«Acaban de decirme que me quedan dos semanas de vida.
Me sentí vacío, me sentí ido, todo se sentía tan irreal que simplemente esperaba el momento en que despertara, pero nunca pasó...
Salí con mi corazón por última vez al parque, el cielo estaba despejado y muy azul... Mi corazón se emocionó mucho y por milésima vez aprecié lo hermoso que son sus ojitos verdes...
Siempre dicen que se parecen a los míos, pero a mí me recuerdan a los tuyos, mamá, tan llenos de brillo e inmensos, aquellos que te sonreían incluso si tus labios no lo hacían... Lo extrañaré, por siempre.
Espero que nos reencontremos cuando esté viejito y sea su turno... Espero poder presentarselo a mi madre.»
