X: Nuestros deseos tormentosos.

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❝𝙎𝙚ñ𝙤𝙧, 𝙮𝙖 𝙣𝙤 𝙨𝙤𝙮 𝙪𝙣 𝙘𝙧𝙚𝙮𝙚𝙣𝙩𝙚.

𝙀𝙨𝙩𝙤𝙮 𝙖𝙝𝙤𝙜𝙖𝙙𝙤 𝙚𝙣 𝙖𝙜𝙪𝙖𝙨 𝙫𝙞𝙫𝙖𝙨.

𝙈𝙖𝙡𝙙𝙚𝙘𝙞𝙙𝙤 𝙥𝙤𝙧 𝙚𝙡 𝙖𝙢𝙤𝙧 𝙦𝙪𝙚 𝙧𝙚𝙘𝙞𝙗𝙞.❞


-Mystery of Love, Sufjan Stevens.

-Mystery of Love, Sufjan Stevens

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Era un día hermoso.

Un bello cielo despejado decoraba sobre el Encanto mientras Isabela caminaba por el pueblo creando palmeras, cactus, flores y muchas plantas a su paso, haciendo que el lugar se viese incluso más lindo y colorido.

No recordaba sentirse tan emocionada al usar su don desde hace años cuando descubrió que podía hacer más que solo flores, y en ese momento le alegraba tanto sentirse de nuevo como ella misma.

Llevaba su vestido pintado en varios colores, su cabello un tanto desordenado y una hermosa sonrisa en el rostro que combinaba con el brillo de sus grandes ojos marrones, sonriéndole a cada persona al pasar.

Y los demás parecían sonreirle también, susurrando cumplidos y palabras de halago hacia ella y sus creaciones como estaba acostumbrada.

Pero pronto se dio cuenta de que estaba equivocada, en realidad nadie le estaba sonriendo.

A pesar de no lograr descifrar las palabras que susurraban para referirse a ella, pudo notar que eran lo opuesto a cumplidos, eran insultos y burlas que Isabela no comprendía. 

Se preguntó si había hecho algo mal, si sus plantas se habían vuelto a marchitar y confirmó sus sospechas en cuanto se dio la vuelta, hasta la más alta palmera a la que le había dado vida ahora yacía gris en el suelo.

Nunca le había sucedido algo así, las personas murmuraban al pasar, reían y usaban palabras incomprensibles, juzgándola con la mirada.

Isabela mantuvo la cabeza en alto y decidió seguir caminando con intenciones de ignorar aquello. ¿Qué importaba lo que pensaran ellos? Su don tenía fallas a veces, estaba bien, estaría bien.

Todo estaba bien.

De repente sintió todos los ojos sobre ella, analizando cada paso que daba, todos mirándola, todos esperando a ver si se quebraría. 

El corazón de Isabela comenzó a latir rápidamente, ella apresuró el paso dirigiéndose a casa, aún haciendo un esfuerzo por mantener su rostro sin una sola muestra de enojo o tristeza.

Los murmullos sonaban más fuerte y más horribles.

Su camino se tornaba más oscuro y largo conforme caminaba, todo se tornaba más asfixiante y las miradas de los demás se sentían cada vez más sobre ella.

Entre Susurros | Camilo x IsabelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora