Historia Universal con el profesor Emperador (EP. 16 S2)

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Biblioteca del Palacio Imperial, Santa Terra.

Kitten se acerca a donde esta Magnus, tocando con sus poderes psíquicos un instrumento similar a uno de los aborígenes australianos

Magnus: —¿Interesado?—

Kitten: —La verdad es que no. Sólo me estoy asegurando de que no estás intentando invitar a tu ejército de monstruos demoníacos con tentáculos a una fiesta o algo así—

Tres monstruos con sombreros que estaban bebiendo jarras de cerveza y comiendo algunos aperitivos en esa biblioteca

Monstruo 1: —¡Caramba, amigo, tenemos que escondernos!—

Monstruo 2: —¡Que me jodan! ¿Es un plátano parlante?—

Monstruo 3: —¡SHH! Cállense, pajeros— Les dice para desaparecer

Magnus: —¿Podemos POR FAVOR tener un poco de confianza en este punto? Quiero decir que, de todos los lugares de esta extensa galaxia, este no es el lugar más cómodo para MÍ. Además, no soy Fulgrim—

Kitten: —¿Me estás diciendo que una comida suculenta, un ambiente lujoso y una cama de verdad son menos confortables que un reino que es literalmente una convulsión colectiva?— Pregunta con seriedad pero irónico

Magnus: —Eh. Si tuvieras más capacidad mental que una caja de estiércol de grox, tal vez tú también apreciarías su singular majestuosidad— Le responde burlándose de el

Kitten: —Esto supone que estoy lo suficientemente loco como para querer hacerlo. Sin embargo, el hecho de que estés aquí es una señal de confianza de mi señor. ¿No es así?

Magnus: —Meh, tal vez— Dice para susurrar —Maldito esqueleto loco... —¿Por qué sigues aquí?— Le pregunta volviendo a concentrarse en el instrumento

Kitten: —Bueno... Bien, dime. ¿Qué estás haciendo realmente? No confundas mi pregunta con curiosidad estoy más que nada preocupado—

Magnus: —Investigar, observar, experimentar, calmar mis nervios, escuchar los susurros de la disformidad, pasar el tiempo del y demás. Aunque es muy difícil concentrarse bien en este lugar, con padre alrededor, encontrando cualquier tráfico de la disformidad para espiar que no esté teñido de oro y lleno de frustración reprimida, es como tratar de sacar una incursión demoníaca de tu recto—

Kitten: —Sabes, dejé mi detector de herejías en mi habitación, pero puedo oírlo sonar desde aquí—

Magnus: —¡OW! ¡OOOWW! ¡Deja eso!— Exclama fingiendo dolor

Kitten: —¿Parar qué?—

Magnus: —¡Deja de deslumbrarme con tu ignorancia! ¡Tu brillante cabeza a medio cocer me está quemando la retina como un ácido hecho de estupidez!— Su dolor fingido cambia a un tono serio de frustración —¡AAAAARGH! ¿Pensaste en serio? ¿Todavía no te has enterado de que esa expresión de "herejía" de la que hablas no es más que la excusa de tu Imperio para poner un bolter gigante en la cabeza de cualquiera que vaya en tu contra? El Imperio es como un niño en una discusión de "mi padre es mejor que tu padre" que recibió el derecho de matar a cualquiera que intente argumentar en contra de él—

Kitten: —Bueno, si no hiciste que todo fuera así... No sé... Diabólico, espeluznante y directamente malvado tal vez no serías un blanco tan fácil tanto para la propaganda como para un proyectil en la frente. Quiero decir que no os hacéis ningún favor llevando la apariencia de vuestros enemigos, por ejemplo—

Magnus:— Para tu información, nunca he usado la apariencia de mis enemigos. ¿Te parezco un Necrón Desollador?—

Kitten: —Para ser justos, los Necrones y tus Mil Hijos tienen cosas bastante similares hoy en día—

Si el emperador tuviera un dispositivo de texto a vozDonde viven las historias. Descúbrelo ahora