Capitulo 6

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Santuario de Athena - Casa de Piscis

– Aún no puedo creer que las Hermanas del Destino – dijo Regulus eufórico llamando la atención de los demás caballeros dorados – esten aquí, que emoción.

– Yo no le veo nada de emocionante a todo esto – dijo el guardián de la décima casa zodiacal El Cid de Capricornio – ellas podrían ser también el enemigo.

– Es verdad no debemos confiarnos – secundo Sysyfo a las palabras de El Cid – no sabemos si ellas estan aquí para ayudar al Rey del Inframundo.

– Pero si ellas descendieron a la Tierra para ayudar al Dios Hades – dijo Shion para después mostrar duda en su voz – ¿No debieron ir directamente al Inframundo?

– Es cierto pero no debemos descartar – dijo el guardián de la segunda casa zodiacal Aldebaran de Tauro – que ellas pudieron a ver venido aquí por ordenes del Dios Hades.

– Bueno si eso es así no dudaré en atacarlas – dijo Kardia mostrando su uña carmesí – será divertido, espero que ellas sean dignas de hacer arder mi corazón.

– Tranquilízate Kardia – dijo Degel poniendo su mano en el hombro del escorpión – debes recordar que ellas son Diosas, dudo mucho que sean debiles.

– Además que el Patriarca Sage las conoce – dijo Dokho quien estaba a lado de Shion – creo que nos estamos adelantando un poco a verlas como enemigas.

– Si, si como sea – Manigoldo estaba aburrido por tanta palabrería – ¿Tu qué opinas Albafica? – el susodicho estaba recargado en un pilar a un par de metros de ellos – ¿Crees que esas hermanas sean un peligro?

– No lo sé Manigoldo lo único que se es que lo sabremos cuando sea de mañana además – Albafica había fruncido un poco su ceño – ¿Por qué aún siguen en mi casa? – desde que se fueron de la estatua de Athena, los demás caballeros dorados se quedaron en la casa de piscis hablando sobre las hermanas y molestando a Shion por el beso que le dieron y las palabras que le dijeron las ya mencionadas, no le gustaba mucho la compañía por miedo a herirlos o peor matarlos por su sangre envenenada por eso quería que se fueran de inmediato.

– Ay vamos Alba-chan – Manigoldo quería molestarlo por un rato aunque su vida terminara por eso – no me digas que te desagrada nuestra compañía.

– Ya es muy tarde – dijo Albafica evadiendo las palabras del canceriano – deberían regresar a sus casas zodiacales ahora.

– Bien, no te molestaremos más – dijo Shion quien se despedía con su mano mientras caminaba hacia la entrada de la casa de piscis y era seguido por los demás – nos vemos mañana Albafica.

– Adiós – Albafica cerró sus ojos por un momento para después abrirlos de golpe y luego mirar alarmado a su derecha – ellas están en el jardín de las rosas demoníacas reales – penso sorprendido ¿No se suponía que ellas deberían estar en los aposentos que se les asignaron? ¿Qué hacían ahí? Eran las preguntas que rondaban por la mente de Albafica, el caballero no dudo en ir hacia la salida de la casa de piscis a ver que querían las hermanas.

Jardin de Rosas Demoníacas Reales - Dominios de la Casa de Piscis

Se suponía que deberían estar en su aposentos durmiendo pero tenían algo importante que hacer antes de eso, algo que adelantaría un poco las cosas con la relación que tendrían con el caballero de piscis.

– Albafica ya ha notado nuestra presencia – dijo Kykyo llamando la atención de Aome – y los demás caballeros ya se fueron a sus casas zodiacales.

– Muy bien – Aome tenía un ligero sonrojo en sus mejillas – se que todo saldra bien, pero yo...

– No te sientas avergonzada hermana – Kykyo la interrumpió mostrando una sonrisa divertida – sin duda amarás mucho a Albafica al igual que yo – dijo para después mirar hacia otro lado – se esta acercando.

– Bueno querida hermana - Aome había empezado a caminar nuevamente por el jardín de rosas – ¿Comenzamos?

– Por supuesto - dijo Kykyo siguiendo sus pasos – ya quiero ver a Albafica.

Momentos después Albafica había llegado a la salida de la casa de piscis y lo que vio lo dejo sin habla, parecía que el oxígeno se había escapado de sus pulmones por unos segundos, ahí en medio de su jardín sentadas se encontraban las hermanas hablando animadamente, sus cabellos azabaches estaban adornados con algunas rosas demoníacas, y si debía admitirlo realmente se veían hermosas bajo las luz de la luna. Se dirigió a ellas con paso tranquilo aunque su corazón no hacía lo mismo, suponía que tarde o temprano se saldría de su pecho por la emoción de poder hablar con ellas, parecía que había olvidado la conversación que tuvo hace unos minutos con sus compañeros de batallas y antes de darse cuenta ya estaba delante de las dos jóvenes y ellas lo miraban con una gran sonrisa como si hubieran esperado ansiosas a que él apareciera.

Buenas noches Albafica – dijeron al mismo tiempo Aome y Kykyo asintiendo con la cabeza en forma de saludo.

– Buenas noches señoritas – dijo Albafica arrodillándose para poder estar a la altura de ambas – ¿A qué debo su agradable visita?

– Solo queríamos tomar algo de arie fresco – respondió Kykyo tranquilamente – el aroma de estás rosas es exquisito.

– Es cierto y la luna realmente se ve hermosa esta noche – dijo Aome llamando la atención de Albafica – ¿No lo crees?

– Si, muy hermosa – Albafica no dejaba de mirar a ambas hermanas, parecía que había sido envuelto en un hechizo y si era así no estaba del todo seguro si realmente quería salir de el.

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⏰ Última actualización: Dec 05, 2022 ⏰

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