Aquel era un día tranquilo en el ayuntamiento, como si el mundo allá fuera no se estuviera debatiendo entre un intenso y probablemente irremediable tira y afloja.
Cada uno se hallaba sumido en sus propios asuntos, en especial Yor, luciendo radiante y sonriendo como si algo realmente bueno le hubiera pasado. Sus compañeras se armaban sus propias teorías, tratando de no parecer tan obvias, aunque dudaban que ella -y en su aparente estado risueño- se percatara de ello en algún momento.
Sin embargo, y aunque aquella jornada no prometía ningún tipo de relevancia, cierto revuelo desarrollándose a las afueras del lugar alertó a algunos de los trabajadores, terminando por repercutir en la anteriormente melancólica Señora Forger.
─Qué sucede?─la aludida no tuvo ni la más remota idea de cómo interpretar tanto las expresiones de su jefe como las de sus compañeras, confundiéndole todavía más que hablaran todos al mismo tiempo. Por ello se puso en pie, alzando ambas manos en un calculado gesto de calma─. Por favor, necesito que se tranquilicen, de lo contrario no vamos a llegar a ningún lado.
─El asunto es el siguiente─Camilla tomó la palabra, abriéndose paso y no pudiendo dar crédito a lo que había visto hace tan solo unos minutos atrás─, Yuri y tu... tu esposo, están discutiendo allí fuera. De hecho, creo que ambos coincidieron al mismo tiempo en venir a verte.
Las orbes rojizas de Yor se contrajeron al sopesar la información, sin molestarse en pedirle a su jefe permiso para salir hecha una bala de las instalaciones. Sin mucha delicadeza cruzó por la puerta principal, encontrándose con un espectáculo que sinceramente se habría esperado tras la primera vez en que su esposo y su hermano se conocieron, mas no así. Al menos no en semejantes circunstancias.
Un cúmulo de gente se encontraba del otro lado de las rejas que cercaban el ayuntamiento, rodeando a dos hombres que a simple vista parecían estar forcejeando, cuestionándose por ello por qué nadie estaba haciendo nada por detenerlos. Con celeridad acortó la distancia, empujando al resto de personas para llegar de una vez por todas al dúo en cuestión.
─Yuri!!!─por supuesto, su desconcierto fue aún mayor al darse cuenta del estado de cada uno, con su hermano menor hallándose perfectamente intacto, mientras que Loid ya tenía varios golpes que volvían de su rostro un auténtico desastre, descubriendo la verdadera razón de dicho forcejeo─. Detente, Yuri!!!
En un dos por tres, las manos del nombrado abandonaron a Loid, liberándole y dejándole ciertamente aturdido en el suelo; sin embargo, no fue por decisión propia, puesto que Yor lo atajó por el antebrazo y lo tumbó sin más reparos contra el pavimento.
─...Nee-san?!─una mueca de dolor se deslizó por sus labios ante la postura algo torcida en la que su brazo se mantenía sujeto. Aún así, y aunque bien pudo ser lo peor de todo, no tenía comparación al reparar en la mirada casi furibunda de su hermana mayor, bastándole para quedar paralizado de pies a cabeza.
No obstante, Yuri mentiría si dijera que nunca se habría imaginado ser tratado de esa manera por la única familia que le quedaba en vida. Por ello dirigió sus ojos hacia el principal responsable, sin apenarle en lo absoluto verle herido y aún buscando recuperar el conocimiento desde el suelo. «El muy maldito ni siquiera se defendió. Fue a propósito el no devolverme los golpes para quedar bien visto ante los ojos de ella?» la sola posibilidad le hizo apretar la mandíbula, consciente de que reducido y bajo la furia de Yor aún presente no podría terminar con lo que empezó.
Mientras que Yor, y aún sin cejar en su agarre, centró su atención en Loid, averiguando para su propia desazón que a escasos pasos de éste se encontraba un ramo de rosas desperdigado por el suelo, conservando el aspecto de haber sido pisoteado con antelación.
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You Were Loved | TwiYor
FanficEn cuanto las mentiras quedaron expuestas y la realidad de aquel matrimonio por conveniencia salió a la luz, la decisión de separarse y continuar cada quién por su lado pareció ser lo más acertado en primera instancia... excepto por el hecho de que...