Desde hacía varias semanas se sentía parte del bosque que se convirtió en su hogar. Trató de alejarse de todo lo posible de los pensamientos de la manada. Cuando la invitación de bodas llegó a sus manos no dudó un instante en dejar atrás esos sentimientos que le quemaban el alma y huir, entrando en fase a mitad de una carrera desesperada para lograrlo.Las voces de los lobos llegaban a su mente intentando por detenerle.
—No te vayas, podemos ayudarte— grito Kariage, preocupado.
Incluso pudo ver la cara de preocupación que mostraba el pequeño Kirishima al pasar a su lado, sabía que quería seguirle sin necesidad de leer su mente.
La boda tendría lugar tras la graduación, por lo que aún contaba con unas semanas para parar esa barbaridad. Deku no podía casarse, sabía que el también sentía algo por el, pero la adoración que mostraba hacia el vampiro lo impedía.
Cuando se largó tras él para impedir su muerte, Bakugou estuvo unos días perdido en el bosque pero no tardó en volver, ahora todo era distinto.
Kariage se acercó con cuidado en su forma de lobo, Bakugou yacía tumbado con la cabeza sobre sus patas.
—Hacía días que no seguía tu pista.
—Quiero estar solo.
—Traigo un mensaje de Mitzuki, está inquieta porque no sabe nada de su hijo, vuelve a casa. Me ha dicho que te lo supliqué en su nombre.
Bakugou alzó la cabeza con tristeza plasmada en sus grandes ojos.
—No he pensado en ella al hacer esto. Lo siento —se levantó moviendo la cabeza a modo de asentimiento—. Volveré.
—Antes de nada quiero advertirte de que Deku va todos los días a la reserva, no pierde la esperanza de hablar contigo.
—Vuelvo por la vieja loca —dijo malhumorado.
—Lo se. Te he traído algo de ropa, cambia de fase.
Al cambiar, Bakugou se tambaleó al ponerse los pantalones, Kariage dejo escapar una carcajada.
—¿Has olvidado cómo vestirte? No me digas que has olvidado también cómo andar —bromeó.
—Demasiado tiempo a cuatro patas.
Llegaron al trote en su forma humana en un ambiente lleno de risas y bromas. Frente a la puerta Deku les daba la espalda mientras hablaba con Mitzuki, quien estaba en el umbral de la casa.
La mandíbula de Bakugou se tensó al verlo, el se giró al escuchar los pasos.
—Kacchan has vuelto —soltó con alivio—. Necesito hablar contigo.
—Ahora no Deku. Tengo que hablar con mi madre.
—Será un segundo, por favor Mitzuki —suplicó ante la mujer que miró a su hijo, dudando.
—Puedo esperar, hijo. Ve con el.
Se adentraron en el bosque acompañados por el mutismo de ambos. Deku fue el primero en detenerse en un pequeño tramo libre de árboles.
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Luna de plata [TodoBaku]
FantasyLos licántropos estaban destinados a imprimarse, no importaba la edad del lobo, los sentimientos de este o sus propios pensamientos. La imprimación era un acto involuntario para unir a las almas gemelas, la otra mitad. Pero a veces resultaba dol...