14. Charles Leclerc: AU

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Nota: Esta es una historia que planeo hacer aparte, pero quería poner un pedacito aquí y ver si les interesa :)

Monaco, 16 de octubre de 2015

— ¡Si sales por esa puerta mas vale que no regreses! — Hervé gritó, observando al joven frente a el tomar una mochila con un par de cambios de ropa y el estuche de su guitarra. — Te lo advierto Charles...

— Es mi sueño papá, quiero seguirlo. — negó, estando aun tranquilo.

— ¿Tu sueño? — el hombre lo miró como si estuviera loco. — ¿Crees que todo en la vida son sueños? Ese es tu mayor problema Charles, la vida es difícil, mucho mas de lo que imaginas, estas arruinando tu futuro por esa tontería.

— Cantar no es una tontería, es lo que quiero hacer. — el joven comenzaba a exaltarse también, mientras bajaba las escaleras, siendo seguido por el hombre.

— ¿De verdad crees que eso te dará de comer hijo? No seas ingenuo, tu debes estudiar, ser alguien en la vida. — trató de hacerlo entender. — Cantar en bares de mala muerte los fines de semana no es lo que yo deseaba pra tu futuro.

— No es algo que puedas controlar, no soy alguien a quien puedas controlar. — le dio una ultima mirada. — Espero que puedas entenderlo algun día.

— Si te vas, es mejor que no regreses. — le dio un ultimátum. — Si tu sales hoy por esa puerta... Es mi ultima palabra Charles.

El joven solo asintió, observando a su madre llorar, mientras era sostenida por su hermano mayor, quien negaba, pidiéndole con la mirada que retrocediera, que se arrepintiera.

— Quiero luchar por una mejor vida, para todos nosotros, merecemos mas que una pequeña casa en un viejo barrio de Monaco. — los miró. — No quiero esta vida para mi, quiero mas, quiero mucho mas que solo esto.

Su padre solo asintió, sintiendo su corazón romperse, pero sin quebrantarse, se mantuvo firme a su ultima palabra, incluso cuando vio a su joven hijo marcharse sin dar una ultima mirada, se mantuvo firme aun cuando al entrar nuevamente a casa observó el pastel de cumpleaños numero 18 de Charles, sabiendo que esa era posiblemente la ultima vez que lo vería.

Subió directo a su habitación despues de eso, en completo silencio, Charles, su hijo, su pequeño niño ya había crecido y se había marchado de su lado, se había ido a un lugar desconocido, a uno donde no podría protegerlo, el simplemente ya no estaba.







•~•~






Charles llegó hasta Nueva York con solo una mochila y su guitarra, no tenia mas que unos dolares en su bolsillo, pero estaba lleno de esperanza, lleno de deseos y estaba listo para enfrentar lo que viniera, era fuerte y saldría adelante, confiaba en el.

Hizo una lista mental de sus problemas, ordenandolos por prioridad a resolver, dejando por supuesto en primer lugar el dinero, no tenia para comer y mucho menos para buscar un lugar donde quedarse.

Decidió no preocuparse mucho por ello, porque Dios, estaba en Nueva York, no importaba cuantos tropiezos encontrar en el camino, ya estaba ahí y había soñado con ello toda su vida.

Una idea vino a su mente y sonrió, tal vez esa podía ser una forma de conseguir dinero, al menos solo para encontrar un lugar para quedarse esa noche.

Tomó su guitarra, dejando el estuche en el suelo y comenzó a cantar, era una de las canciones que el había escrito cuando era mas joven.

Pronto se vió rodeado por un grupo de personas, quienes curiosos por no reconocer la cancion y enamorados completamente de la voz del chico, se quedaron a escucharlo.

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