La tiró al suelo con fuerza, ella ya estaba llorando.
— ¡No me lastimes, fue un accidente! —
Estaba despeinada, envuelta en lágrimas y se miraba preocupada, triste, enojada, asustada, tantas emociones a la vez, ella tan solo tenía 17 años, ella no quería matar a Tamara Hanger, la novia, ex novia ya muerta de aquél muchacho, Jake Blossom's, un chico millonario.
Ambas habían forcejeado en el edificio, el Instituto Escolar Molla Huppin's, donde la peli-negra trabajaba como conserje, limpiando para ganar un poco de dinero, algo con lo que pudiera sostener a su hermanito bebé, un castaño de ojos miel, un bebito de 4 años.
Ella era constantemente molestada por Tamara Hanger, colmó a la limpia pisos y comenzaron a forcejear, la rabia cayó de 15 metros de altura, una caída dolorosa, cual le costó la vida, nadie presenció aquél instante, nadie además de Jake y una chica otaku de la clase B.
Jake: La mataste, lo hiciste, mataste a mi novia — Se arrodilló y la tomó de las sienes, apretó sus mejillas, él estaba enfadado, pero no del todo — Ahora tu debes pagar..
La dejó, ella lloró aún más, él se acercó a un cajón y sacó una navaja de ahí.
— Intenta gritar, esta es mi casa, mi mansión, estamos en medio de la nada, nadie te ayudará —
Pero correr no le hacía mal, la puerta de la habitación estaba abierta, así que se fé lo más rápido posible, era un edificio muy grande, no encontraba la salida, y la puerta de entrada estaba bloqueada, las ventanas aseguradas con madera, no había escapatoria.
Subió las escaleras de la gran mansión, eran infinitas, no había personal, no había nadie además de ellos dos, pero las habitaciones estaban perfectamente cuidadas y estables. Él la estaba persiguiendo, estaba bajo presión.
Entró a la última habitación y cerró la puerta, no alcanzó a ponerle llave así que Blossom entró sin problema, él le doblaba la altura, era corpulento y rápido, y ella, solo era una pequeña jovencita, delgada y no estaba acostumbrada a correr.
— Tamara ya no está, alguien me tiene placir en su lugar... —
Oh no.
La tomó y la tumbó a la cama, la amarró a la litera y tapó su boca. No está demas decir lo que le hizo después, recorrió su cuerpo, ahora ella no llevaba vestido, sus zapatos estaban perdidos en la habitación, él paseó la navaja por su cuello.
Jake: Y no le dirás nada a nadie, la gente está comprada, nadie te ayudará. Pero oh.. si dices algo, yo te arrebataré a tu hermano.. Te acusaré de homicidio a Tamara, testificaré en tu contra ¿Eso quieres..?
Ella dejó de forcejear y negó, pero esa navaja la tenía muy nerviosa. Ya la tenía inmovilizada, ella lo seguía con la mirada.
Jake se acercó a una mesa de noche, tomó un pañuelo y lo remojó en un líquido de procedencia dudosa, puso aquella toalla sobre la nariz de Grettel y presionó fuerte. Trató de resistirse, pero el olor la penetró y comenzó a perder la consciencia en el momento.
Jake: Ya, ya... cálma.. —Ahora estaba relajada, pronto se quedaría dormida, no sin antes sentir las manos del hombre acariciar su parte íntima suavemente, tenía un ungüento en sus dedos que hacía el sentir placentero.
— ¡Mm! —
Trató de entrar en sí, pero ella ya estaba perdida, perdida en un sueño profundo.
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— ¡ESE MARICA ME TOCÓ, ME HIZO DAÑO, ME TOCÓ! —
Estaba llorando frente al espejo de su departamento, seguramente había despertado a los vecinos. Enfada, frustrada, pero sobre todo asustada, ella quería hablar, quería que ese idiota obtuviera su merecido, pero ella ya no se quería en vida, perdió su dignidad y nisiquiera lo supo, ella estaba tan pero tan enojada.
En un brote de locura, se miró en el reflejo del marmól del baño.
Grettel: La vida no tiene sentido, sólo sufriré...
Y comenzó a estampar su cabeza frenéticamente sobre el marmól, deseaba la muerte, pero al muerte no llegaba. Al primer golpe se abrió una pequeña herida, gritó, pero volvió a hacerlo, al segundo golpe la herida se hizo más pronunciada, y el tercero, su rsotro estaba sangrante, pero aún estaba conciente, miró el espejo.
En el reflejo se miraba a ella, y a un costado estaba su puerta entrecerrada, pero por ahí podía ver. Estaba su pequeño hermanito gateando por el suelo cubierto en la alfombra, él sonreía mientras sentía lo suavecito que era el suelo, tenía puestos unos audífonos de juguete y escuchaba una melodía enana por ahí, él no escuchó los gritos de su hermana.
— Él único sentido de mi vida, serás tu.. —
Curó rápido su herida, se aseó y se dirigió al pequeñín, lo cargó y comenzó a jugar con él, él sería su distracción y su salvación.
—Explícit Blond.
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They're making a PSYCHO | Traumatizante, explícito y no lo sé, te dará Cringe,
HorrorTantas cosas por als que he pasado, escúcha mis plegarias, te lo ruego, no dejes que esto vuelva a suceder.. Ellos me están conviertiendo...en una PSICÓPATA.