En cuanto las mentiras quedaron expuestas y la realidad de aquel matrimonio por conveniencia salió a la luz, la decisión de separarse y continuar cada quién por su lado pareció ser lo más acertado en primera instancia... excepto por el hecho de que...
N/A: Esta historia es una continuación del one-shot TwiYor «Primera Pelea». Sentí que debía darle una continuación más extensa, así que como ahora pueden ver, decidí no quedarme con las ganas de profundizar más en esta trama. Sin más que añadir, disfruten de la lectura, y muchísimas gracias por seguir aquí❤
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Incluso si Yuri era lo suficientemente idiota cuando su hermana mayor andaba cerca, sabía distinguir cada detalle en esos atolondrados comportamientos suyos, los que adoraba y en los que también solía ocultar pésimamente lo que sentía en realidad.
Todo comenzó aquella tarde, cuando decidió ir a visitarla a la residencia Forger y la hija de Lotty le informó que Yor no se encontraba en casa, que de hecho llevaba sin aparecer desde hace casi tres semanas. El tono desanimado y preocupado de la niña no le pasó inadvertido, deduciendo que había algo más detrás de ese hecho y que lo más sensato sería preguntarle a su hermana por ello.
Tras haberse despedido y desaparecer por entre las calles, no tardó en aproximarse a la cabina telefónica más cercana y marcar al teléfono del antiguo departamento en que ella solía vivir, manifestando la primera sospecha al oír constantemente el tono de marcado. Pareció transcurrir una eternidad luego de escuchar por fin la voz distante de su contraparte, sintiendo un alivio francamente a medias.
─...Nee-san?─preguntó por si las dudas, rogando internamente que no contestara alguien más.
─Yuri!─su alma pareció estremecerse de satisfacción al reconocer esa cálida dulzura al otro lado de la línea, cerrando los ojos por un momento y ordenando sus ideas para no cuestionarle nada que pudiera resultar... inapropiado.
─En dónde estás, nee-san? estaba muy preocupado por ti!─como siempre, la sinceridad en su mayor expresión─. Mi... sobrina me dijo que no te encontrabas en casa, que de hecho tú...
─Yuri... ─aquel tonito de advertencia le cortó de sopetón, haciendo que su determinación para indagar tambaleara por un segundo. Aún así, aquello le sirvió para comprobar que, en efecto, algo había sucedido─. Habría deseado no tener que decírtelo, pero... ─incluso desde el otro lado podía percibir su vacilación, agarrando con algo más de fuerza el teléfono, sintiéndolo crujir bajo sus dedos─ podrías venir a mi departamento? ya que no es algo de lo que me gustaría hablar por aquí.
No se lo tuvo que repetir para que Yuri colgara y buscara como un desquiciado algún transporte público disponible. A partir de allí, recuerda moverse absolutamente en automático, sin tener la completa noción de cuándo y cómo llegó a la puerta designada de la residencia de su único familiar, anunciando su llegada con cierta exasperación.
En cuanto la silueta de Yor se materializó enfrente suyo, no dudó en abalanzarse y atraparla en un anhelado y protector abrazo, siendo correspondido poco después. Por lo menos, el temor de imaginar a su adorada hermana mayor en peligro o secuestrada por algún delincuente de poca monta había pasado rápidamente al olvido tras verla sana y salva en su antiguo hogar.
