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Pa, ya estoy en casa!─Anya no tardó en anunciarse en cuanto cruzó por el umbral de la puerta, cayendo por poco al suelo al sentir el peso aplastante de Bond. Le brindó algunas caricias en respuesta, aproximándose hacia la sala de estar y preguntándose en dónde estaría el espía que tenía por padre.

Sin embargo, habría querido no descubrirlo jamás al percatarse de en dónde y con quién estaba. Sus pasos se detuvieron y su atención recayó primeramente en la elegante y gélida mujer ubicada en el sofá familiar, devolviéndole la mirada de una manera ciertamente escalofriante.

«Qué hace ella aquí?» cuestionó para sus adentros, desviando la vista hacia Loid esta vez. Su expresión alarmada y sin saber cómo demonios llenar ese extraño pero tenso silencio le envió un mal presentimiento, sacando conclusiones apresuradas y, por ende, la mayoría de ellas siendo erróneas.

─...Iré a dejar mis cosas a la habitación─pronunció en un tono quedo, aferrando sus pequeñas manos a las correas de la mochila y desapareciendo prontamente del campo de visión de ambos. Bond la siguió al percibir el brusco cambio de ambiente, prefiriendo resguardarse en el sitio que creía sería el más seguro ahora mismo.

─Sigo sin agradarle, al parecer─tomó Fiona la palabra, sorbiendo con pleno gusto el té que el mismísimo Twilight le había preparado. Su cuerpo parecía vibrar conforme el líquido se perdía dentro de su organismo.

─No creo que eso cambie después de hoy... ─Loid se llevó una mano a la sien, deduciendo por la mirada confusa de su hija que malinterpretó de mil formas diferentes el hecho de que Nightfall estuviera allí. Nunca dejaba de tener en mente que ella era bastante perceptiva─. De cualquier manera, no deberías haber venido. Tampoco voy a cambiar de opinión, aunque supongo que eso ya lo sabes.

─Todo lo que quiero es serte útil, senpai─persistió Fiona en un tono comedido, a sabiendas de que actualmente la situación podría estar a su favor─. Si esa mujer falló en su rol como esposa, a qué estás esperando para sustituirla?

«A qué estás esperando para pedirme que sea yo quien tome su lugar?»

─No puedo simplemente reemplazarla de un día para otro, Fiona─Loid intentó apelar a la lógica, rogando internamente que su compañera no le preguntara por qué no había tomado verdaderamente cartas en el asunto aún─. Primero porque sería sospechoso y no nos conviene llamar la atención de nadie; y segundo porque... Anya continúa viéndola como su madre. que necesitará tiempo para asimilar que ella ya no está y... no quiero que alguien más figure de ese modo en nuestra vida. No todavía.

Nightfall bajó la mirada hacia la taza descansando en la mesita de centro, reparando en más de un detalle y averiguando sin siquiera tener que preguntar cuál era el auténtico motivo del por qué Twilight seguía sin mover un dedo en cuanto a conseguir una nueva esposa se refiere.

La parte más ingenua y enamoradiza de ella, continuaba creyendo que el hombre delante suyo la pediría en sagrado matrimonio, debiendo fingir demencia para así anunciarle la noticia a través de una sorpresa de dimensiones desconocidas, al estilo del siempre impredescible y maravilloso Twilight. Mientras que la otra, esa que sabía lo mucho que éste se había ablandado y permitido sentir emociones y sentimientos impropios de un espía, intuía profundamente su renuencia oculta a renunciar a Yor Briar, consciente de que no solo la más pequeña de la familia necesitaba y quería tenerla de vuelta en casa.

Podía reconocer perfectamente esa barrera interponiéndose entre ellos incluso si la ausencia de esa arrogante mujer seguía allí y hacia donde quiera que mirara.

─Fuiste tú quien me enseñó que un espía no puede depender de nadie, senpai─Fiona se medio inclinó, atrapando aquella mirada perdida e imposiblemente más transparente de su superior─. La misión que se te encomendó tampoco puede esperar, y menos por una mujer que apenas sí sabe comportarse como una esposa decente y que logre estar a tu altura.

You Were Loved | TwiYorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora