Grandes árboles crecen de semillas nacidas en el fuego

Capítulo 29 : El lavado frecuente no hace que el cuervo sea más blanco

Haruto escuchó mientras Fushiguro se reía de la noche anterior, aparentemente el padre del adolescente había irritado a un ejecutivo de la comisión con su comportamiento arrogante pero alegre, ignoró por completo las reglas durante una misión y provocó un montón de caos. Normalmente, Megumi encontraba a su padre exasperante, pero en este caso, estaba bastante complacido con sus travesuras ya que todavía estaba tambaleándose con las revelaciones sobre los Todoroki y el secreto de la comisión.

Mientras el chico se reía, sus ojos se arrugaban un poco, Haruto se perdía en esas deliciosas piscinas que se hundían en su alma-

La puerta de la clase 1-A se abrió de golpe con fuerza, haciendo que más de la mitad de la clase saltara fuera de sí. Su papá entró, considerablemente más enojado de lo que estaba esa mañana cuando salieron de la casa.

"Uhhh... esto no puede ser bueno, ¿verdad?" Murmuró Fushiguro detrás de él. Se reclinó en su silla para responder, pero su padre lo fulminó con la mirada y cerró la boca de golpe, bajando los dedos para agarrar el borde de la mesa.

"Clase... tenemos un... estudiante especial que trabajará con nosotros algunos días a la semana, específicamente con nuestros estudiantes de Apoyo Heroico" Aizawa asintió hacia él y Fushi... el acto solo aumentó su ansiedad. "Está siendo entrenado personalmente por la comisión de héroes-"

Ah, ahí está. Por eso papá está furioso. Comisión de mierda metiendo las narices

"-pero es un estudiante como cualquiera de ustedes y si se pasa de la raya o hace que alguien se sienta incómodo-" Los ojos de Aizawa se encuentran específicamente con los suyos "Entonces házmelo saber y no dudaré en echarlos".

Los susurros bailaban por la habitación, la gente charlaba y lo miraba, la mayoría preguntándose si era algo normal para los estudiantes de Apoyo Heroico, algunos se preguntaban si era un trato especial ya que todos sabían que su padre era el maestro.

"Adelante..." Aizawa miró hacia la puerta abierta y vacía "Preséntate o lo que sea"

Haruto miró hacia la puerta, luego a su padre, quien se escabulló hacia atrás con una mirada irritada e impaciente en su rostro. Cuando volvió a mirar hacia la puerta, una ráfaga de plumas rojas entró en la habitación, volando como si estuvieran atrapadas en un tornado arremolinado, todas excepto dos plumas que volaron a su alrededor, disminuyendo la velocidad para acariciar su mejilla. 'Qué carajo'

Luego, tan rápido como comenzó, se detuvo, las plumas volaron hacia la puerta donde esperaba un sonriente adolescente rubio. Estaba vestido con pantalones beige holgados, un top negro ceñido con finas marcas doradas y una chaqueta beige forrada de piel, Haruto lo tomó con sospecha, su cabello era un poco despeinado, más rubio oscuro que cualquiera de sus otros compañeros de clase, haciéndolo pensar de cálidas playas de arena. No se veía como un matón de comisión, más como un adolescente típico si su sonrisa perezosa fuera algo por lo que pasar.

"Mi nombre es Keigo Takami", gritó mientras las plumas revoloteaban en su lugar, creando un par de magníficas alas rojas como un camión de bomberos. "Mi peculiaridad se llama alas feroces". Haruto se encuentra brevemente con unos ojos dorados y un pequeño jadeo traidor sale de sus labios porque mierda, probablemente debería odiar al tipo... pero también, sus ojos son impresionantes, hay pequeños acentos negros cerca de las esquinas y casi parece que tiene un delineador alado ( La tía Nem y sus divertidas lecciones de maquillaje me vienen a la mente) así que sí, la debilidad de Haruto son los ojos hermosos y esos son ... ¿sonriendo? Detrás de él, escucha el más suave de los gruñidos y de repente su mente se enciende con teorías.

"Eres un espía" suelta y de repente esos bonitos ojos se fijan en los suyos, intensos y fogosos. Es un cambio tan marcado del aura relajada anterior que la ansiedad se enciende en su pecho.