro para equilibrarme mientras levanto el pie izquierdo. Pone el zapato mientras me da un beso en el interior del muslo. Hace lo mismo con el otro antes de levantarse frente a mí.

—Serás mi esposo. —Sus palabras me llenan de mariposas en el estómago.

Asiento. Debe de haber llegado a un acuerdo con mi padre. ¿Ese era el plan cuando descubrió quién era yo?

¿Casarse conmigo y entonces todo estaría bien? Diablos, podría estar más que bien para Jungkook. Había oído a algunos de los hombres de mi padre bromear sobre cómo me follarían solo para conseguir los beneficios que les reportaría. No es que crea que Jungkook no me quiera. Lo ha dejado muy claro desde el
principio. Esto es diferente. No quiero que se case conmigo por mi padre. Quiero que se case conmigo porque es lo que realmente quiere. Es demasiado pronto para que él quiera eso. Apenas nos conocemos. Lo entiendo. Está haciendo lo que tiene que hacer para mantenerme y tal vez ganar una alianza con mi padre. Supongo que el amor podría venir después.

—¿No quieres casarte conmigo?

—Sí quiero. —Digo al instante.

Me da ese hoyuelo que tanto amo. ¿A quién quiero engañar? Amo todo sobre Jungkook. No hay un después para mí; ya estoy locamente enamorado de él. No me importa lo rápido que pueda ser.

Quizá un día él también ame todo de mí.

doll face Donde viven las historias. Descúbrelo ahora